Día 4: Chimenea

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Sidon nunca había estado en Hebra, pero jamás se había imaginado que fuese tan tremendamente fría. 

Link y él lograron encontrar una cabaña en la que refugiarse de la tormenta de nieve. Ambos tenían puesta ropa abrigada —lo que era raro para Sidon, quien al ser un zora no estaba acostumbrado a llevarla—, aunque ni ésta podía alejarlos del frío del todo. 

—Qué oportuna la tormenta de nieve... —se quejó Link mientras temblaba sin parar. Sidon temblaba menos, pero sentía las escamas de su cuerpo congeladas y le resultaba incómodo moverse.

—Bueno, ¡fue interesante experimentarla! Nunca había ido a la nieve antes ni había estado aquí, así que honestamente cada cosa nueva es emocionante —comentó el zora, intentando ser más positivo—. ¡Y lo mejor es que estoy junto a ti, amigo! 

—Tú siempre viendo el lado positivo —dijo Link con una sonrisa mientras rodaba los ojos. 

El rubio se dirigió a la chimenea entonces y el príncipe observó cómo echaba leña para el fuego. Cuando la llamas crecieron, iluminaron la pequeña cabaña con una preciosa y cálida luz anaranjada que le transmitió paz.

Link se sentó en el suelo cerca de la chimenea, y Sidon le imitó. Se sentía enorme a su lado, pero no dijo nada respecto a eso.

—Sé que querías enseñarme más cosas de Hebra, ¡pero mira el lado bueno! Podemos aprovechar el tiempo para estar juntos en esta cabaña, y conocernos más... 

A Link se le subieron aún más los colores, y Sidon no supo si era por el frío o por lo que había dicho. Lo vio temblar un poco, así que el zora lo acercó a él y lo sentó sobre su regazo para abrazarlo. No quería que cogiese un resfriado, así que quería mantenerlo en calor como podía.

—¡S-Sidon! —dijo el espadachín, avergonzado. El hyliano bajó la cabeza, ocultando su rostro.

Sidon ladeó la cabeza, sin comprender su reacción. Se recostó y tendió a Link más cerca de su pecho.

—¿Qué ocurre, Link? ¿Te encuentras bien?

—Yo... —intentó hablar, pero no pudo seguir—. Nada. 

El príncipe se mantuvo en silencio entonces y, siguiendo el impulso que dictaba su corazón, empezó a acariciar al hyliano con ternura con una de sus manos. Puede que eso no fuese algo que solían hacer los amigos. Sabía que quizá había algo más, algo único y especial oculto entre la vergüenza y la amistad, pero ninguno de los dos lo había expresado todavía. Si había un sentimiento diferente en Link, no lo habían confesado. No sabía si él sentía lo mismo. Si era adecuado. Si era posible. 

A veces desearía ser un hyliano como Link, o que él fuese un zora también. ¿Era egoísta pensar así? 

Por el momento, el príncipe simplemente disfrutó de la suavidad del cabello de Link y la calidez de su cuerpo junto al suyo. De su cercanía, tan agradable como la vez en la que él se montó en su espalda y salvaron a Vah Ruta. Tan cálida como el primer momento en el que sostuvo sus pequeñas manos. 

Link pareció derretirse sobre su cuerpo, enterrando su cara en su nueva ropa. Estuvieron un buen rato en silencio así, sin decirse nada pero diciéndoselo todo. Tras unos instantes más, el príncipe tragó saliva y miró a Link para ver si se había quedado dormido. Él tenía los ojos cerrados y respiraba tranquilamente. Cuánto lo adoraba. 

—¿Link? ¿Estás despierto? —susurró con suavidad.

No hubo respuesta. Su amigo se había quedado dormido en sus brazos, y qué paz transmitía en su rostro. Se inclinó como pudo y dejó un suave beso en su cabello, disfrutando del calor que desprendía. Como vio que no se movió, Sidon se atrevió a decirle aquello que no podía por temor. Las palabras se deslizaron por su lengua, movidas por los latidos desenfrenados de su corazón.

—Te quiero, Link... —susurró. Aquello era suficiente por ahora, aunque no sabía cuánto más iba a aguantar.

Iluminados por la suave luz de la chimenea, ambos se quedaron así mientras aguardaban a que pasara la tormenta. El soplido del viento se escuchaba lejano y ajeno, al contrario que el crepitar del fuego. El zora se concentró en aquel sonido y suspiró, dejándose llevar por el sueño. 

Lo que no pudo ver Sidon es que, tras aquel te quiero, Link había dibujado la más bella de las sonrisas. 

Octubre Sidlink. Softober 2023.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora