Inocencia

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-Hay algo que tengo que contarte- comentó el pelinegro mirando el agua caer por la catarata-Yo estoy enfermo, me estoy muriendo

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-Hay algo que tengo que contarte- comentó el pelinegro mirando el agua caer por la catarata-Yo estoy enfermo, me estoy muriendo... yo...- y comenzó a derramar lágrimas incesantes.

A lo lejos aquel rubio de cabellos largos lo observaba atentamente. La imagen de aquel niño llorando a solas en un lugar tan hermoso, causó incomodidad en aquellos ojos negros que miraban desde la distancia.

-Por qué lloras niño?- preguntó Yongbok acariciando los negros cabellos del menor.

Hyunjin pegó un brinco por el susto y una vez más cayó al río-Será mejor que dejes de hacer eso. Me pararás el corazón- mencionó sacudiéndose el agua, persiviendo una sonrisa pícara por parte del mayor.-Que? De que te ríes?

-Nada, solo imaginaba cómo sería si se te parara-rió por lo bajo el pecoso provocando inseguridad en Hyunjin.

-Seguimos hablando del corazón?

-Claro que si, pervertido, que te pasa?- levantó el abanico que llevaba en su mano izquierda y golpeó la frente del menor con fuerza.

Ambos rieron por segundos, pero todo se detuvo cuando la cabeza de Hyunjin comenzó a latir intensamente. Su cuerpo se tambaleó de un lado al otro y todo se vió borroso ante los ojos del menor.

-Hey, que te pasa? Estás extraño- preguntó Yongbok confundido.

-Estoy bien- respondió a medias mientras trataba de equilibrar su cuerpo- Sólo ayúdame a llegar a casa.

-No estás bien Hyunjin. Sólo obsérvate, no puedes ni caminar. Y no sé dónde queda tu casa, así que te llevaré a la mía.

Trás aquellas cálidas palabras Hyunjin perdió el conocimiento dejando caer todo su peso sobre el delgado cuerpo de aquel rubio pecoso.

Ya estaba caída la noche y en la casa Hwang hasta los perros perseguían el rastro del desaparecido

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Ya estaba caída la noche y en la casa Hwang hasta los perros perseguían el rastro del desaparecido. El señor Chan se encontraba eufórico por el extraño suceso, iban a ser más de 10 horas y nada del rastro del joven pelinegro, mientras que en una muy acogedora cueva estaba el, tomando un plácido descanso.

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