CUANDO TE VI | Fanfiction Álvaro Fidalgo & Tú

Capítulo 10: Me gusta tu sonrisa

HORAS MÁS TARDE.

ESTADIO AZTECA, CDMX, MX.

___________

Los muchachos ya se habían ido a cambiar, ¿Cómo nos curamos la cruda?, una pancita de res lo solucionó, también una buena hidratación para así tratar de rendir bien, quiero dejar en claro que no todos los chicos del equipo tomaron, solo algunos tomamos.

Permanezco sentada con los asistentes médicos, Fernando parece fresco, no me ha visto en casi todo el día, ojalá no se haya enterado de los juegos en los que participé. Algunos chicos están sentados, ellos permanecerán aquí hasta que Fernando decida hacer cambio alguno, solo hasta después del medio tiempo.

El encuentro es contra Monterrey, los chicos van saliendo del tunel, el azteca alude a sus jugadores, se escucha a la barra gritar y alentar con fervor a su equipo. El central convoca a la formación, dictan el mensaje de la liga y después los capitanes se saludan. El partido arranca, el esférico es de los muchachos, hay pases de Fidalgo a Valdés, este se la manda a Lara y corre, corre con el esférico para mandarselo a no se quien, ¡Acaba de regalarlo!, el balón ahora lo tiene Rayados, ellos lo dominan; es así como veo que al número 17 del equipo contrario pasarselo al número 27 pero ahora lo pierde y es entregado a Valdés, este se lo manda a Reyes para después entregarselo a Cabecita.

Jonathan se prepara, dispara y el portero es quien lo desvía, el ave quiere imponer y decir quien manda en casa. Mi hermano da indicaciones, pero los jugadores descuidan el balón, es el minuto 18, el Monterrey está en el área, atacan tres, defienden dos y esto está cardiaco, Romo dispara pero nuestro Malagood defiende, el esférico vuela pero dispara Maxi y el marcador es un 1-0, Rayados se ha adelantado.

Minuto 36, el chileno recibe un pase, pero Victor Guzmán patea el esférico hacia arriba, el portero contrario es obligado a salir del arco, Andrada la rescata para apoyar a su compañero pero ya es muy tarde, Diego la toma, le pega para después mandarla a guardar y así es como retumba el Azteca con el 1-1.

Todos en la banca lo festejamos, mi hermano aplaude por ello. Varios intentos por anotar de los dos equipos, no hay resultado y el medio tiempo llega. El equipo se va a los túneles y todos felicitamos a los chicos por el buen trabajo que están haciendo hasta ahora, a pesar de su cruda realidad.

—Muchas felicidades, chilenito —le doy un fuerte abrazo— estuviste genial.

—Ese iba para ti —el chileno me guiña un ojo, después camina hacia sus demás compañeros.

Al ojiverde también lo encontré, este y yo nos dimos una escapada, como si fuéramos novios, pero no duró mucho ya que mi hermano les pidió que regresaran para ya salir hacia el terreno de juego. Álvaro se despide de mi con un beso en la frente, es el último en salir así que le deseo suerte.

El segundo tiempo empieza con agresividad, el equipo contrario busca a toda costa el esférico, los chicos ya comienzan a calentar, uno que otro se queda en las bancas pues mi hermano aún está ideando la estrategia para los minutos que queden de juego. Una jugada por parte del Monterrey se efectua, el número 17 de nuestro equipo va a por el balón, este es golpeado con el codo del rival.

El chico del jersey 17 se tira al piso, el árbitro no marca nada. El chico levanta la mano y es el momento en el que ingreso con el maletín

—No te eches hacia atrás, ven levantate —le ayudo y busco a los auxiliares del árbitro, uno señala pero lo ignoraran— toma este trapo —le ayudo a sujetar el pañuelo que le di, el mundo es tan pequeño que ambos nos quedamos mirando, sí, yo conocía a este hombre, Alejandro es hermano de Mónica.

—Voy a continuar con el partido —este rompe el contacto visual, le doy unos tapones para la nariz— gracias _______

—Zende, son minutos contados para ti —le expreso con determinación, además, le entrego una botella con agua— le diré a Fer que te saque.