10. Piernas Largas

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Khun Aiyaret está trabajando mucho

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Khun Aiyaret está trabajando mucho.

El hombre parado sudando al costado del campo de fútbol lo dijo en su corazón después de ver de reojo a Aiyaret, quien estaba sentado y jugando con su teléfono en las gradas al otro lado del campo.

Tenía una piel blanca, cuerpo moldeado y formado. Tenía todo el estilo de un mayordomo, del cual ya había hecho uso muy seguido.

Aiyaret es muy bueno.

"¿Qué estás haciendo?"

"Nada..." Nhai hizo una mueca como un pez atrapado por Tan, quien vino a poner su brazo sobre su hombro y se frotó las mejillas avergonzado cuando accidentalmente miró a Aiyaret y pensó en algo extraño.

Ese extrañp sentimiento se volvió más claro desde la noche en que comieron costillas de cerdo, cuando se había puesto completamente borracho y mostraba un comportamiento extraño. Esa noche, Nhai pensó que no quería que Aiyaret hablara con ninguna mujer, incluso que tuviera un contacto físico más cercano que antes.

Finalmente, terminó haciéndole una mamada muy torpe, y terminó dormido en el baño. Cuando Nhai se despertó por la mañana, Aiyaret no dijo nada, pero lo llevó a bañar y comer y lo llevó con su familia por la tarde.

"Miras a Ai así, estás aquí solo porque no baja a jugar."

"No importa, siempre se queja de que en Tailandia hace mucho calor. Déjalo sentarse allí al sol y ser hermoso."

"¡Es muy guapo, te ves! Está sentado quieto y las chicas todavía se acercan."

"¡shia!"

Parece que no era el único que también piensa que Aiyaret hacía un buen trabajo.

"Mira aJida, ya le entregó el teléfono a Ai."

"Tan, ¿crees que Ai le dará su número a Jida?"

"Dar o no dar, no lo sé, pero le quitó el celular a Jida y si no le da el número, le dará el LINE."

"Entonces vamos."

"¿Adónde vas? En mí dijo que que te traiga al campo de fútbol ahora, y en cuanto a Ai, lo voy a estrangular después.»"

"Tú... soy yo..." Nhai se quedó sin palabras y sus ojos aún miraban hacia donde estaba sentado Aiyaret, "Como tú no tienes prisa por encontrar novia, estás irritado y quieres a tus amigos célibes uno a uno, ¿es eso?"

¡Maldición! No, sólo bromeo... Ai y Jida siguen sentadas y riéndose juntos, pellizcando sus brazos, acariciando las piernas y manos de Jida como un pulpo.

Quería ir a gritarle que Aiyaret era su pareja y decirles a todas que lo dejaran en paz.

Pero las palabras sólo quedaron en su mente porque se quedó duro en medio del campo de fútbol hasta que de golpe Intha pateó la pelota en su dirección y lo golpeó en medio del pecho.

Ai Long NhaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora