Capítulo 17: Sin ti me muero.

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De vuelta a casa, hoy le pondría fin a la especie de relación que había iniciado con el número 17. Si bien, antes teníamos historia, esta versión no me gustaba, sabía incondicionalmente que Álvaro era con quien quería quedarme para siempre, busco algunas cosas en mi cuarto, pero las arcadas me hacen correr al baño, devuelvo por segunda ocasión en la semana.

Las emociones han estado a full y por eso se lo atribuyo, le envío un texto a Henry para que después de ver a Alejandro me recoja, ya que me iré en Uber pero de regreso quedamos en ir a almorzar en Xochimilco. Termino de colocarme el mom jean, mis converse y la chaqueta de mezclilla que hace juego con los tonos verdes de mi blusa, bajo a donde el Uber y lo abordo, el camino a casa de Zende es tan fugaz, en cuestión de minutos llego al lugar, una llamada de Kevin me hace tomar el teléfono y contestarle.

—¿Dónde estás? —la voz agitada del número 5 me hace preocupar— Te estamos buscando.

—Vine a ver a Alejandro —contesto antes de entrar al edificio— ya sabes, para hablar con él y de ahí irnos a Xochi.

—¿El Profe no está contigo? —mi entrecejo se frunce

—No, ¿Qué sucede? —alzo la vista para tocar el botón del ascensor— Nahín?.

—Solo pregunto —su risa me tranquiliza— nos vemos otro rato.

—Bye —colgamos la llamada, el ascensor me deja en el corredor que da con el apartamento del número 17.

Toco la puerta, tardan un poco y después lo visualizo, se acaba de despertar ya que aún se frota los ojos, su semblante permanece tranquilo, distinto al de días anteriores. Me invita a pasar, el lugar se siente frío, me ofrece un vaso con agua y lo recibo gustosa, nos sentamos en el sofá, él enciende la televisión pero yo carraspeo para llamar su atención.

—Alex, necesito que hablemos —lo tomo de las manos—  porfa.

—Amor, ¿de qué tenemos que hablar? —su sonrisa aparece— tu y yo estamos bien, soy tuyo y tú eres mía.

—Zende, yo quiero que acabemos esta relación —su semblante se transformó y se puso de pie, mis ojos viajaban en busca de alguna reacción.

—No, no podemos terminar —sus ojos se oscurecieron— tu y yo hasta el final, nadie nos va a separar.

—Solo vengo a decírtelo —me pongo de pie— hemos terminado, si te preocupa la titularidad, no te preocupes, Fernando seguirá teniendo un buen concepto de ti.

Busco la salida, pero él se atraviesa en el camino y yo lo empujo para que me deje vía libre, toma mis muñecas y forcejeo, me arrastra con él a no se donde, soy hábil y le pego en donde el sol no llega. Así que corro, busco la puerta y la abro, bajo con desesperación las escaleras, busco mi móvil y le marco a Henry, contesta y le pido que venga por mi, Alejandro azota la puerta y viene detrás de mi, camino rápido hacia afuera, no veo la camioneta por ningún lado, ruego porque llegue Henry.

Alejandro es detenido por el portero, estos charlan pero él no despega la mirada de mi, estoy por marcarle a Henry pero veo como parquea la camioneta deportiva, me adentro a esta y él pisa el acelerador. No vamos tan rápido, es una velocidad considerable pero una arcada por mi parte hace que se frene.

—¿Estás bien? —Henry me brinda un pañuelo para limpiarme— Dijiste que van dos veces en la semana, con esta es la tercera.

—Es la cuarta de hecho —termino de limpiarme y él arranca—son por las emociones fuertes que he tenido.

—¿Hoy fue otra? —enarca su ceja—¿Te hizo algo ese pendejo?.

—Pude defenderme —contesto antes de observar el cielo— ya terminamos y ahora entiendo que fue un enorme error intentar algo con él.

—Estás consciente de que tienes que emplear una orden de restricción como mínimo —lo miro y no se que cara poner, solo asiento y él vuelve a hablar

—¿Le darás una chance al español? —su sonrisa se me pega y asiento— a ese tío lo traes de un ala desde que se conocieron —carcajea—que de echo, nunca nos contaron eso.

—Fue un accidente, cuando lo vi en Walmart comenzó todo. —sonrío al hacer memoria de nuestras primeras charlas— después gracias a la fiesta en Coapa me di cuenta de su profesión.

—¿Te cuento algo? —asiento y este empieza a hablar—recuerdas la factura?, pues nosotros la descargamos y editamos en internet, también intentamos alburearte pero no pudimos y desde el inicio supimos que eras mexicana.

—No te creo —ambos reímos.

Llegamos a las famosas trajineras de Xochimilco, mítica isla en donde puedes pasar una tarde increíble, así mismo, una tarde espeluznante en la isla de las muñecas, saludo a Kevin quien viene con una morocha, Jona también viene pero está solo, alcanzo a ver a Malagón, Lainez con su novia, Edson con Sofi y al español, este está sonriente y me abraza al llegar con él.

El festejo comienza, los mariachis comienzan a cantar y nosotros le hacemos segunda, <<Sabes una cosa>> de Luis Miguel es entonada por todos los presentes, mi estancia con las chicas se termina, pues sus novios las animan a bailar, pero entonces Malagón y Henry hacen que me levante del lugar para imitar a las chicas, es aquí en donde encuentro nuevamente al Asturiano.

—¿Sabes una cosa? —sonrío— tengo algo que decirte y no se como explicar lo que te quiero contar.

—Doy gracias al cielo, por haberte conocido —le sigo la letra.

—Que sin ti me muero —nuestras frentes se unen, sus intentan llegar a los míos pero Ángel nos separa.

—Te estoy viendo eh, cuidadito con mi hermana —Henry le da un codazo— Suerte, Cuñado.


[...]

Henry me devolvió a casa, me despedí de él y de Malagón, el español se habia ido con Lainez y los demás, mientras que estos dos chicos me trajeron a casa, sana y salva. Josué me dijo que cualquier cosa que necesite le mande mensaje, mientras que Malagón me pidió que hablara con mi hermano sobre lo que había pasado.

Subo las escaleras para llegar a mi habitación, camino por este en busca de mi pijama pero en el plan de buscarlo, encuentro mi calendario con el que reviso que mi regla vaya bien y entonces me doy cuenta que tengo un retraso de tres días, no le tomo importancia porque casi siempre pasaba lo mismo o incluso se me adelantaba.

Enjuago mis dientes y con el pijama puesta me adentro en las sábanas blancas.

CUANDO TE VI | Fanfiction Álvaro Fidalgo & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora