Capítulo 16: Termínalo, ya.

243 15 2
                                    

Y aquí vamos de nuevo, tomé de la mano a Álvaro y seguimos nuestro recorrido por el museo, los chicos de pronto había desaparecido logrando tener un poco de privacidad para el número ocho y yo. Miramos distintas pinturas, esculturas y una que otra pieza abstracta que yacía por aquí.

—De nadie seré, sólo de ti —Fidalgo recita los versos de Neruda— Hasta que mis huesos se hagan ceniza.

—y mi corazón deje de latir —termino por él, nuestra sonrisa se pinta, no nos hemos dejado de tomar de las manos y nuevamente nos damos un beso.

Salimos del museo, a diferencia de los otros chicos, él no se cubre con nada, simplemente nos exhibimos al mundo, sé que está mal, pero, hablaré con él y le pediré perdón por el tremendo lío en el que nos metimos. Buscamos la salida y a los chicos, para nuestra sorpresa los encontramos comiendo helado y jugando en la máquina de los muñelocos.

—No mames Kevin —Henry le da un leve sape al número cinco— te dije que no lo soltaras, a ver, Edson, préstame otros $15. —este extiende la mano y a Edson no le queda otra opción que dárselos.

—Son los últimos  quince —Edson se queda mirando la partida mientras que Lainez y Lara juegan en otra máquina de premios— muévanse a la izquierda, un poco más.

—¡Agárralo! —Henry presiona a Kevin y este se ve que sufre por ello— ¡Ya lo tienes!.

Terminamos de llegar con ellos, así como también les llega la facilidad a los dos equipos, Emilio y Diego traen una esfera muy grande y Kevin junto a los otros dos sacan un peluche en forma de berenjena.

—¿En qué momento llegaron? —Henry nos mira con sorpresa y le avienta el peluche a Kevin.

—Recién —el español y yo nos reímos.


[...]

—¿En dónde estábas? —Alejandro aparece en mi cuarto antes de irnos al estadio— ___________, te estoy hablando.

—Me sentía un poco mal y salí —me trenzo el cabello, pero él me gira con brusquedad hacia él— Alejandro, ¿Qué te sucede?.

—Que me estás diciendo mentiras, eso es lo que me tiene así, porque yo nunca te he mentido —sus ojos destilan ira, trago grueso y me levanto de la silla.

—Simplemente fue eso, Alex —le doy la espalda y trato de esconder las lágrimas— vámonos, el autobús ya está listo.

Salimos los dos, él posa su brazo sobre mis hombros y a cada nada me da uno que otro beso, esta vez, Zende desobedece el reglamento y se sienta conmigo, me atrapa en sus brazos, sin embargo mis ojos viajan buscando al español, lo miro subir y buscar su asiento, pero un beso llega a mis labios, lo correspondo y el chico de ojos cafés se vuelve mas poseso.

Cuando llegamos al estadio, uno a uno van bajando y siendo recibidos por la entusiasmada afición que hoy espera salir campeón. Por mi parte, me quedo con el cuerpo técnico, los demás asistentes y nos acomodamos en la banca que nos corresponde, Malagón me habla y acudo con él, traigo el botiquín pero no creo que me hable para algo médico.

—¿Lo vas a terminar, no? —Ángel finge que le molesta algo en la pierna, yo asiento y le pido que se siente.

—Llegando a México lo haré, hoy pasó algo que por primera vez me hizo llorar con él —el semblante del guardameta cambio totalmente.

—¿Qué te hizo ese pendejo? —no se molestó en seguir fingiendo.

—Nada sin importancia —trato de emitir una sonrisa pero esta se borra al instante en el que Alejandro aparece.

CUANDO TE VI | Fanfiction Álvaro Fidalgo & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora