CAPÍTULO 23

19 4 37
                                    

"Depende exclusivamente de ti darle sentido a tu vida. 

Jean Paul Sartre

Jean Paul Sartre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







Una brigada de guardia, procedentes de la torre de vigilancia notaron un extraño portal que apareció de la nada. Uno de los informantes dio aviso de inmediato al Dr. Lewis, dueño de la corporación del Proyecto Anunaki. Los guardias habían alistado sus armas, esperando la orden de ejecución de los intrusos, la alarma se activó en el sector de la plataforma principal de aterrizaje.

Del portal salió Mónica junto con los demás compañeros, el francotirador tenía en la mira a cada uno de los polizones. El informe había llegado hasta el Dr. Lewis, quien estaba conversando con Abril —lo sé, ya lo sé todo, pronto llegaran, puedo sentir sus auras, ya están aquí—. Volteó a ver al Dr.

La alarma sonó hasta el lugar donde estaban ellos dos.

—¿Son ellos, verdad?

Abril asentó con la cabeza.

Mochuelo graznó inquietante. Unos guardias informaron al Dr. Lewis de unos visitantes que habían llegado sin autorización.

—Déjenlos pasar —informó por radio.

Un guardia informó al francotirador que bajara el arma. Todos los guardias acataron las órdenes del Dr. Lewis; no obstante, en el detector de amenazas se enfocó en un blanco en específico: Eloísa B. Urcino Bahena.

Todas las retículas telescópicas se alborotaron: «amenaza detectada», los sensores de todas las armas parpadeaban en rojo.

Todas las retículas telescópicas se alborotaron: «amenaza detectada», los sensores de todas las armas parpadeaban en rojo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un francotirador jaló el gatillo, con la mira en el blanco, el calibre se lanzó. Una capa de humo se dispersó y la bala salió disparada a gran velocidad en dirección a Eloísa quien venía hablando con Mónica —debo confesar que me siento un poco incomoda saber que soy la única mujer que es mitad ángel entre todos ellos—. Admitió con disgusto.

Eloísa se giró hacia ella, ladeó su cabeza y puso su brazo derecho en su cintura —no te preocupes, eso termina ahora... aquí se encuentra Abril—. Intuyó.

Mónica El Legado Prohibido Cenizas de Ángel | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora