Capítulo 3: The Lord of the Tides.

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Visenya.

-Te volviste buena-

-¿Qué puedo decirte?- Reí dejando la espada de madera a un lado -He practicado más que tú-

-Eso lo dudo- Jace compartió mi risa -Solo te he dejado ganar-

-Como tú digas, hermano-

Sonreí y ambos comenzamos a caminar hacía dentro del castillo, Daemon nos sorprendió posándose frente a nosotros.

-Tres- Soltó -Tenemos tres huevos-

-¡Eso es genial!- Dije -Syrax ha...-

-Alto- Daemon me interrumpió alzando su dedo -¿Tú qué haces aquí?-

-Yo estaba entrenando con Jace- Respondí hasta que luego lo recordé -Mm... mierda- Susurré

-Visenya...-

-Lo sé, lo sé- Lo tranquilice -Iré ahora, no te preocupes-

Corrí hasta el salón principal donde el maestre ya estaba esperándome, me disculpe poniendo de excusa que se me había hecho tarde y comenzamos a practicar. Era muy responsable con todas mis cosas, el aprender alto valyrio ponía a prueba mis habilidades, no creí que sería tan difícil, aunque de todas formas comenzaba a mejorar.

-El conquistador y sus hermanas zarparon con un gran ejército- Titubeaba mientras lo decía

-Y tocó tierra en el Junco de Blackwater- Siguió el maestre

No había notado que mi madre entró al salón hasta que pronunció una palabra en alto valyrio y me miró expectante, mis pensamientos parecieron desviarse hacía mi vestimenta y le rogué a los dioses que mamá no se diera cuenta que llevaba puesto mi traje de entrenamiento.

-¿En la desembocadura?- Dije

-El nacimiento- Corrigió mi madre

-El nacimiento, mierda- Murmuré -Lo sabías, Visenya-

Seguí titubeando con el maestre guiándome.

-Concéntrate- Me rogué a mi misma

-Es suficiente por hoy- Asintió mi madre

-No- Dije firme -Quiero continuar- Asentí -Maestre-

Seguí intentando con mi guía, trate de recordar...

-Aegon ordenó que los árboles fueran...- Solo pensaba -...asesinados- Sonreí

-Talados- Volvió a corregir mi madre -Es una palabra similar- Asentí observándola -No espero que aprendas alto valyrio en un día, Visenya-

-Una reina debe honrar las tradiciones de sus ancestros- Recordé

-Bueno, a menos de que pienses sustituir a tu madre tienes demasiado tiempo para estudiar- Tranquilizó mamá

Asentí desanimada, ella me miraba con una sonrisa en su rostro, orgullosa de que lo estaba intentando, aunque me hubiera gustado que me oyera en una mejor ocasión, pareció perdonar el hecho de que me entretuve entrenando y olvidé que debía practicar mi alto valyrio.

Escuché que la puerta del salón principal se abrió, Daemon bajó las escaleras, y al vernos a mi madre y a mí juntas sonrió esperando que estuviera siendo regañada.

-Pueden dejarnos- Dijo mi madre

Me acerqué a Daemon, quién me interceptó colocándose delante de mí.

-¿Cómo te fue?- Preguntó

-Solo te pido que ni lo menciones- Respondí -No estuvo como esperaba-

Daemon soltó una pequeña risa y colocó su frente en la mía dándome un poco de ánimo.

Our blood is fire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora