11. Pez dorado en el mar.

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El cuerpo semidesnudo de Nhai fue colocado sobre el suave colchón, su espalda era sostenida aún por las grandes manos de Aiyaret, lo apoyó lentamente teniendo cuidado de que no se golpee las costillas heridas

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El cuerpo semidesnudo de Nhai fue colocado sobre el suave colchón, su espalda era sostenida aún por las grandes manos de Aiyaret, lo apoyó lentamente teniendo cuidado de que no se golpee las costillas heridas.

El festín estaba por comenzar, iniciando con la boca para luego usar la lengua. Después de eso, apretó su cuerpo cerca de él, moviéndose y meciéndose en un ritmo sincronizado, hasta que la persona bajo él jadeó agotado, y dejó caer sus brazos a los lados.

Sólo escucharlo eso fue aterrador.

En el momento en que Nhai cerró sus ojos, afianzó el cierre d sus piernas, pero cuando iba a cubrir sus ojos con su antebrazo, Ai lo sacudió con un violento y excitante beso.

"Nhai"

"Ugh", se oyó un gemido sin resistencia, mientras la tensión en sus manos le daba a entender que no quería mirar a la cara de la persona que tenía encima en ese momento.

"Mira mi cara"

"Estoy bien, pero voy a estar mejor, si te calmas un poco".

"¿Deberíamos parar y hablar primero?" Una voz grave sonó cerca del oído del hombre que tensó su cuerpo hasta el punto de temblar. Aiyaret trató de apartarle las manos de su cara, insistiendo, y finalmente las empujó antes de inmovilizarle sus muñecas para colocarlas hacia ambos lados para apoyarlas contra la cama.

El rostro delgado se hizo a un lado con los ojos cerrados, Aiyaret vio claramente cómo tensaba su mandíbula, por el hecho de que apretaba fuertemente los dientes

Los labios que habían sido besados de manera forzada, estaban quietos, Aiyaret secó el sudor de la frente de que estaba completamente mojada.

"No me hables, solo hazlo porque ya me siento tenso".

"Si estás tenso y lo hacemos, te dolerá. Si no te hace feliz, entonces prefiero no hacerlo". Aiyaret dejó escapar un suspiro, mientras quitaba un mechón de pelo húmedo de su rostro, y le dio un suave beso en su amplia frente e hizo unos movimientos para tratar de calmar el miedo en la otra persona.

"No tengo miedo al dolor."

"No quiero hacerte daño, hacer el amor, tiene que causar felicidad, no dolor, y lo más importante, quiero hacerlo, no porque estés consciente, sino porque anhelo tocarte, más en las profundidades en las que nadie más ha estado. Quiero cruzar la línea que separa la amistad. Para convertirte en mi amante, y quiero dejar en claro que eres mío". La dulzura aún inundaba su rostro, y el ronco susurro hizo que Nhai levantara la vista y se encontrara con esos ojos.

Su respiración de pánico aún no había vuelto a la normalidad. Pero sintió mucho alivio porque el gesto no fue precipitado, ni forzado, para convencer a Nhai de ser tomado por Aiyaret.

"Hacemos el amor porque nos sentimos bien el uno con el otro, se sentirá bien. Por lo tanto, tienes que confiar en mí."

"No es que no confíe en ti. Sé que me siento bien cuando hago el amor contigo. Pero después de esto, ¿Qué pasa si ocurre que tú y yo no podemos estar juntos en el futuro? No sabría adónde ir después. Volverás a ser un hombre, vivirás una vida normal, te casarás, tendrás una familia o encontrarás a alguien que me sustituya. Sólo el pensar en eso me provoca dolor de cabeza." La mano que yacía plana sobre la cama se levantó para colocarse sobre la mejilla de Aiyaret, por su mente pasaban destellos mientras la otra persona acercaba su cara, "Nhai, fui succionado por ti y aún lo soy, si nos llegáramos a separar, moriría."

Ai Long NhaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora