Afrodita estaba en su castillo tomando un vaso de vino pensando en las miles de formas que tenía para conquistar a Brunhilde.
Tenía muy buenas ideas:
Darle los mejores diamantes que había.
Darle los artefactos más curiosos del mundo.
Invitarla a un sauna y que viera su cuerpo y que empiece a babear por ella.
Muchos dirán, es la diosa del amor ¿Cómo no puede saber cómo poder enamorar correctamente a alguien?. Hace bastantes siglos que había dejado de intentar algo serio o que había sentido ese tipo de cosas, ahora lo único que tenía en la cabeza era las joyas más costosas del mudo para tener a Brunhilde, lo de los sentimientos pasaron de moda hace tanto tiempo que la moda eran las joyas y demostrar quién tiene más para así la persona que te guste caerá a tus pies.
Afrodita: la tercera idea... Siempre llevo ropa reveladora... Y nunca la he visto babear por mí... De lo que se pierde -dijo con una mueca de enojo.
La rubia tacho la idea mientras que en la puerta se encontraba Eros, uno de los hijos de Afrodita y dios del amor, atracción sexual y el sexo. Miraba curiosamente a su madre, era la primera vez que la veía tan...¿Pensativa?.
Eros:"¿Se habrá enamorado? Lo dudo, digo hace siglos que no a intentado buscar el amor verdadero".
Oh Eros, hay una gran diferencia entre "el amor verdadero" y la obsesión.
Con las Valkirias
Brunhilde estaba en su casa junto a sus hermanas, menos Geir, la menor saldría mañana por la mañana para volver con su familia.
La peliazul miraba unos papeles mientras que Buda estaba detrás de ella con una sonrisa tranquila.
Brunhilde:¿Pasa algo Buda? -pregunto curioso.
Buda: pues... Me quedé con la curiosidad sobre Sigfrido, dijiste que no es tu novio... Entonces ¿Es tu...?.
Antes de terminar su oración la rosa de la Valkiria lo había callado.
Brunhilde; perdón, perdón... Es que no entiendo porque todo el mundo cree que es mi esposo... Ambos sólo somos amigos y ya -dijo tranquila.
El ilumina se quedó sorprendido ante las palabras de Brunhilde, en todos los panteones había muchos rumores sobre la relación de Brunhilde con ese hombre.
Buda: creí que eran otra cosa... Cómo lo dijiste y esa cosa -murmurro tranquilo.
Brunhilde: lo entiendo, las chicas también quedaron ante esa duda cuando dije ese tipo de cosas... Es cierto que Sigfrido era mi novio pero... No funcionó, él tenía sus cosas y yo las mías...
Buda: cada uno tenía una vista diferente ¿Cierto?.
Brunhilde: así es, los únicos dioses que saben la verdad es Thor-sama, Odin-sama y Loki-sama ya el resto son mis hermanas y creo que Lilah-sama -dijo tranquila.
Buda: ja... Ya que estábamos hablando de eso...¿Que buscas en una persona? ¿O en un hombre o mujer?.
Brunhilde: te seré honesta... No tengo preferencias, sea hombre o mujer mientras que me trate con amor, se preocupe por mi y que me quiera conquistar de una forma linda, es todo lo que pido.
Buda: osea que un dios no es tu tipo.
Brunhilde: escuchaste mi conversación con esa mujer ¿Cierto? -dijo seria.
Buda: si... Afrodita te ve diferente pero de algo que a miedo, no se lo que es pero da miedo -murmurro nervioso.
Brunhilde; descuida, jamás estaría con esa mujer, ella sólo me quiere para un rato y nada más, de cualquier manera... Los dioses tienen un montón de amantes por sólo respirar y sólo piénsalo una Valkiria con una diosa... Ja, le tengo más fe a esa diosa Lilah antes de Afrodita -dijo burlona.
Buda no pudo evitarlo y apoyo a su amiga, ambos siguieron hablando de manera tranquila sin imaginarse el futuro que les esperaba, sobretodo a Brunhilde.
Al día siguiente
Afrodita había estado despierta toda la noche y bebido hasta más no poder, había enviado a uno de sus sirvientas a qué le llevarán un lindo regalo a Brunhilde.
Afrodita: debe sentirse alagada de que alguien como yo se fije en una tipa como ella... Con tantas cicatrices ¿Quien se fijaría en ella? -murmurro tranquila.
Nunca en su vida había tomado tanto como lo estaba haciendo ahora pero todo valía para que Brunhilde ruegue por ella y su atención.
Brunhilde había Sido la primera en despertar, quería recoger a Geir y darle una gran sorpresa a sus hermanas. Camino a paso lento y silencioso para evitar algún ruido pero al abrir la puerta vio una caja y pudo ver la silueta una de los sirvientes de Afrodita.
Rodó los ojos y sólo por mera curiosidad lo había abierto.
Brunhilde; wow...
Era una joya hermosa que combinaría con su cabello pero sabía las intenciones de ese regalo, tapo de nuevo la caja y fue a buscar al sirvienta de Afrodita, si no se lo regresaba seguramente la rubia habrá pensado que lo había conservado y ella no quería arruinar su perfecta mañana con tener a una caliente Afrodita detrás suyo.
Brunhilde:¡Oye tú, devuelvele está joya a Afrodita-sama! -grito seria.
Sirviente: es una regalo de Afrodita-sama, debería sentirse alagada -dijo serio.
Brunhilde; yo no quiero nada que venga de ella, así que...
La peliazul tomo por el cuello al sirviente y lo azotó contra la pared.
Brunhilde: devuelvele esto y agradecele su "lindo" gesto de mi parte.
Sin decir más la ojiverde lo soltó y se fue a la enfermería con una mirada tranquila, no dejaría que las estupideces de esa rubia caliente arruinaran su día que sólo sería entorno a sus hermanas.
Castillo de Afrodita
Afrodita:¡¿Que hizo que?! -grito enojada.
Sirviente: d-dijo gracias por el gesto -murmurro nervioso.
La rubia tenía entre sus manos la joya que se había tardado toda la noche en escoger, le había acordado al hermoso cabello de la peliazul pero ella actuaba como una verdadera mal agradecida en devolverselo.
Afrodita: lárgate -dijo molesta.
El sirviente se fue dejando a la rubia sola, sin poder contener su ira Afrodita tiro la copa que tenía en su otra mano rompiéndola en el acto.
Afrodita: no pierdas la calma, no pierdas la calma... Todo el mundo cae bajo mis pies.
Continuará
Gracias por leer~.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión
FanfictionAfrodita la diosa que tenía a tantas personas a sus pies, tanto dioses, diosas o humanos caían ante sus encantos pero ella no les toma importancia. A la única persona que quiere es a la mayor de las Valkirias Brunhilde, para ella sola y hará lo que...