Capítulo 21: El croissant de la casa de Ai

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Es normal que la gente de las zonas rurales se acueste temprano por la noche, y los habitantes de la casa de Aiyaret no eran la excepción

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Es normal que la gente de las zonas rurales se acueste temprano por la noche, y los habitantes de la casa de Aiyaret no eran la excepción. Después de que todas las conversaciones terminaron, ya eran alrededor de las 3. Padre Sip y Nan, se excusaron porque irían a descansar. Mientras ChenNhai, siguió a Aiyaret a su habitación, que quedaba en la parte de atrás de la casa principal.

Después de regresar del sótano con Nan, donde habían ido a dar de comer a los pollos, Nhai notó que el estado de ánimo de su amado esposo, había decaído.

"Creo que será mejor que me vaya a dormir con Tan y los otros chicos. Tu cara no debería estar cerca de mí ahora." Dijo Nhai en voz baja, mirando la amplia espalda de Aiyaret, que estaba de mal humor, frente a la puerta. Sabía que la otra parte estaba enojado e insatisfecho con algo, pero cuando trató de preguntarle a Aiyaret, éste lo ignoró y tuvo una charla con otro amigo en su lugar.

"Entra." La respuesta corta se escuchó como una orden, Ai movió su bolso y se colocó a un lado para darle paso a Nhai, mientras su rostro se endurecía aún más después de escuchar que quería ir a dormir con sus amigos en la sal.

"Oiiii, ¿por qué estás tan enojado?" "Vamos a hablar en la habitación."

"Todavía no he hecho nada". Nhai abrió la boca para discutir y movió la

cabeza a un lado confundido. En el momento en que entró en la habitación, la oscuridad lo rodeó, hasta que Aiyaret entró detrás de él y encendió las luces.

La suave luz naranja iluminó la cama de tamaño queen que estaba en el centro del cuarto, con tres o cuatro almohadas blandas apiladas una encima de la otra. La cama tenía unas sábanas negras, que combinaban con un cálido edredón de color natural.

La habitación de Aiyaret se veía bastante oscura, en el sentido de que, en el interior, la mayoría de el mobiliario está acentuado con marrones oscuros y grises. Aún así, le daba un sensación misteriosa y lujosa cuando se unía y combinaba con la madera de teka, que adornaba la habitación.

"La habitación es un poco estrecha porque normalmente duermo solo", dijo con voz baja el hombre que llevaba el bolso.

Aiyaret caminó hacia el frente del guardarropa y sacó tanto su ropa como la de Nhai y la colgó. En realidad, podrían dormir en una habitación más grande, pero él quería que pudiera experimentar la parte de su vida con la que creció, por eso eligió ésta habitación, donde además podrían acurrucarse.

"No es estrecha, solo tiene muchas cosas. Hay dos guitarras, y... ¿Cómo se llamaba ese instrumento parecido al violín?"

Nhai se volvió para preguntarle al hombre que estaba de pie de espaldas y parpadeó. Cuando Aiyaret volteó a mirar lo que Nhai señalaba con su dedo, pero su rostro seguía tenso.

"Se llama violonchelo, la pieza que está en la caja del estante es el saxofón".

"Te gusta tocar música, ¿verdad? ¿Por qué no estudias música?"

Ai Long NhaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora