-¿Dime cariño de que quieres hablar con nosotros? -me pregunta mi madre.
-De mi boda con Dylan -le respondo y veo como mi padre pone mala cara.
-No hay nada que hablar sobre ese tema Lydia -me dice mi padre seguro pensando que le iba a formar un berrinche como en la cena.
-Me vas a dejar hablar padre yo no pienso seguir discutiendo con ustedes -les digo -Si es mi deber casarme con Dylan lo hare -continuo y veo la cara de asombro de mis padres -Solo les quiero pedir una cosa.
-Hija que bueno que hallas entendido -habla mi madre -¿qué es lo que quieres pedirnos?
-Tiempo, quiero dos meses para conocer mejor al hombre con el que voy a pasar el resto de mi vida -les digo.
-Pero hija...
-Además que así la gente va a pensar que de verdad nos casamos por amor -interrumpo a mi padre antes de que siga hablando -En esos dos meses conozco mejor a Dylan y la gente pensara que estamos enamorados y después seguimos con los planes que tienen ustedes.
-Hija eso es demasiado tiempo tú y Dylan tiene que empezar a aprender cómo se manejan los negocios para que el día de mañana puedan seguir con nuestro legado -me dice mi padre.
-Me van a casar con alguien que no quiero, enzima tengo que ser alguien que no soy y no pueden, aunque sea cumplir ese deseo -digo fingiendo mucho dolor por todo esto, aunque en realidad lo que me molesta que sean así que piensen solo en lo que les beneficie a ellos sin importarle que la perjudicada sea yo.
-Tienes razón cariño -dice mi madre -Así es mejor aplazaremos todos los preparativos dos meses, quien sabe tú y Dylan se enamoren y si se casen por amor.
-Quien sabe -le respondo a su comentario, pero lo menos que voy a hacer yo en estos dos meses va a ser enamorarme de ese idiota -Bueno muchas gracias por escucharme yo me retiro a mi cuarto con permiso.
Salgo de la oficina de mi padre y me voy directo a mi habitación no puedo creer que los he convencido de eso. Entro en mi habitación y cojo el móvil para llamar a Sami y contarles que mi plan funciono, la llamo y a los tres tonos lo coge:
-Hay boda o no? -me dice apenas levanta la llamada.
-Obvio que no, no confías en mis poderes de convencimiento -le respondo.
-Qué pena ya me hacía ilusión ser la madrina de la boda -me dice en tono de burla.
-Ni en sueños -le digo -Y sabes que resulta ser que hasta tengo que hacer un puto trabajo con él lo puedes creer.
-Joder tía que suerte tienes -se burla de mí.
-Y lo peor de todo es que Adam también está en el equipo y Malia igual -le termino de contar.
-Cariño es que tu suerte va de mal en peor -me dice mi amiga al escuchar todo.
-Y que lo digas -comento -Bueno nena nos vemos mañana en la escuela voy a ver de qué se trata el tema que me toco para poder hablar con mi equipo -me despido.
-Está bien nena hasta mañana.
Tengo que pensar que voy a hacer con Dylan estos dos meses, mis padres tienen que pensar que esto es un error y cancelen todo. Saco los apuntes y me pongo a revisar el tema que por suerte es de algo que me gusta es sobre el antiguo Egipto. Termino y voy directo al baño me meto en la tina con agua caliente para relajarme un poco termino y me pongo un short corto y una blusa de tirantes con un par de sandalias algo cómodo para bajar a cenar. Cuando salgo de la habitación veo a mi madre caminando en dirección a mí.
-Justo a ti iba a verte -me dice llegando a mi sitio.
-Que paso ahora madre -le pregunto.
-Sera mejor que te pongas algo más apropiado que viene la familia Rodríguez a cenar para hablar lo del retraso de la boda esos dos meses -genial se les está haciendo costumbre venir todos los días a mi casa.
-Está bien madre ahora mismo me cambio y bajo -finjo no estar brava por eso para poder seguir con mi plan.
Mi madre se va y yo entro a mi recamara a cambiarme de ropa y en su lugar me pongo un vestido con estampado floral ajustado hasta la cintura y suelto para abajo con las mismas sandalias que traía puestas. Lista bajo y ya están todos sentados en la sala.
-Buenas noches -saludo.
-Buenas noches cariño -saluda Claudia y no sé cuándo nos hicimos tan cercanas.
-Buenas noches Lydia -saluda Erik.
-Dylan cariño no vas a saludar a tu prometida -le dice Claudia a su hijo el cual no ha dejado de mirarme.
-Buenas noches -se limita a decir.
-Les parece si pasamos al comedor la cena está servida -nos habla mi madre. Y así pasamos todos al comedor esta va a ser una noche bien larga.
-Los invitamos aquí esta noche para comunicarles un cambio de última ahora que hicimos a petición de nuestra hija -habla mi padre -Lydia nos propuso aplazar la boda dos meses para que se conozcan un poco y sea más creíble que se van a casar por amor.
