Our Children • MLB, Adrinette (#3 Saga Familia )

Capítulo 4

Adrien

Sacudo mi bolígrafo tratando concentrarme en lo que estoy haciendo pero mis pensamientos y recuerdos invaden mi mente y por ende no logro enfocarme en lo que tengo que hacer ahora. Y esos recuerdos y pensamientos son de dos personas que quise mucho.

—Yo creo que no volverás a verla.

Miro a Plagg.

—Nunca.

Yo arrugo mis cejas mostrando
mi molestia por su comentario.

—Gracias por ayudarme a sentirme
mejor, de verdad gracias.

—Mira Adrien yo no sé cómo funcionan los humanos y sus sentimientos pero Marinette no ha dado señales de vida desde que te fuiste de París, ella no te ha contactado ni nada yo creo que o está muerta o ya te olvidó he hizo su vida.

—Ella no está muerta, puedo aceptar
que me haya olvidado pero que esté
muerta jamás.

—¿Y vas a seguir pensando en
ella a pesar de eso?

—Tú no entiendes nada Plagg, pero bueno obviamente no entiendes porque nunca te has enamorado. ¿Pero sabes? Solo te pediré una cosa, si no vas a decir nada importante ni útil mejor no digas nada y guarda silencio.

Él niega con la cabeza y desaparece de mi vista, entonces yo aprovecho de buscar una foto que tengo guardada en una pequeña caja blanca, tengo varias fotos más. Pero la que busco es especial porque es la foto que me tomé con Marinette el día que dejé París hasta ahora,, ambos estamos muy sonrientes ahí a pesar de que horas más tarde nos íbamos a separar para siempre. Ella siempre estará presente en mi mente y en mi vida pero sobre todo en mi corazón.

—¡Pero qué te pasa!

Nino y yo miramos hacia donde provino el grito, fue Alya y así sabemos la razón por la cuál ella gritó. Lo puedo ver claramente Marinette sangra por su nariz,. Alya va a tratar de ayudarla pero en eso Nathaniel la empuja haciéndola caer y ahí es cuando ni Nino ni yo nos quedamos solo mirando y corremos a defenderlas. Cuando llego empujo a Nathaniel aportándolo de nosotros.

—¿Estás bien Alya?

—Sí Marinette pero debemos ver
que tu nariz esté bien.

—No me duele tanto tranquila.

—¿Ustedes por qué se meten? Esto es entre esta zorra infiel y yo-

No lo dejo terminar su frase porque de un puñetazo por mi parte lo silencio.
Se alejó unos pasos por el impacto de mi golpe.

—Tú vas a aprender a respetar a las personas porque si no lo haces, Nino y yo te daremos un curso personalizado de respeto que te dejará claro el concepto de esa palabra.

Le digo y él solo se limita a mirarme
enojado e indignado.

—Ya lo sabes Nathaniel. Adrien fue muy claro. Vuelves a tocar a Marinette, a Alya o a cualquier persona y nosotros te vamos a enseñar lo que es el respeto hasta que entiendas y empieces a usar esa palabra en tu día a día ¿te queda claro?

Le advierte Nino.

—Ésto no se acaba aquí.

Amenaza desafiante.

—Lárgate.

Le digo yo y ya cuando lo hace
me volteo a ver a Marinette para
saber su estado.

—Deberías ir con Marinette al baño Alya.

Le sugiero.

—Adrien tiene razón y nosotros estaremos a la entrada por si al cobarde de Nath se le ocurre aparecerse por ahí.

Les dice Nino, entonces las acompañamos y en lo que ellas están ahí Nino me empieza a hablar sobre lo que pasó.

—Ese imbécil ¿Cómo pudo tocarlas?
¿Cómo tener el valor de golpear así a Marinette y de empujar a Alya?

Se queja muy molesto.

—Créeme estoy igual que tú Nino,
me sorprende que existan hombres
así de cobardes.

—Son como una plaga mundial,
no importa lo que se haga siempre
habrán personas así de horribles.

—Al menos nosotros no somos así,
mi madre me crió bien y me enseñó a respetar a las personas como corresponde.

—Lo mismo digo, hay que ser muy poco hombre para hacer algo como eso.

Ambos miramos a Alya y a Marinette
ya que ellas salen justo en medio de
nuestra conversación.

—¿Te sientes mejor ahora Marinette?

Le pregunta Nino.

—Sí gracias Nino, afortunadamente
esto no es nada grave.

—¿Y tú Alya?

Le pregunto.

—Yo estoy bien también, pero me preocupa Marinette, me asusta que Nathaniel la encuentre sola en algún momento y le haga algo.

—No le hará nada porque no se lo permitiré,.

Los tres me miran un poco raro como si yo hubiese dicho algo anormal.

—Les agradezco mucho por
habernos defendido.

Dice Marinette sonriendo pero en
el momento que lo hace su gesto cambia
a uno de dolor.

—¿Estás segura que es superficial?

Pregunto una vez más sintiéndome
muy preocupado por ella.

—Claro que sí, no te preocupes por
mi nariz que está bien y yo también.

Sonríe levemente acto que me contagia.

Desde ese día no pude estar tan tranquilo y como si nada hubiese sucedido. He estado muy preocupado por Marinette llegué al punto de pedirle su número a Alya para preguntarle cómo está y cómo se siente estoy muy inquieto e intranquilo por lo que pasó ese día y simplemente no puedo dejar las cosas así sin más.

Recuerdo ese día muy bien, el momento en el que ella y yo empezamos a convivir más seguido a conocernos hasta que nos hicimos muy cercanos y aparte de eso también amigos con derecho, aunque esa amistad fue muy especial y más que sexo también hicimos muchas otras cosas juntos cada vez que nos juntábamos.

—Marinette..