Capítulo 1

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-¿Qué? –Gritó Federico, estaba hecho una furia- ¿Qué pensabas?

-En sexo –dije inconscientemente pero en eso había pensado–, perdón Fede, ya paso y la buena noticia es que no estoy embarazada,  no me contagie de ninguna enfermedad venérea.

-Pudiste haber quedado embarazada de un maldito extraño y estas tan tranquila diciendo que solo pensabas en sexo– oír maldecir a mi hermano me extrañaba.

-Me protegeré a la próxima, lo prometo.

-¿Crees que bromeo? Porque no lo hago, me vas a volver loco, Kate –se dejó caer en el sofá, estaba consciente de que soy un dolor de cabeza para mi hermano, pero así soy y no puedo cambiar.

-Perdóname, ¿sí? Estaba muy pasada de copas y me deje llevar por la calentura  -él me observo por unos segundos, luego se levantó y me marcho.

Se me hacía tarde para ir al trabajo, tome mis cosas y tome el camión, durante el trayecto, fui haciendo memoria, tratando de recordar el rostro del chico con el que pase la noche, pero nada llegaba a mi memoria, solo risas, jadeos, gritos y más risas. Ya había pasado un mes y nada que me acordaba de ese misterioso chico.

Llegue al trabajo cinco minutos tarde, afortunadamente no se dieron cuenta, mi trabajo no era la gran cosa, sólo se trataba de atender a las personas que iban y pedían algún material, la papelería en la que trabajo es un poco grande y la más reconocida de Monclova.

Lo único que me animaba es que es viernes y mañana no trabajaría, hasta el lunes, así que, atendí lo mejor posible y sonreí durante todo el día. Cuando termine de trabajar me fui directamente a casa para arreglarme y salir con Carol.

La casa estaba sola, Federico aún no llegaba, aun mas a mi favor pues así no me prohibiría salir. Subí a mi cuarto y me di un baño, trate de arreglarme lo más rápido posible, cuando termine, Carol ya estaba esperándome afuera de la casa.

-¡Que bella te ves amiga! –me dijo Carol.

-Gracias, que comience la fiesta –dije con una enorme sonrisa.

* * * * *

Bailaba con un chavo muy guapo, sus manos estaban sobre mi cintura, nuestras bocas casi cercas una de la otra, aún no estaba muy borracha, podía entender perfectamente lo que pasaba a mi alrededor, el chavo estaba a punto de besarme cuando alguien me tomo del brazo y me arrastro con él hasta un lugar donde pudiéramos hablar, no podía verle la cara y no sabía quién era. De pronto se detuvo y me dio la cara.

-¿Qué haces? –grito el sujeto, yo lo observe de pies a cabeza y no lo reconocí.

-¿Quién te crees para jalonearme y hablarme así? –le grite.

-¿Quién soy? ¿No me recuerdas?

-Bueno, es obvio que no –estaba enojada con ese sujeto, ¿qué demonios le pasaba?

-Soy Sebastián –dijo en un tono más calmado, pero su nombre no me decía nada, no podía recordarlo.

-No sé… -me quede helada cuando reconocí su rostro, él era el desconocido con quien había tenido relaciones hace un mes.

¡Oh Dios! Estaba completamente guapo, aun así no era nadie para jalonearme.

        -Kate, ¿sigues ahí? -¡Madre mía! ¡Se sabe mi nombre!

-Mira, Sebastián… o como te llames, sé que pasamos una noche de sexo, lo cual fue increíble, pero hasta ahí… no te conozco y no tienes ningún derecho sobre mi como para jalonearme y gritarme, ¿entiendes?

UN FRÍO CORAZÓN LLENO DE AMOR!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora