¿Proteger a los animales es nada más una moda?

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Antes de Meteoro nunca había tenido una mascota. Mi papá Aioria se resistía con todas sus fuerzas; ya se imaginan los miles de pretextos que ponía:

"-¿Y quien va a limpiar sus popós?, ¡yo ya tengo demasiado trabajo!, ¿Quien lo va a sacar?, ¡Varias mascotas necesitan salir y yo no tengo tiempo!"

Y bla, bla, bla...
Yo siempre tenia una respuesta a tooooooodaa sus preguntas:

"-¡Pues yo!"

Pero el siempre replicaba que eso decía "ahorita", pero que nomás que nuestra mascota llegara a casa olvidaría todas mis promesas.
Para convencerlo redacte un documento en el prometía solemnemente alimentar, sacar a pasear y recoger sus popós a mi mascota; además por supuesto, quererlo muchísimo siempre. Después firme el documento y se lo di a firmar a el, como mi testigo honorario.
Pero creo que más que mi promesa por escrito, lo que convenció a mi pá fue cuando mi papá Shura se fue me quedé muy, muy triste. Tal vez habló con el señor Hasgard y éste le dijo que sería bueno para mí, o tal vez mi papá Shura ayudo a convencerlo (porque se lo pedí llorando muchas veces). El caso es que un día que fue por mi al coliseo me enseño una foto de Meteoro que traía en su celular y me dijo que ese pegado estaba en adopción, que si me gustaba como para hacerlo miembro de nuestra familia.
Yo por supuesto grité como loco: con su melena y pelaje color blanco, sus pesuñas, con sus ojos rojos y sus hermosas alas extendidas, Meteoro era lo más bonito que había visto en el mundo. ¿Como no lo iba a querer? ¡Por supuesto que luego, luego le pregunte a mi papá Aioria que cuando íbamos por el! El solo se río un poco y me dijo su clásico

"-Calma, calma, todo a su tiempo".

¿¡Como que todo a su tiempo!? ¡Yo ya quería tener a mi pegaso en mi casa y nada me lo iba a detener! Pero mi pá me explico que se había puesto en contacto con las personas que le estaban dando refugio temporal a Meteoro y se habían puesto de acuerdo: el sábado iríamos por él. ¡Uta! Se me hizo eterno... Pero ni modo. Me la pase con tanto los días... Que digo los días, ¡las horas!, para ir por Meteoro (Ya se llamaba Meteoro porque así le pusieron los que lo rescataron, y mi pá y yo decidimos dejarle ese nombre para que no se sacara de onda y además porque nos latía un buen).
Bueno, ni tengo que decir que cuando por fin llegó el sábado me levante súper temprano (más bien creo que ni dormí) por la emoción de ir por Meteoro. Me la pase molestando a mi pá, que roncaba como tronco el pobre y cuando por fin se levanto tenia una varita que, ¡ay wey!, sí daba miedo.

Desde el principio me advirtió que el lugar donde tenían a Meteoro estaba lejos de casa; que tuviera paciencia porque con el tráfico de sábado por la mañana íbamos a tardar una hora o más en llegar. ¡Una hora!
¿Acaso podría esperar tanto tiempo?... Pues ahora si que ya qué. Si ya había esperado días, una hora más no iba a ser imposible. Así que fuimos a la parada de autobuses que estaba en las afueras del santuario, nos subimos y nos sentamos al final de este, me enchufe a mi iPad con los audífonos para oír música y cerré mis ojos, esperando a que el camino se me hiciera rapidísimo y tener muy pronto a mi Pegasito en mis brazos.
Pero como no había dormido bien, ¡zas!, que me quedo dormido en el camino. Nomás de repente oí la voz de mi pá que me decía:

-"Ya llegamos, Dios del sueño".

Yo estaba a punto de replicar:

-"Ya sabes que odio a los dioses".

Pero en ese momento un chico joven (creo que tenia 15 años) estaba afuera en la salida del camión:

-"¿Ustedes son la próxima familia de Meteoro?"

Y yo grite:

-"¡Siiiiiiiiiiiii!"

Y me baje volando del camión.
Mi pá, el chico y hasta creo que el señor del bus se reían de que un segundo antes estaba todo modorro y al siguiente ya iba corriendo hacia adentro de la casa. Cuando entre, un hombre también muy sonriente traía cargando a mi Meteoro. Me cae que casi se lo arrebato de los brazos.
El solo se río y me dijo:

#Yonomásdigo (Saint Seiya Omegaverse Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora