Necesidad

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—Ya suéltalo Hyunjin—insistía Jisung intentando liberar el cuello del doctor Lee del agarre del pelinegro

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—Ya suéltalo Hyunjin—insistía Jisung intentando liberar el cuello del doctor Lee del agarre del pelinegro.

—Juro que te mataré Minho. Por tu culpa el ya no está conmigo—amenazaba el menor quien traía una expresión de odio y rencor, como si estuviese poseído por un demonio.

El señor Chan se quedó estático, no sabía cómo reaccionar ante lo que estaba sucediendo, el doctor Lee estaba casi morado por la asfixia y el castaño era muy débil como para frenar los movimientos de Hyunjin el solo.

—Señor Chan, haga algo—gritó Jisung pidiendo ayuda al mayor.

Fue entonces cuando el peli naranja de 40 años agarró la jeringa sobre la mesa e inyectó el cuello del enfermo depositando todo el calmante en sus vías sanguíneas.
Luego de unos segundos Hyunjin cayó inconsciente en el suelo.
El doctor Lee se vino abajo tras casi ser estrangulado por el menor, su respiración era agitada y el miedo recorría por sus venas.

El doctor Lee se vino abajo tras casi ser estrangulado por el menor, su respiración era agitada y el miedo recorría por sus venas

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En el interior de la recámara de Hyunjin se encontraba este abultado en un rincón. Ante el un lienzo y algunas pinturas lo acompañaban.

—Una pizca de blanco—decia en susurros—Y ahora agregamos el amarillo. Sí, no puede faltar el amarillo—una risa estruendosa y sombría salió de entre sus labios—Eres perfecto, solo tengo que verte otra vez y estará listo.

El cuadro fue sutilmente cubierto con una delgada manta, con mucha delicadeza para no dañarlo. Decidió bajar las escaleras, incluso estando a medio vestir y sin zapatos, necesitaba verlo de alguna forma. Necesitaba comprender porqué esa imagen no salía de su cabeza.

A unos pasos de la puerta a punto de escapar el pelinegro percibió unas voces, iba a continuar, pero al escuchar su nombre ser mencionado decidió tomar camino hacia la entrada del despacho y escuchar toda la conversación que mantenía los dos jóvenes dentro de la habitación.

—Como puedes decirme algo como eso? Crees que soy de la clase de persona que mata a alguien?—se defendió el doctor Lee, «hipócrita» pensó Hyunjin.

—No estoy diciendo eso, solo que veo extraño que te atacará de esa manera—concretó su amigo Jisung—Tal vez le hiciste algo malo al pobre.

—Ni siquiera le conozco por Dios.

—Sabes que eres muy malo, a lo mejor asustaste al chico con tu frialdad—mencionó juguetonamente.

—Solo soy malo contigo-dijo el doctor atrallendo al castaño hacia el—Y bien sabes que eso te enciende—y plantó un beso efímero y cauteloso en los labios del menor.

—Ya Suéltame Minho—se desprendió del agarre con brusquedad—Alguien podría ver.

—Oye Jisung.
—Si?

—Perdón que te cambie el tema, pero que haremos con Hyunjin? Será mejor llevarlo a la clínica. Qué opinas?

—Si, esta vez tienes razón. Creo que eso será lo mejor que haremos por ahora, espero que mi pequeño se recupere de apoco-comentó Jisung con un poco de tristeza en los ojos.

Del otro lado de la puerta se encontraba a un joven de negra cabellera hecho bolita en el suelo. Su respiración era inestable y acelerada, era como si quisiera ahogarse . Su rostro se volvió más oscuro y su mirada triste y vacía

Salió corriendo rumbo al valle en plena noche. No quería ser internado, no quería morir en hospital de quinta, solo con poder concluir su cuadro y ver esos cabellos rubios una vez más, ya era feliz.

 No quería ser internado, no quería morir en hospital de quinta, solo con poder concluir su cuadro y ver esos cabellos rubios una vez más, ya era feliz

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—Dime tu que me conoces tan bien, —mencionaba Hyunjin sentado sobre una roca en la cálida cueva—Por que soy tan miserable en esta vida?

Al estar completamente solo en aquel lugar, lo único que se escuchaba era el eco que producían sus palabras. Sin darse cuenta comenzó a derramar algunas lágrimas. No comprendía del todo que le estaba sucediendo. Tenía sentimientos extraños, como si otra persona estuviese dentro de él. Recuerdos que le llegaban como sueños al pelinegro y estaba aquello que lo sacaba de sus cabales, ese chico misterioso de cabellos rubios.

—Boki-e dónde estás?— pregunto Hyunjin a las paredes arrugadas del hermoso recinto. —Por qué no vienes a mi? Se que estás ahí, puedo sentirte, deja de huir.

Tras esas palabras un escalofrío recorrió el cuerpo del menor, sintió como unos cabellos rozaban su mejilla y percibió un delicioso aroma a pintura recién destapada.

—Eres tu Boki-e? —unos segundos bastaron, Yongbok estaba en frente de Hyunjin quien lo miraba perplejo.—Tu.. sabía que eras real.

Hyunjin dio unos pasos anchos y abreazó el delicado cuerpo de Yongbok.

—Sabiá que no estaba loco. Eres real, estás aquí, no puedo creer esto—el pecoso lo observó confundido al notar que lo que había hecho para borrar sus recuerdos no habían funcionado.

-Como recordaste?

-Perdona si suena algo absurdo, pero siempre te veo en mis sueños.- pronunció el pelinegro ruborizandose un poco.

-Y que pasa en tus sueños?

Aquella pregunta fue una señal para Hyunjin, el cual se acercó sin pena alguna y agarrando con fuerza las caderas de pecoso depositó un sensual y sonoro beso en sus labios.

-Te puedo mostrar las cosas que sueño?-«pervertido» pensó Yongbok con una sonrisa ladina en el rostro.

-Te puedo mostrar las cosas que sueño?-«pervertido» pensó Yongbok con una sonrisa ladina en el rostro

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Próximo capítulo contiene escenas +18.
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