Narra Smoker
Dejo en paz sus pechos para luego centrarme en dejar besos y lamidas por todo su vientre observando como lo encogía. Adorable, ¿verdad? Pero mi objetivo era mucho más mayor que eso. Mis besos descienden poco a poco llegando su pelvis hasta que noto como se tensa al sentir mi aliento sobre su sexo.
-N-No mire por favor...
-No me tientes,
-P-Pero... ¡Ah!
No quiero escuchar palabra alguna en ella, solo quiero escuchar esos gemidos que tanto me provocan por lo que comienzo a lamer su clítoris con algo de salvajismo. Ella está moviendo las piernas un tanto incómoda, pero con mi humo saliendo de mi cuerpo, las retuve poniéndolas firmes y abiertas para mí.
Su esencia me estaba volviendo loco, quería más de ella. Mordisqueo con vehemencia su clítoris recibiendo más gritos por parte de la chica que sujeta con fuerza mis cabellos. ¿Era una forma de que parase? No, más bien presionaba mi cabeza en su sexo, queriendo más de mi lengua caliente. Se siente bien, ¿verdad? Te gusta que mi lengua recorra por todo tu ser mientras añado un dedo moviéndolo lentamente dentro de ti.
Sé que te estás volviendo loca. Deseas tenerme dentro y yo deseo lo mismo. Mi polla está tan dura. Y duele mucho. Quiero follármela, no aguanto más. Y ella estaba a punto de tener un orgasmo, ya que noto como su cuerpo se tensa y daba pequeños espasmos. Yo, con mi orgullo en presencia, retiro mi lengua y mis dedos en ella recibiendo una queja por su parte. ¿Ya dije que me gustaba molestarla?
Sin embargo, sabe perfectamente lo que iba a pasar ahora. Observo cómo muerde su labio inferior con deseo de tenerme en su interior. Yo lo deseaba más que ella. Me pongo a la altura de su rostro sin despegar la mirada en ella y apoyo la frente en la suya.
-¿Estás lista?
-Si, Smoker-san-ella coloca los brazos en mi cuello, aún sabiendo que sus muñecas aún estaban encadenadas.
-Te follaré... -susurro cerca de su oído, duro.
Iba a decir algo ella, siempre tiene que decir algo, pero yo siempre la interrumpo y está vez la penetré con todas las fuerzas del mundo. Recibo un gemido por su parte cerca de mis labios a lo que yo no aguanto y la beso, donde ella corresponde encantada.
Por Kami, estar dentro de ella es increíble. Tan caliente y tan excitada provocada por mi. Esto es una bomba de relojería por lo que no tuve más opción que empezar a moverme con bastante fuerza sin importar que ella le duela o no.
Pero su rostro era todo lo contrario, estaba disfrutando la condenada. Con que le gusta el sexo duro ¿eh? Entonces no dejaré de moverme de esa manera para complacerte. Siento como eleva las caderas queriendo sentir más aquella penetración salvaje de mi parte. En ningún momento, nuestros labios se separaron porque sentíamos que si lo hacemos, esto sería más que un sueño húmedo.
Es la realidad. La pura realidad. Que esto dure por toda la eternidad, joder. Tenerla en mi cuarto, para mí sola, me hace sentir el hombre más afortunado de todos los siete mares. Nuestros gemidos se hacen ecos dentro de mi cuarto, solo estábamos ella y yo nadie más que nos interrumpiesen. A la mierda si mis hombres me están escuchando. A la mierda todo. Ahora quiero centrarme en esta exquisita sensación.
Mis movimientos se vuelven más rápido y erráticos sintiendo como poco a poco estaba llegando al límite. Y no era el único. Clara estaba temblando, sus ojos lagrimeaban por el placer que estaba sintiendo en estos momentos.
-¡S-Smoker-san!
-S-Solo un poco más...
-¡N-No puedo más! -me abraza con fuerza clavando las uñas en mi espalda con fuerza.- ¡Smoker-san!