Capitulo 12

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Habían sido días tranquilos para Roier, ni él ni la policía había sabido de Spreen. Roier estaba consciente que no todo lo bueno dura para siempre y también sabía perfectamente que Spreen en cualquier momento saldría de su escondite y volvería hacerle la vida imposible.

El aburrimiento estaba consumiendo al moreno, pasaba de la media noche y no podía conciliar el sueño, normalmente se quedaría hablando con Mariana hasta que le diera sueño pero este había salido por petición de Roier, aunque Mariana no estuvo de acuerdo en salir el moreno le insistió que se diviertieran, sabía que la constante preocupación de su amigo por parte de él.

Cellbit se había ofrecido en cuidarlo pero Roier se negó rotundamente ya que se sentía con un niño de 2 años que no sabía ni comer sin salpicar la comida.

Agarró su teléfono y le mandó un mensaje a Cellbit para que viniera a estar con él. El castaño no tardó en contestar avisando que en unos minutos estaría en su habitación.

Unos golpes torpes en la puerta lo hicieron levantarse de su cama, supuso que sería el castaño. Abrió la puerta con una gran sonrisa esperando encontrarse con Cellbit.

– Llegaste más rápido de lo que creí gatinho – Las palabras murieron en su boca al ver siniestra presencia parado en la puerta.

– Buenas, Roier – Roier trató de cerrar la puerta pero un empujón de Spreen se lo impidió, la aventó con tanta fuerza que el moreno tuvo que retroceder.

Roier era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a Spreen, pero los recuerdos de esa época lo nublaron. Cuando menos lo esperaba Spreen ya lo tenía acorralado contra la pared y con una mano en su cuello.

Las lágrimas del moreno no tardaron en aparecer, por mas que trato de no llorar le fue inevitable.

– ¿Creíste que te liberaría tan fácil de mi
pelotudo? –  Preguntó con pesadez.

– ¿Cómo lograste… entrar? – Dijo el moreno con sumo cuidado ya que la mano de Spreen sostenía aun su cuello y le dificulta hasta poder tragar saliva.

– Tengo mis conocidos – Miro de arriba hacia abajo al moreno y remojo sus labios con su lengua, se separó un poco sin aminorar la fuerza de su agarre – ¿Desde cuando te pusiste tan lindo? Si hubiese sabido que estarías asi nunca te hubiera dejado en esa plaza – Spreen pasó su manos por el cuello del moreno hasta llegar a sus labios.

– Por favor… No.. Sueltame – Las súplicas del moreno no fueron escuchadas por el chico y solo hizo que su agarre fuese más fuerte.

– Cuando vuelva a tenerte no parare, ¿No recuerdas los momentos en donde me rogabas que no te dejará? –

Sin previo aviso Spreen estampó bruscamente sus labios con los de Roier. El moreno trató de separarse pero estaba tan en shock que no sentía su cuerpo obedecer. Capto que la mano libre de Spreen se dirigía a su camiseta y no supo dónde saco las fuerza pero pudo empujar al chico lo más lejos de él.

– ¡Basta! – Gritó con furia el moreno.

Esto colmó la paciencia de Spreen, por lo cual le otorgó un golpe en la cara a Roier lo suficientemente fuerte como para tumbarlo. El golpe lo aturdió y no puso reacción a los siguientes golpes que le otorgó Spreen, con sus brazos protegió su cabeza y se hizo una bolita en el piso, su vista comenzó a ser borrosa y lo unico que podia divisar era el rostro de burla de Spreen. Cada vez se la hacia mas difícil ver pero no podía quedar inconsciente, tenía tanto miedo que Spreen se lo llevara y lo apartara de sus seres amado, ahora más que nunca no quería estar lejos de ellos, había conocido gente nueva que lo otorgaba apoyo y compañía y estaba Cellbit, solo esperaba que cuando llegara Spreen no le hiciera daño porque nunca se lo podría perdonar.

Un cafe, por favor #guapoduo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora