Otras vidas
La vida monótona y ordinaria de Hyunjin se vio iluminada por la presencia de un ser que era visible solo ante sus ojos. Un ser único y especial que espero más que miles de años para concretar su promesa eterna, su promesa de amor.
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Estaban ahí, frente a frente, trasmitiéndose miradas incómodas sin saber que decirse mutuamente. Fue entonces cuando Hyunjin se abalanzó sobre el rubio y apretándole las mejillas con sus manos depositó un efímero beso en sus labios.
La mano de el tal Yongbok voló hacia la cara del pelinegro y después de un buen golpetaso le gritó.
-Qué te pasa? Estás loco? Cómo te atreves a besarme de esa forma?
-Perdona perdona perdona-se disculpó mientras retrocedía ya que aquel chico rubio tenía intensiones de golpearlo otra vez- Sólo quería saber si eras real.
-No había otra forma de hacerlo? Debes respetar a tus mayores.
-Que quieres decir con mayores?- mencionó sorprendido.
-Tengo 22 años niño.
Los ojos de Hyunjin viajaron por cada parte del cuerpo de aquel extraño. Todo en el estaba cubierto de ropa negra, traía un sombrero puesto y sus cabellos eran muy largos «elegante»pensó. Solo su rostro estaba expuesto. Sus ojos eran brillantes y encantadoras piedras del color de la noche , su cara estaba adornada por punticos marrones que lo hacían extrañamente hermoso y sus labios jugosos y carnosos traían un color rosa muy extraordinario.
-Entonces, de donde vienes Yongbok y por qué estás merodeando mi casa?- preguntó Hyunjin después de haber hecho un paseo turístico por cada parte del cuerpo de aquel extraño.
-Me escapé de donde vivía. Y no estoy merodeando tu casa, aunque no estaría mal saber en dónde vives.
-Lo siento, pero mi casa es muy aburrida como para que vivas en ella.
-No quería quedarme en ella, tengo donde dormir- y sonrió alegremente- no pienses cosas raras.
-Por qué usas el cabello largo?- preguntó Hyunjin de repente tocando algunas hebras del delicado cabello rubio- Digo, se te ve hermoso, pero pareces una chica.
Yongbok comenzó a reír mientras que el pelinegro no entendía el por qué.
-Es por superstición. Nunca me cortaría el cabello ni por la cosa más importante del mundo. Ahora, no se cómo tomar tu pregunta, acaso es una ofensa? No sé si parezco chica, pero me veo bien supongo.
-Si, incluso eres más sexy que cualquier chica que haya visto- mencionó Hyunjin escaneando el cuerpo del mayor una vez más.
-Me estás coqueteando?- preguntó el extraño asombrado.
-Claro que no. Cómo crees? Solo te elogiaba.
-Si lo dices- mencionó mientras reía por lo bajo.
Las horas fueron pasando y aquel extraño se volvió un conocido de toda la vida. El río estaba alegre al sentir sus cálidos pies hacer ondas en el agua. Sus risas se escuchaban por todo el valle y por unas pocas horas todo fue perfecto. La luna se fue ocultando y a la luz del alba se notaba de lejos. Ya estaba amaneciendo, así que se propusieron terminar su agradable charla y con sus manos de despidieron con alegría.
