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Brunhilde maldecia en voz baja su suerte, las cuerdas estaban jodidamente apretadas y podía apostar a que si se desataba tendría unas marcas horribles

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Brunhilde maldecia en voz baja su suerte, las cuerdas estaban jodidamente apretadas y podía apostar a que si se desataba tendría unas marcas horribles.

Soltó un suspiro e inicio su plan de escape, no podía quedarse aquí más tiempo como si fueran sus vacaciones...

Si fueran sus vacaciones ella estaría en la playa no encerrada como un preso.

Respiró hondo y uso toda la fuerza que tenía para romper las cuerdas que la mantenían en esa incomoda silla.

En pocos segundos las cuerdas se rompieron dejándola respirar con tos la calma del mundo.

Brunhilde: libre al fin -dijo con una sonrisa.

Sin perder tiempo se levantó, con mucho dolor en sus brazos y abdomen por estar tantos días allí en esa posición, salió de la habitación con lo primero que encontró para usar como arma.

Adoraba tanto su entrenamiento como Valkiria, aunque ojalá le hubieran enseñado como escapar de una diosa loca obsesionada contigo.

Bueno...

Cuando escape de aquí le hará un pequeño cambio a las reglas.

Soltó un suspiro y camino con todo el cuidado del mundo para evitar cualquier cosa que interrumpiera su escape. Debía ser cuidadosa y no dejar que Afrodita la vea.

Odiaba admitirlo Pero la rubia era mil veces más fuerte que ella y sinceramente meterse en una pelea con poca fuerzas era una pésima idea, y estaba en el hogar de Afrodita en pocas palabras la rubia tenía más ventaja que ella.

Brunhilde:"lo primero que debo hacer es buscar la salida" -penso seria.

La peliazul se movía con rapidez, agilidad y lentitud, esto era todo o nada a decir verdad.

Brunhilde

Este lugar era tan confuso y gigante.

Sé que los dioses tienen sus excentricidades Pero tener un castillo creo que no era tan necesario.

En estos momentos extraño los gritos de mis hermana sy de los humanos.

Mis movimientos eran suaves y tranquilos, es raro Pero no había ningún guardia protegiendo el castillo o simplemente caminando.

Esto me daba una mala espina a decir verdad, me detuve y apreté con fuerza mis manos.

He estado en suficientes guerras para saber que aquí hay algo detrás y que si logro salir no será para nada como me lo imagino.

No quiero acercarme a Afrodita porque si empezamos a batallar ella será la ganadora por obvias razones, no tengo la fuerza necesaria para luchar contra un dios, sobretodo uno de los 12 dioses del Olimpo.

Respire hondo y apreté con fuerza lo que había cogido como arma, apenas me dí cuenta de lo que cogí...¿Un cepillo?.

Realmente estaba desesperada ¿Eh?.

Okey, no hay nadie alrededor lo que significa una sóla cosa que hay algo detrás de todo eso.

O ¿Será sólo mi imaginación?.

En cualquier caso si estuviera en castillo de Afrodita tendría a sus guardias para que eviten que alguien pase o que yo intentará escapar.

En lo poco que he visto de ella en todo este tiempo es que ella es una mujer astuta, manipuladora e inteligente.

En pocas palabras...

Abrí mis ojos de par en par ante la conclusión que había llegado...

No estoy en la mansión de Afrodita, aunque eso es lo más obvio porque cuando mis hermanas y los demás derroten a los Titanes irían rápidamente hacia donde su hogar...

Afrodita:¿Ya te diste cuenta? -murmurro con sensualidad.

Me asusté al oír la voz de Afrodita detrás de mí, con todas mis fuerzas me aleje de ella amenazandola con este cepillo...

He tenido mejores arma la verdad...

Afrodita: no hay escape, cariño...

Brunhilde:¿En dónde estamos?.

Afrodita: es un secreto....

Me enoje ante su comentario, estuve apunto de hacer algo pero ella se acercó rápidamente a mí.

Ella sujeto mi muñeca de la manera más violenta y fuerte que podía.

Afrodita: es malo que salgas sin mi permiso, cariño... Debes aprender modales -dijo con una sonrisa.

Me asusté ante su tono de voz y sin darme cuenta ya estaba en sus brazos estilo princesa.

Afrodita: nadie te rescatará, Brunhilde~.

Brunhilde:¡Vete a la mierda!.

Quería darle una patada Pero un repentino dolor me detuvo...

Esa maldita...

Me acaba de romper la pierna...

El dolor era insoportable pero como he dicho un millón de veces, mi entrenamiento me ha dejado muchas cosas de las cuáles mi cuerpo aún recuerda.

Afrodita: necesitas un castigo...~.

Su tono de voz y sonrisa me dieron a entender que vendría lo que temía...

Mierda...

Continuará

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Continuará

Gracias por leer~.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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