Faltaban dos semanas para el concierto, estaban totalmente listos, y para celebrar Vie Noir salió ha festejar un poco, Gabrielle aún no superaba el hecho de que ni miraba a Tom por todo este tiempo.Y ni el a ella.
– Gabs tenemos que ir a ese... – Susan iba del brazo con su amiga y de la nada esta paró en seco.
Una chica estaba apoyada en uno de los postes de luz y Tom estaba bastante cerca de ella, hablando, riendo, y él cada vez estaba más cerca.
Gabrielle arrastró a Susan, antes de que ella lo hiciera, cruzaron por la mitad de la calle y hasta un auto les tocó la bocina para alertarlas porque casi fueron atropelladas.
Ese ruido hizo que Tom dirigera su vista hacia el frente, y vió a Gabrielle, quedó helado.
La chica del poste no recibió ni un "adiós" por parte de él antes de que se fuera.
Ya cuando todos estaban en el club, no fueron lentos ni perezosos y comenzaron a beber, Gabrielle usó una vez su pequeño collar que eso la hizo estar un poco más animada.
Para ella fue necesario consumir en este momento, asi las plataformas no eran tan terribles de usar.
Gabrielle y Susan empezaron a bailar mientras Eddy y Dim fueron a buscar sus tragos, y Susan sintió unas manos en su cintura, se volteó y le dió una cachetada a esa persona, gritando que no estaba disponible.
Era Gustav...
– Ay Dios mío, perdón. – Susan lo abrazó, Gabrielle y Gustav empezaron a reírse del pequeño error de la chica.
Susan durante el tiempo donde su amiga no vió a Tom, le preguntó si estaba bien si seguía viendo a Gustav, esta le dijo lo obvio...
Nunca opacaría su felicidad, sin importar lo que pasara.
Empezó No Scrub y Gabrielle empezó a mover sus caderas alejandose de su amiga para que tuviera privacidad y ya lejos siguió bailando.
Sintió unas manos rodear su cintura, y no tardó mucho en darse cuenta de quién era.
– ¿Qué quieres Nathaniel? – Dijo Gabrielle al darse vuelta y empujar a uno de los que fue su "groupie" pero él era más qué eso, era un acosador de primera, que en su mente tenía una relación con la vocalista de su banda favorita. – ¡Ya te dije mil veces que nosotros no somos nada! –
Intentó alejarse pero él la tomó de la muñeca y Gabrielle hizo un pequeño ruido de dolor que fue opacado por la música
– ¿Asi que aún te cortas? – Dijo Nathaniel, ella se logró soltar del agarre del loco y salió lo más rápido que pudo del lugar.
Se apoyó en el barandal de contención para tomar aire y poder irse de ahí lo más rápido que pudiese.
– ¿A dónde vas, bebé? –Dijo Nathaniel mientras abrazaba a Gabrielle por la espalda y estaba intentaba que la soltara, golpeandolo, rasguñando sus manos, pidiendo ayuda a gritos.
– Por favor... – De pronto sintió que la soltaban bruscamente y se volteó. – Tom... –
Ambos salieron corriendo y se subieron al auto de Tom que estaba a la vuelta de la esquina.
Una hora antes Tom Kaulitz vagaba por la zona nocturna de Berlín, solo, pensando aún en esa chica francesa que le estaba haciendo el corazón un manojo de emociones.
Quería hablarle pero era difícil, después de lo de esa noche tenía sentimientos encontrados, sentimientos que no podía interpretar.
La vió corriendo afuera del club, temblorosa, intentando respirar correctamente, vió que alguien intentaba forzarla y no tuvo que pensarlo, fue a ayudarla, golpeando al psicopata que le estaba haciendo daño a Gabrielle.
Los dos se escondieron en los asientos traseros de la camioneta, y esperaron a asegurarse que ese chico no estuviera cerca.
– ¿Estás bien? – Preguntó Tom, viendo como ella aún tenía su respiración agitada.
– Sí... Gracias. – Respondió mientras veía por las ventanas si él seguía buscandola.
Esperaron unos minutos y no lo vieron cerca, y se pasaron a los asientos de adelante, Tom arrancó el auto.
– Cinturon. – Dijo él antes de empezar a conducir.
Estuvieron en silencio unos minutos, y empezó a sonar en la radio Dark Room, lo que hizo que Gabrielle abriera mucho los ojos y ahogara su grito con su mano.
Tomó su celular y le marcó a su manager, pero marcó a buzón.
– Robert, guarda este mensaje ¡Estamos sonando en la radio de Alemania! – Acercó el telefonó para que se escuchara mejor, estaba tan emocionada que por poco empieza a llorar, colgó el telefono y no paró de sonreir.
– Felicidades. – Dijo Tom, bastante serio, pero por dentro extrañaba tanto a Gabrielle que solo quería besarla.
– Esa... ¿Esa chica es la misma del otro día? – Gabrielle le hablo cuando estuvieron luz roja.
– ¿Qué día? No lo he hecho con nadie desde el mes pasado. –
– Si como no... ¿Y ese día de la terraza? – Tom se ruborizo un poco, ese día se había masturbado pensando en Gabrielle, y ella lo escucho pensando que estaba con otra.
Tom no emitió palabra alguna hasta llegar al estacionamiento del hotel, él no desbloqueó las puertas.
– Gabrielle... – Él la miro mientras mordía un poco su labio, cómo explicaba esto sin sonar como un degenerado. – Ese día yo... Estaba solo y estaba bueno tu sabes... –
Gabrielle abrió los ojos al máximo al captar la indirecta.
Se sentía tan arrepentida, había estado perdiendo el tiempo, quería besarlo pero no sabía si Tom la iba a perdonar.
– Yo.. eh.. Perdón Tom. – Gabrielle no sabía que más decir, tampoco eran nada para reclamarle cosas, se quitó el cinturon e intentó abrir la puerta que seguía cerrada. – Tom puedes a... –
Él aprovechó que volteó para tomarla de la nuca y besarla, ambos extrañaban eso, sentir los labios del otro, sus lenguas juntarse, y las caricias que se daban mientras lo hacían.
Tom bajó sus manos a la cintura de Gabrielle y ella soltó un pequeño gemido al sentir eso, siguieron besandose unos segundos más y al separarse, ella se pasó al asiento de Tom, sentandose sobre él.
Y volvieron a besarse unos largos minutos más, donde el calor se hacia más presente, ella comenzó a moverse (esta vez apropósito) liberando jadeos entre ambos.
– ¿Quieres entrar? – Preguntó Tom entre jadeos y con una cercanía entre sus labios. Gabrielle asintió, y salieron de la camioneta acomodandose la ropa.
Subieron a su piso y Tom la dejó en su habitación.
– Descansa, hermosa... – Besó a Gabrielle de nuevo.
– Bonne nuit, Tom. – Volvió a besarlo y entró a su cuarto.
Entró a bañarse despues de todo lo que pasó en ese auto que le hizo subir la temperatura, quizás era el destino que hizo que no se desmayara en ningún momento.
Mientras se secaba el cuerpo se puso a pensar en lo estupida que fue, pero en lo agradecida de que Tom no se molestara ante eso...
No lo dudó más y se cambió.
– Hola Gabs... – Tom no pudo decir nada más ya que Gabrielle se dispuso a besarlo, él correspondió entrando los dos juntos a la habitación de él.
Es el momento que tanto querían.
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We are Not the Same - Tom Kaulitz +18
Fanfic- ¿Susan estoy viendo a la misma lindura dos veces? - - Estás drogada, Gabrielle. - - Llámame. -