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El estadio se encontraba lleno, todos los presentes aplaudían ante las espectaculares presentaciones de cada patinador, eran tan increíbles que al final de cada acto lanzaban regalos y flores a la pista de hielo. Claro, los jueces no se quedaban atrás, cada uno se notaba serio pero alegres a la vez.

Tenían claro su trabajo, calificar lo mejor de lo mejor.

Y si, el público podría tener una opinión de quien patinaba mejor y quien no tanto, pero los jueces eran los expertos ahí y si ellos decían algo, no había algo que los hiciera cambiar de opinión.

El último chico en patinar terminó su acto y los aplausos se hicieron presentes, todo se lleno de alegría y gritos al joven quien recogía los pequeños detalles del piso.

Mientras eso pasaba, cierto joven peli negro veía todo detrás de una cortinilla azul que separaba a los bastidores con la pista de hielo, se encontraba serio y nervioso, era el siguiente en actuar y sentía que algo malo pasaría.

— Seokjin, recuerda que sales en cinco minutos mientras limpian la pista para tu acto — una voz femenina lo hizo salir de sus pensamientos y solo asintió la cabeza, la chica se retiró y kim se fue a sentar para ponerse sus patines

En eso, sintió el peso de una mirada rígida sobre el, jin suspiro y volteó hacia arriba y vio a su entrenadora viéndolo sin decir absolutamente nada

— Se lo que estás pensando, ya deja de verme así — retiro la mirada de la chica y se concentró en abrocharse los patines, con una sola mirada podía adivinar lo que la mujer le iba a decir en cualquier momento

— Ajá, no eres adivino para saber eso — suspiro profundo y quito la mirada de seokjin, quien se levantó rápido y se puso de su lado

— Lo soy, estabas pensando algo como Oh seokjin, ya se que estás preocupado pero recuerda patinas hermoso y te vas a llevar el trofeo de Patinaje de Invierno en Tokio ¿O me equivoco? — cruzó sus brazos mientras arqueaba una ceja, jihyo pensó en decir algo pero su boca se quedó perpleja y mejor optó por quedarse callada

— Da igual, pero es la verdad ese trofeo es tuyo a como de lugar, lo siento en mi — sonrió y extendió sus brazos para que seokjin correspondiera, este solo sonrió girando sus ojos y la abrazo — Eres increíble no lo dudes nunca

— Lo soy porque te tengo a ti de entrenadora — sonrió dulcemente y se quedaron así por un buen tiempo, pero una voz lo interrumpió y lo saco de su momento lindo

" ...Y ahora sin más preámbulos, reciban con aplausos al siguiente patinador, Kim seokjin"...

La sonrisa que hace unos momentos yacía en sus labios desapareció y respiro hondo para salir a la pista de hielo y hacer su acto, los aplausos y ovaciones no se hicieron esperar y todo el estadio se lleno de eso. Pero una seña de los jueces hicieron que todos guardaran silencio

Las luces se apagaron y cinco segundos después una luz alumbró al chico quien lucía un espectacular traje negro con lentejuelas blancas que brillaban y lo hacían resaltar, tenía un pequeño maquillaje de color negro en sus ojos y una corona con forma de cisne en su cabeza.

Y en poco, la música comenzó a sonar. Su baile consistía en el lago de los cisnes pero más específicamente en el cisne negro el cual era su favorito, desde pequeño le fascinó la melodía y todas las obras de la misma y desde ahí, es que escoge siempre eso para bailar en las competencias.

No siempre escoge la misma melodía, varía según seokjin cual sea más adecuada para la ocasión.

Seokjin lucía tal cual como un príncipe en la pista, siempre reinaba ahí, no es por nada que se ganó el título de príncipe del patinaje. Se movía tan delicado y a la vez brusco, era tan flexible que podía estirar sus piernas hasta la punta de su cabeza y ni se diga de sus expresiones faciales, van tal cual como un chico que sabe que tiene cámaras a su alrededor, eso le facilita saber que tiene que tener su cara relajada.

Heartless - namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora