Surprise marriage {Sproier}

Capitulo 10

-Capitulo largo-
Especial por el cumpleaños de Spreen
Feliz cumpleaños mi niño 🥳

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Roier analizó con la mirada al nuevo individuo que estaba parado frente a Spreen. Su piel era negra, quizás era Híbrido de algún animal raro que no conocía. Sus ojos blancos y tenía una sonrisa algo aterradora. ¿Quien podía ser este tipo? ¿Por qué parecía conocer a Spreen desde hace tanto tiempo?

-Me alegra mucho verte de nuevo, Spreen. - saludó con cordialidad - Hace años que no hablamos. - luego miró a Roier - A ti no te conozco, ¿Eres nuevo en el pueblo? Me llamo Shadoune

Roier temía si debía decir o no su relación con Spreen - Soy Roier, soy el príncipe de la Isla Quesadilla. Es un placer

-¡Un príncipe! ¡Yo solo conocía a Missa y a Ivancito!

Roier ladeó la cabeza confundido al oír ese apodo y la risa burlona del chico, algo en su actitud hizo que tuviera un poco de miedo.

Entonces oyó la voz de su prometido - Roier, vámonos

Por cada segundo que pasaba solo lograba confundirse más. ¿No eran amigos él y Shadoune? ¿Por qué parecía querer huir rápidamente de ahí?

- Que maleducado eres, Ivancito, después de tanto tiempo que no nos vemos creí que al menos querrías preguntarme cómo me iba la vida. Desde que terminamos te volviste muy serio conmigo. Pensé que seguiríamos siendo amigos incluso después de eso

-¿Terminar? - Roier se preguntó a sí mismo en un debió susurro. Cada vez entendiendo menos.

"¡¿Este tipo y nuestro alfa fueron pareja?!"

Eso creo Roier le contestó a su Omega

"Agárrame que lo mato "

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por Spreen, quien tomó su mano. Roier le miró, aunque Spreen tenía el rostro agachado pudo ver si expresión. Miedo. Spreen le tenía miedo a esta persona. Dolor. Era lo que más se reflejaba en su mirada. Entonces, el Omega supo que debían irse ahora....

-¿Ya se van? Que maaaal

Roier apretó el agarre de Spreen en su mano u entrelazó sus dedos con los de él, dándole confianza, que era justo lo que él azabache necesitaba en ese momento. Este acto hizo que Spreen se sintiera mucho mejor. Su alfa sonrió complacido.

- Adiós, Shadoune

Y así, ambos se fueron caminando hacia el castillo, sin soltar sus manos. Y así fue durante todo el camino, Roier no soltó la mano de Spreen, no Spreen la suya.

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Ahora se encontraban en el jardín principal del castillo. Escondidos entre los arbustos y árboles, sentados en una banca que estaba por ahí. Ninguno decía nada. Roier esperaba que Spreen comenzase a explicar. Tenía muchas preguntas sinceramente, pero si el alfa no se sentía a gusto como para compartirlas todavía, lo respetaría.