O7

331 55 2
                                    

Sus palabras eran nulas cuando se
encontraba frente a su alfa, sellaba
sus labios rojizos para no volver a
abrirlos hasta que el ojiverde se iba.

Era cruel, lo sabía y su omega
le regañaba por hacer tal cosa,
pero qué más daba. Había estado
muchos años en silencio, sin
dejar sacar ni el más ligero sonido
de sus labios, con lágrimas en
silencio y sin tentativas de nada.
Se acostumbró a ello, desde que
había visto a su madre con cierto
siervo en condiciones bastante
comprometedoras.

El alfa frente suyo lo miraba con
intensidad mientras comía de los
platos frente a él, con sus dedos
y sentando en el suelo, donde la
pequeña mes frente a ellos,
sentados en las grandes y
esponjosas almohadas. Mirándose
el uno al otro mientras comían.
Jungkook no apartó la mirada tampoco,
se fijó en sus propósitos. Bebiendo
del jugo de naranja y lamiendo sus
labios como si de miel se tratara,
cada que comía del arroz y de la
carne.

-¿Qué hiciste hoy?-preguntó el
alfa, bebiendo del jugo.

El omega castaño no respondió,
quedando en silencio, sin
importarle menos las palabras del
alfa.

-Jungkook.

El ojiazul lo ignoró, comiendo más
arroz.

-Omega -el pelinegro suspiró-Deja
tu maldito berrinche.

Jungkook siguió ignorándolo, causando
la rabia del alfa, que levantándose
de golpe del suelo, se dirigió hacia
el exterior.

Era de noche...

-No -hablo Jungkook.

El ojiverde volteo ante la palabra de
su omega.

-¿Qué?

-¿A dónde vas? -preguntó con
molestia el omega, con la furia
flotante que su alfa expresaba.

-¿Ahora si hablaras?-preguntó
burlesco el alfa.

-Si me entero que has estado
haciendo cosas indebidas que
puedas ofenderme como tu omega,
tomaré todas mis cosas y me iré
-dijo con rabia el omega castaño,
levantándose del suelo, limpiando
sus manos.

El alfa quiso gruñir.

-¿Te irás? -Jimin rió con su
corazón en la garganta, sin
gracia de mofe. -Intentalo.

-No necesito intentarlo, lo haré
-volvió a amenazar el omega,
mirando desafiante a su alfa. -Si
sales de la tienda no olvides quien
es tu omega y su posición -lo
desafío. -Llego a oler siquiera un
rastro del aroma de otro omega en
tu cuerpo, juro que no dudaré en
largarme de aquí sin que lo sepas y
no me encontrarás ni en mi reino.

-No te atre-

El omega se volteó, volviendo a
ignorarlo.

-Jungkook -gruñó el alfa sin
respuesta, saliendo de la tienda
ante lo osado que era el omega.

Jungkook no se dejaría dominar por
Jimin, por más que él fuera su
alfa, no tenía derecho. Él jamás
soportaría una traición o un
engaño, no le importaría sus
sentimientos si es que eso sucedía
porque no dudaría en largarse de
allí, él no era un juguete al que
podías usar y luego desechar y
su alfa debía saberlo. Aunque
su pecho se calentaba al tener a
su alfa cerca suyo, su estómago
hormigueaba al igual que sus
manos y su necesidad de atención,
de mimos, de todo que le pudiera
dar su alfa. El no era cualquiera,
era un príncipe y el segundo en
gobernar después que su esposo,
no podía limitarse a conformarse
con todo.

Se sentó sobre su nido, a aquel que
no había dejado que su alfa entrará
en varias noches, provocando
sus gruñidos y soledad. Sabía
que Jimin se contentaba con la
gente, que trataba de tratarlo y
complacerlo, pero él sabía lo que
quería y si eso no cambiaba, no
volvería a decir una sola palabra.
Tenía miedo que el ser que hacía
su corazón latir rápidamente lo
lastimara y engañara. Porque si él
lo hacía, Jungkook tal vez no le
pagaría con la misma moneda,
pero no dudaría en irse para no
volver.

fierce 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora