Los Ángeles, California. 30 de octubre de 1995.
—30 de octubre de 1971, ya nadie recuerda lo que ocurrió para esa fecha —dije para mí mismo mientras abría el paraguas negro que llevaba conmigo, el cual combinaba con mi uniforme—. ¿Cómo un día tan importante como este pudo ser olvidado y menospreciado hasta por mi propia familia? —presentí a alguien que se acercaba corriendo, estaba muy cercano a mí, quizás aproximadamente a unos 10 metros.
—¡Eldritch! —escuché una voz que me parecía conocida, justo en la misma dirección. No asentí al llamado y apuré el paso—. ¡Eldritch! —al mismo tiempo que el estruendoso rayo impactó contra mis tímpanos, haciéndome fruncir el entrecejo, alcancé a oír el mismo grito repugnante, el cual ignoré nuevamente—. ¡¡Eldritch!!
—No puedo creer lo persistentes que pueden llegar a ser las personas —detuve el paso justo bajo un árbol de Jacaranda, el cual no llamaba mucho la atención, ya que junto a él había un inmenso y peculiar jardín de rosas negras que tanto me atraen de una extraña manera, aquellas que admiraba cada vez que recorría por ese lugar al ir y regresar de la universidad, de las cuales tomé una y la coloqué en el bolsillo del costado de mi mochila.
Posicioné mi mano en mi oído y me volteé con un mohín de confusión en mi rostro para simular que no escuchaba. Luego de ver que era un compañero de mi clase retiré mi mano y la adentré en el bolsillo de mi pantalón.
—E-Eldritch —jadeó del cansancio mientras que luego de llegar frente a mí, se sentó en el suelo como un completo idiota—. Te estaba llamando, ¿por qué me ignorabas? —secó con sus manos las gotas de agua que recorrían por su rostro y su pelo cobrizo al pararse del suelo.
—Estaba escuchando música, justo ahora me quité los audífonos porque me había parecido oír a alguien —dije sin la menor importancia.
—Es que se me olvidó mi paraguas y como vas por el mismo camino que yo, quería acompañarte y de paso hablar un rato —dialogaba tal parece que con sí mismo mientras yo sin tomarme la mera molestia para prestarle atención o al menos escucharlo seguí caminando rumbo a casa y un poco molesto por habérseles olvidado a todos el día tan especial que era—. También quería preguntarte si quieres unirte a mi equipo para el proyecto de Patología Forense y todo ese rollo, estoy reuniendo a los más inteligentes del salón antes de que otros los elijan, y como tú eres el más astuto y listo del campus... —dejó de hablar por un instante—. ¿Estás prestando atención a lo que te estoy diciendo? —proseguí en el viaje cósmico en el que me encontraba—. ¿Eldritch? —cada vez me adentraba más en todos los planetas que existen en el universo, sentía que podía ser el mayor astronauta y descubridor de la historia—. ¡Eldritch! —claro, todo es lindo hasta que te interrumpen ya cuando estás en la mejor parte, cuando estás como dicen, en el quinto sueño literalmente.
—¿Qué quieres Jonathan? —resoplé y sacudí un poco la cabeza.
—¿Qué te acabo de decir? —continué la caminata sin decir nada.
—Te decía que... —interrumpí.
—Lo que sea, ya había oído lo que dijiste, no, no quiero ser parte de tu patético equipo de idiotas, tengo cosas más importantes que hacer para estar perdiendo mi tiempo con ustedes, además, yo trabajo solo —la típica frase de alguien que se cree superior a los demás, o más bien dicho, de alguien que solo quiere vivir en paz su tan aburrida y demasiado tranquila vida.
—Okey, tampoco tienes que hablar así sábes, si no quieres pues bastaba con solo haber dicho que no y ya.
—Es la verdad, ten en cuenta que nunca debes fiarte de nadie, al final todos te acaban traicionando.
ESTÁS LEYENDO
En la Medianoche [Pequeños Asesinatos Y Escalofriantes Misterios] [+21] ©PGP2024
Mystery / ThrillerActualmente la ciudad es un lío, West Adams un caos. Todos tienen temor a salir, pues últimamente han estado apareciendo muchos casos que conmocionan completamente a la sociedad, y las fake news no cooperan en nada. El canal de las noticias no para...