Nueve

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"¡Chan! ¡Abre la puerta! ¡Si no la abres en un minuto, la abriré yo mismo!"

Sana no paraba de aporrear la puerta del apartamento de Chan. Esa última frase hizo que Chan se maldijera a sí mismo ya que todavía tenía el cumpleaños de su esposa como contraseña.

Mierda, a partir de mañana tengo que cambiar la contraseña.

"¡Minho, despierta!" Chan sacudió a
Minho que yacía inconsciente en el suelo, pero tampoco podía levantarse.

"¡Joder!"

Rápidamente levantó a Minho y cogió su ropa que estaba esparcida por el suelo. Chan llevó al inconsciente Minho a su habitación y lo aventó contra la cama.

Chan se fijó en el salón, completamente caótico y desordenado debido a sus actividades anteriores con Minho. Estaba a punto de apresurarse a ordenar el salón, cuando Sana volvió a gritar.

TOC, TOC, TOC.

"¡Chan! ¡Abre la puerta! Hay algo que tenemos que hablar sobre Felix. El cuerpo de Felix acaba de ser encontrado... en el Lago Seokchon."

Ese nombre...

El nombre de su hijo... hizo que Chan dejara de hacer lo que estaba haciendo.

¿Felix?

Sana volvió a gritar: "¡Chan! Abriré la puerta yo misma..."

"¡Espera!" El aterrorizado Chan cogió su abrigo y salió corriendo, cerrando la puerta tras de sí.

"Has tardado mucho". Sana miró sarcásticamente a su marido que ahora estaba fuera. "Hablemos de ello dentro..."

Chan la apartó de inmediato: "No. Hablemos de ello en el coche. Vayamos directamente al Lago Seokchon".

"No me toques".

Sana se quitó de encima el tirón de su marido y se alejó primero, mientras Chan se quedaba detrás, observando a su mujer. Agradeció en silencio que Sana no hubiera entrado en su apartamento y se hubiera percatado de la presencia de Minho. Podría haber sido peligroso que ella supiera lo que Minho y él acababan de hacer.

"Sana", Chan abrió primero la conversación una vez que ambos estuvieron en el coche. "¿Estás segura de que es el cuerpo de Felix?"

"No lo sé. Acabo de recibir una llamada de
Chaeyoung. Dijo que la policía encontró un cuerpo en el lago."

Chan miró a su mujer, quién apartó la vista, en mirar por la ventana. Suspiró: "Sana, no puede ser Felix... Felix se ahogó hace seis meses, si lo encontraran ahora, debería estar en los huesos..."

"¡CÁLLATE!" gritó Sana, las lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas. "No puedo creer que digas eso tan fácilmente. Hu-huesos... ¿Qué acabas de decir? ¡Incluso sigo deseando que Felix esté vivo!"

"¿Crees que no espero que Felix siga vivo?
¡También es mi hijo! ¡Yo tampoco quiero encontrar su cuerpo, pero es mejor que no encontrarlo! Si tan sólo fueras una mejor mamá..."

"¿ME ESTÁS CULPANDO? ¡TÚ ERES EL QUE NO PUEDE SER UN BUEN PADRE PARA FELIX!"

"¡JA, JA, CÚLPAME OTRA VEZ! CÚLPAME TAMBIÉN HASTA QUE ME MUERA!" Chan golpeó el claxon con fuerza, sobresaltando a su mujer. "¡Todo es culpa mía, no tuya! ¿Verdad? No has hecho nada malo. ¡Eres una madre perfecta, perfecta! ¿Es eso lo que quieres, Sana? ¿ESO ES LO QUE QUIERES?"

"¿POR QUÉ NO TE MUERES, CHAN?
¿POR QUÉ TIENE QUE MORIR FELIX?"

Chan agarró con fuerza el volante de conducir, le dolía el pecho. Se mordió el labio con fuerza, intentando no echarse a llorar. Decidió callarse, pelear con su mujer no acabaría nunca. Y por supuesto no devolvería a Félix a la vida.

Dandelions | MinChan | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora