capitulo 14

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Roier se preparaba para la fiesta de cumpleaños de Forever. Se encontraba solo en la habitación terminando de ordenar sus prendas para poder irse a dar una ducha.

Ya en el baño el moreno resopló con frustración al darse cuenta que ni su toalla ni ropa se encontraban con él. No podía salir a buscar sus cosas y arriesgarse a que alguien lo viese desnudo.

Inspeccióno el baño para ver si podía encontrar algo con qué secarse y taparse sus partes íntimas, lastimosamente no encontró nada.

La puerta principal sonó y a Roier se le colocaron los pelos de puntas. Qué vergüenza.

– ¡Guapito, ya llegue! – Se escuchó la voz de Cellbit en la habitación – ¿Guapito? –

El moreno pensaba en no contestarle y hacerle creer que había salido o algo por el estilo pero sería muy injusto, tal vez le diría que se encontraba en el baño y necesitaba su ropa y toalla, Cellbit podría taparse los ojo…

– ¡Roier! – La puerta del baño fue abierta de un golpe sobresaltado al moreno y tapándose rápidamente con la cortina del baño – P-perdon – Cellbit se dio vuelta pero no salió del baño – Pensé que te había pasado algo –

– No hay problema – Dijo amablemente Roier – ¿Podrías traerme mi toalla y ropa que están en el sillon? –

Cellbit asintió y salió del baño en busca de las cosas que le había pedido Roier. Cogió las cosas y volvió a entrar al baño con los ojos fuertemente cerrados. Roier la tomó rápidamente y se la amarró a la cintura.

– ¿Ya estás cubierto? – preguntó Cellbit con la voz un poco temblorosa, Roier hizo un sonido en afirmación y Cellbit abrió los ojos.

Sus miradas se conectaron y ninguno las apartó por unos segundo, Por una parte Cellbit se deleitaba con el cuerpo del moreno, hacia un gran esfuerzo para no bajar su mirada a su abdomen. Ya lo había visto así algunas veces pero no tan de cerca. Roier le gustaba mirar los ojos del castaño, le transmitían paz y le gustaba lo intenso que podría ser esa mirada.

El mundo a su alrededor desaparecia en ese momento, y solo existen ellos dos, conectados por una atracción magnética que parece trascender las palabras. Sus miradas se mantienen fijas, como si estuvieran tratando de descifrar los secretos del otro a través de los ojos, creando una conexión íntima que promete mucho más que unas palabras puedan expresar.

Fue Roier quien rompió la conexión de sus miradas y tomó su ropa para poder vestirse, hizo un sonido para que Cellbit se retirara. Esto fue captado y el castaño salió del baño escuchando como la puerta a sus espaldas se cerraba.

Cellbit aprovechó y comenzó a cambiarse de ropa para la fiesta de su amigo. Sabía que las fiestas de este eran conocidas por emborracharse y despertar en otra ciudad. La puerta del baño se abrió y dejó ver a Roier ya listo con su outfit para la fiesta.

– Te ves muy bonito – Halagó Cellbit acercándose a paso lento hacia al moreno.

– Lo sé – Respondió egocéntricamente.

Cellbit rió y acarició en círculos la mejilla del moreno, Roier cerró sus ojos complacido por el cariño del castaño y los abrió cuando dejó de sentir las caricias del mayor.

Se acercaron lentamente, sus labios casi rozándose, con la promesa de un beso apasionado. Sus ojos se cerraron y sus labios se encontraron en un beso dulce y apasionado.

Cellbit se apegó más a Roier disfrutando del beso, mordió el labio inferior impropio levemente para así meter su lengua en la boca ajena.

– C-cellbit – Gadeo Roier – Llegaremos tarde a la fiesta –

Un cafe, por favor #guapoduo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora