UN FRÍO CORAZÓN LLENO DE AMOR!!

Capítulo 9

Mi cabeza estaba dando mil vueltas... me había acostado con mi medio hermano... ¿eso era posible?
Me sentía frustrada, enojada... si al menos me hubiera enterado antes... ahora no sentiría la repulsión de mis actos. Realmente no sabía hacia donde me dirigía, camine vagamente hasta llegar a una central de autobuses y sin dudarlo compré un boleto, quería alejarme de toda esta situación, no me sentía con la capacidad de enfrentarme a nadie... sólo quería desaparecer.
Tenía llamadas perdidas de Fede, Sebastián y Adrián... no quería hablar con ninguno de ellos, solamente con uno en especial que me hiciera borrar todo problema. Dejé que mi corazón me llevará a donde quisiera... y me di cuenta que estaba en Monterrey al bajar del autobús. Sólo me bastó con hacer una llamada para tenerlo frente a mí; el corazón me latía fuertemente, me costaba la respiración... no había pasado ni un día sin él y mi cuerpo ya lo extrañaba.
- ¿Te peleaste con tu juguetito sexual?-dijo en cuanto me vio, con esa sonrisa pícara que me encanta.
-¡Cállate y abrazame!- se acercó a mi y me estrechó entre sus brazos, su aroma era tan rico, no sé como no me di cuenta antes de que me gustaba su aroma, nunca me percaté de ese detalle. Mi mundo se recuperó al estar entre sus brazos, no necesitaba nada más.
-¿Me vas a decir qué pasó,  preciosa?
-Necesito un trago, vámonos.
Me llevó al departamento donde vivía, no tan lujoso como el del niño bonito pero estaba cómodo. Tuve la inseguridad de examinar para ver si encontraba algún objeto de alguna chica... pero nada. Mi celular siguió sonando y él se percató.
-¡Vaya! Que solicitada andas, ¿debería ponerme celoso?
-No seas tonto... fui a la casa de Adrián.
-¿Tú padre? Creí que no querías verlo.
-Y así es, pero me dio curiosidad por saber de su vida y bueno... la curiosidad mató al gato...- se acercó a mí curioso, estábamos sentados en un sofá, él frente a mí, mis piernas estaban encima de las suyas y empezó a frotarlas con su mano, lo que hizo que me dieran ganas de subirme sobre él y besarlo.
-¿Qué pasó?
-Me enteré de que Adrián tiene un hijo, ¿sabes? Por un momento me puse celosa de que alguien tuvo la oportunidad de tenerlo en su vida y yo no, cuando me di cuenta de mis celos decidí retirarme pero justo cuando salía escuché su voz... era él... Sebastián. Me quedé plasma, él era su hijo... ¿te imaginas?, mi medio hermano.... ¡Que horror!
-¡¿Tuviste sexo con tu medio hermano?! -su expresión era realmente de asombro, me encantó tanto, hacia que me relajara en medio de la situación y me diera por reír... como podía provocar tantas emociones en mí ese hombre.
-Si... es por eso que estoy aquí, quería alejarme de todo eso... Cristian me siento sucia.
-Quizá todo tenga una explicación, tal vez deberías responder sus llamadas... Fede ha de estar preocupado por ti.
-No me importa, no quiero saber ahora de ello... ahora quiero estar contigo, ¿ me vas a decir que no me extrañaste ni un poquito?
-Mmmm... demasiado que te he extrañado -se acercó a mí y toque su rostro con mi mano, estaba suave... ya no resistía la lejanía entre nosotros y lo besé, de manera desesperada y apasionada, el me tomó de la cintura y me acomodó encima de él - ¡Estar cerca de ti me vuelve loco, mujer!
-Me pasa lo mismo... Cristian.
-¡Quédate...! -al ver sus ojos me di cuenta que en realidad me quería y por más que quisiera dejar todo atrás y quedarme junto a él en aquel sofá... debía regresar y enfrentar mis problemas, pero ésta noche no, ésta noche nos pertenecía a los dos.

Un molestó ruido me despertó... Cristian y yo habíamos pasado una muy buena noche juntos, sentía como mi cuerpo me dolía y como mis ojos me pedían dormir más, sólo llevaba tres horas dormida, él me hizo el amor de una manera tan apasionada, aún podía sentir sus besos por todo mi cuerpo. Me encanta su manera de poseerme tan tierno y a la vez tan rudo, juntos podíamos ser los más pervertidos. Gire mi cabeza para verlo dormir, no era tan hermoso escuchar sus ronquidos pero me alegraba el corazón estar en su cama.
Desvíe la mirada hacia el molestó ruido que me despertó y era una llamada al celular de Cristian de una tal "Nina", ¿en serio? Ni un día completo y ya a había encontrado otra... que poca madre de los hombres. Me levanté de la cama y empecé a buscar mi ropa, estaba regada por todas partes, Cristian se movió y me vio de pie.
-¿Qué haces?
-Me largo, que estúpida soy, creí que me decías la verdad pero no... a penas te alejas de mí y te encuentras otra, ¿dónde la conociste? ¡Dime! -estaba totalmente furiosa, con dificultad me había puesto sólo las bragas, Cristian se sentó en la cama y no dejaba de mirarme estupefacto.
-¿De que hablas?
-Ahora resulta que no sabes de qué habló... de la tal "Nina" esa que te llama tan temprano...
-Kate, esa tal "Nina" es mi mamá... -¿qué? Me di cuenta que todos éstos años de conocerlo jamás me había revelado nombres de su familia, me sentí mal amiga... o mal amante, no se... Cristian era muy reservado respecto a su familia.
-Jamás habías mencionado su nombre, ¿hablas en serio?
-No sería capaz de mentirte,  hace un mes me buscó para arreglar las cosas.
-¿Por qué no me habías contado?
-En realidad no sabía si quería arreglar las cosas, pero el tu padre apareciera en tu vida me abrió los ojos y quizá era tiempo de perdonar y acercarnos a esos seres que nos engendraron -me acerqué a la cama y quedé atónita a lo que escuchaba, sabía que en el fondo Cristian era bueno, pero nunca lo había escuchado hablar así, regularmente parecía el chico malo.
-Perdón, Cristian... realmente creí que era otra... ya sabes... perdón. Háblame más de ella, quiero saberlo.
-No señorita, podremos hablar de ella en otra ocasión, ahora pagarás por tu desconfianza -me jalo hacia él y arrancó mis bragas, me colocó encima de él... podía sentir la enorme erección que tenía. Beso mis labios ferozmente mientras me acercaba más a él, movía las caderas para provocar más esa deliciosa erección. Me tumbó en la cama y se puso sobre mí, sin dejar de besarme fue entrando poco a poco en mí.
-¡Eres mía! -susurro a mi oído, mi piel se puso chinita, me encanta y me encantaba mucho, más de lo que podría creer.