Mariana estaba paseando por los pasillos del castillo. Estaba con la cabeza agachada algo preocupado. Muchos de sus amigos habían ido al rescate del resto, incluso su novio. Él estaba muy preocupado, como si fuese a pasar algo muy muy malo. Aunque ojalá se equivocase. Iba pasando por al frente del cuarto de Roier cuando oyó algo caer al suelo, como un cristal rompiéndose. El alfa se preocupó y tocó tres veces en la puerta
— Mien, ¿Estás bien? — abrió la puerta e ingresó. En el piso, junto a una mesa, había un jarrón roto en el suelo. La puerta del baño estaba abierta así que se acercó —¿Roier?
Roier dió un leve salto cuando oyó la voz del castaño. Se secó la cara y dejó la toalla a un lado
— Hola, no te sentí entrar
—¿Que pasa? ¿Por qué está roto ese jarrón?
Roier puso una mueca y miró a otro lado — Si, lo tiré por accidente cuando corrí al baño
—¿Por qué corrías al baño?
El castaño menor tocó su cabeza con nerviosismo — So-Solo tenía muchas ganas de entrar. Es todo!
Mariana entrecerró los ojos y miró de manera inquisitiva al contrario — Dímelo
Roier estaba intentando aguantar y no hablar pero terminó haciéndolo — Ok, vine a vomitar... No me he sentido bien desde ayer
— ¿Que has tenido?
Roier empezó a contar con sus dedos los síntomas — Me canso más de lo normal, estoy pálido, vómito todo lo que como, y tengo mucho más sueño de lo normal. Tal vez tenga un parásito
El alfa rió con fuerza y luego dijo — Si, un parásito, pero no del tipo que crees
—¿De qué hablas?
Mariana puso sus brazos como si estuviese sosteniendo un bebé, haciéndole una pequeña mímica
—¡¿Un bebé?! — Roier empezó a reír con nervios y a negar con sus manos — ¡No no no! ¡Claro que no!
— A ver, mien, tú y el Spreen ya hicieron sus cosas — el contrario asintió — ¿Usaron protección? — negó — ¿Tomaste alguna pastilla? — Roier volvió a negar — Pum! Bebé
El castaño más bajo se jaló los pelos con desesperación — No puede ser, esto es un desastre — se agachó abrazando sus propias rodillas y se hizo bolita
Mariana suspiró y puso una mano en su hombro — Aver, que no es el fin del mundo. Vamos al hospital y te haces un análisis, para salir de dudas
Roier asintió y se levantó del suelo — Llama a Rivers, creo que me sentiría mejor si fuésemos los tres juntos
El beta asintió y tomó su teléfono
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Roier aún no podía hacerse a la idea de que quizás esté esperando un bebé. Quiero decir, lo había imaginado un millón de veces, pero no en estas situaciones de crisis. No era el mejor momento para tener un hijo, menos si Spreen estaba lejos, arriesgando su vida por salvar a la Isla Quesadilla. ¡Habían partido hace apenas unas horas!
Aunque ... Mentiría si dijera que no se había emocionado un poco cuando Mariana le comentó la posible causa de sus náuseas. Todo tendría sentido. Se imaginaba a sí mismo cargando a un bebé de él y de su Alfa, y un sentimiento cálido se alojaba en su pecho. Quizás no sería tan malo que la prueba saliese positiva
En este momento se encontraban él, Mariana y Rivers en la consulta del médico. Ya le habían realizado la prueba y ahora estaban esperando los resultados. Todos estaban algo ansiosos, pero sobre todo Roier. Quien ahora mismo tenía un debate mental. Dejaron de vivir en su mundo cuando el doctor entró con los papeles en mano y tomó asiento en su silla
—¿Y-Y bien? — preguntó con algo de miedo
El doctor le miró y le entregó los papeles — Lo siento, joven. Pero usted no está embarazado.
Roier miró los resultados con algo de decepción — Pe-Pero... Los vomitos... El cansancio
— Todo tiene una explicación. Se debe a una pequeña anemia que ha estado desarrollando. ¿Ha estado comiendo bien estos días?
El Omega negó — Estaba tan preocupado por la Isla y mis amigos que casi no he comido
— Ahí tiene su repuesta. La anemia hace que, aunque coma, termine vomitando algunas cosas ya que su estómago se encuentra débil. Pero usted no está embarazado
Roier se levantó del asiento y le dió las gracias al doctor para luego salir de la consulta, siendo seguido por sus compañeros. Quienes lo miraban con tristeza, sabían que Roier se había hecho la ilusión de tener un hijo con su alfa. Y aunque Rivers fuera beta, casi podía oler el aroma a Omega triste. Roier solo miraba al suelo con los papeles en mano
— Roier. ¿Estás bien?
Este se detuvo y empezó a hablar algo rápido —¡Totalmente! — dijo con una sonrisa fingida — ¡No estoy embarazado! Debería estar feliz! No es el momento adecuado como para ser padre! Debo estar alegre con esto...
Hizo una pausa y volvió a hablar pero está vez con tristeza
— Pero no lo estoy....
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Verdad que te engañé?
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Surprise marriage {Sproier}
De TodoEl rey Rubius y el rey Vegetta piensan que ya es hora de que su hijo siente cabeza y contribuya al bienestar del reino. Para ello, acuden con un viejo profeta que les indica la persona ideal para su hijo, el único ser en la tierra que podría ablanda...