Capitulo 7

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Roier se despertó temprano esperando conversar con Cellbit, por desgracia el castaño dormía plácidamente. Se levantó y aprovecho para ordenar todo el desastre que había dejado anoche. Acomodo el sillón y doblo las sábanas con cuidado para no hacer mucho ruido y despertar al castaño.

Se mantuvo unos minutos sentado en el sillón observando el castaño. Pensándolo mejor. No prefería tener que escuchar una explicación del castaño, después de todo lo que pasa en el pasado queda en el pasado ¿Verdad?.

Salió de la habitación de Cellbit rumbo a su dormitorio. Mariana y sus amigos seguían durmiendo. Suspiró pesadamente y pasó sus manos por su cabellera, nunca más dejaría que Mariana invite a sus amigos sin su consentimiento.

Se dio una ducha rápida para despejar su mente y después levantaría a la gente que dormía en su habitación. Salió del baño y Mariana estaba de pie recogiendo su ropa.

– Buenos días bella durmiente –  Saludo alegremente Roier.

– Shhh – Lo hizo callar su amigo – No me grites
wey –

– No te estoy gritando culero ¿Cuanto tomaste ayer? – preguntó Roier mirando alrededor de la habitación en busca de alguna botella de alcohol.

Mariana lo ignoró y se acercó a la ventana, abrió las persianas y tapó sus ojos cuando la luz del sol se reflejó en su rostro.

– Loco ayer salimos con los chicos a un bar, y nombre wey que rico estaba todo – Mariana se acercó a la cama de Roier y palmeó la espalda de la persona que yacía en ella. – Missa, levantate wey –

El chico se levantó de un golpe gritando provocando que todos en la habitación se exaltaran incluyendo al chico que dormía en la cama de su amigo.

– ¡Pura madre Missa! – Mariana tocaba su corazon.

– Perdoname wey. Una pesadilla – Respondió Missa.

– Que susto – susurro Roier.

El otro chico se levantó llamando la atención de todos. Dió una mirada a Mariana y se dirigió al baño, estuvo unos minutos ahí. Salió y se volvió acostar en la cama.

– ¿Y este wey que? – Pregunto Roier a su amigo.

– ¡Slimen! – Grito Mariana llamando la atención del chico – Ni los buenos días das pendejo – Slime se levantó y se acercó a Mariana dándole un tierno beso en los labios.

Roier abrió los ojos como plato, no sabía que su amigo tuviera algún enamorado por ahí.

Mariana le dio un zape en la cabeza a slime y le susurro algo. Mientras tanto Missa ya estaba de pie dirigiéndose a la puerta de la habitación, sin antes fue hablarle a Roier y pedirle disculpas por el desorden y haber ocupado su cama, el moreno acepto sus disculpa y se quedó viendo como salía de la habitación.

Mariana y Slime miraba al moreno.

– ¿Qué? – Dijo Roier alzando una ceja.

– Te iba hablar del Slime wey pero se me olvidó – Río Mariana.

– Como te vas a olvidar de mi estupido – Reclamo Slime.

– Callate culero, no ves que los adultos están hablando –

Roier los miro divertidos y se sentó en su cama.

– Pos ahora me puedes contar cómo se
conocieron – Dijo Roier – Un gusto Slime, yo soy Roier – Agregó.

Los tres se mantuvieron hablando amenamente, Slime y Roier se llevaron muy bien, cosa que alivio a Mariana.

Roier se percató que Slime tenía el pelo verde, no sabía que su amigo tuviera gustos tan exóticos.

Un cafe, por favor #guapoduo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora