Dandelions | MinChan | Adaptación

Siete

"¿Quieres que te pegue otra vez o que te eche? ¡He dicho que te bajes!" Chan gruñó aún más fuerte, se estaba enfadando de verdad.

"Señor Chan..." Minho seguía mirando fijamente al hombre que le había echado del coche. "¿Quieres ser un sugar daddy?"

El par de ojos de Chan se abrieron de par en par y miró bruscamente a Minho, sin creerse lo que acababa de decir la persona que tenía a su lado.

Minho se limitó a mostrar aún más su cara,
"Usted tiene mucho dinero, y yo necesito dinero. ¿Quieres?".

Silencio.

Chan no contestó, se limitó a mirar la carretera y a agarrar el volante. Hasta que por fin volvió la cabeza, no hubo mirada de sorpresa, sino que por primera vez Chan sonrió.

"¿Cómo te llamas?"

"E-eh Minho, señor."

Chan seguía mirando en silencio a Minho con una sonrisa, haciéndole sentir miedo. Chan se quitó el cinturón de seguridad y acercó su cuerpo a la de la otra persona que estaba a su lado. Ahora su cuerpo estaba de cara a Minho y sus manos estaban fijas.

Minho, sorprendido por la repentina proximidad, no se dio cuenta de que un rubor se extendía desde sus mejillas hasta sus orejas.

"¿Minho?" Chan acercó su cara, su posición hizo que Minho no pudiera moverse en absoluto porque sus caras estaban a sólo centímetros de distancia.

"S-si, ¿señor?"

"¿Sabes lo que hacen los babys sugar?".

"Lo sé..." chilló Minho mientras seguía intentando mirar hacia atrás, el rostro del hombre mucho mayor que él cada vez más cerca.

"¿En qué consiste el trabajo?"

"¿Tú odias que te toquen y yo tampoco quiero que me toquen... así que puedo acompañarte si necesitas un compañero de charla, o de copas en el bar?".

Chan sonrió de nuevo: "Inteligente".

¡BREAK!

Chan empujó de repente a Minho fuera del coche. Chan que se había estado acercando para poder abrir silenciosamente la puerta y quitarle el cinturón a Minho. En cuanto estuvo abierta, Chan le empujó fuera y le hizo caer y rodar por la nieve.

"¡Auch!" Minho cayó fuera con mucha fuerza. "D-duele..."

"Ah, es una pena que no te hayas roto ningún hueso. Supongo que no empujé lo suficiente".

Minho sólo pudo darse la vuelta dolorido, su rodilla izquierda que aterrizó primero en el suelo estaba herida.

"La próxima vez que te vuelva a ver, puede que te rompa las costillas. Así que no vuelvas a molestarme ni a aparecer".

Chan cerró la puerta del coche y arrancó el motor. Poco después, el coche negro ya se alejaba a toda velocidad dejando a Minho aún rodando de dolor sobre la nieve.

"¡Qué demonios!", siseó Minho mientras veía alejarse el coche. "¡Pensé que se había vuelto bueno! ¡Quién fue el que me secuestró! ¡Quién querría volver a encontrarse con alguien como él! ¡Cabrón! Argh, duele—"

El sol había empezado a salir por el este, y el lugar donde había caído Minho no estaba lejos de una parada de autobús.

Minho se dirigió finalmente a la parada de autobús y regresó directamente al hospital donde estaba Jeongin. Había sido un día largo y agotador, y tenía que terminarlo pronto antes de que fuera aún más horrible.