Sus labios se volvieron a unir y luego se aplastaron bruscamente por la incómoda posición, la mano de Hua Cheng mantenía a Xie Lian más excitado: aplastando la piel del glúteo, acariciando la cintura y hombros por encima de la tela, aunque el fantasma se estaba desesperando por no tener el contacto piel a piel.
Algo que siempre Xie Lian se preguntaba era, ¿Cómo es que cada vez que hacen algo productivo estando solos, termina en... esto?
La lengua de Hua Cheng se introdujo en la boca contraría y comenzó a lamer todo el interior, dejándola más húmeda de lo normal, de hecho la saliva se desbordaba por las esquinas de los labios del Dios.
Ahora mismo Xie Lian solo se había puesto a ordenar los montones de libros y pergaminos de los grandes libreros de mansión paraíso, pero justo cuando Hua Cheng entró después de hacer quién sabe qué, vio que el Dios estaba luchando por alcanzar el pergamino que estaba casi al límite que podía llegar su brazo, incluso con los pies en puntas.
Hua Cheng tuvo una especie de ataque de ternura y se abalanzó detrás de Xie Lian, solo le abrazó la cintura sintiendo el sobresalto del susto que había tenía su esposo tan de repente, lo volteó para que estén cara a cara y, luego, le dijo algunas palabras profesionalmente seductoras justo a centímetros de su boca, estaba casi cerca de darle un beso, pero al hablar, solo rosaba sensualmente sus labios contra los otros.
Entonces, siguiendo, ese abrazo que comenzó desde la cintura, había bajado lentamente con la intensión de darle más cariño al trasero del más bajo, en esas manoseadas, el rostro del dios marcial se calentó y tiñó de color rojo, Hua Cheng lo levantó desde su trasero y Xie Lian solo le quedó enredar sus piernas en la cadera de su esposo.
Y asi fué como empezó, de verdad, ellos parecían dos animales en celo, ¡como si nunca hubieran tenido sexo!
Un gemido salió de los labios brillantes del príncipe por la seguida estimulación de Hua Cheng que estaba detrás de Xie Lian, este último recostado con el pecho abajo en la mesa, por lo que el fantasma tenía acceso a mover su cadera hacía adelante, mientras su miembro golpeaba el lugar escondido detras de las telas de la túnica.
—Un segundo, para...aah.
Sentir el miembro duro justo presionándo era muy placentero, pero vergonzoso, inquietante y excitante, pero no podian hacerlo otra vez, iba a despertar con un gran dolor por todo el cuerpo, y aunque Hua Cheng le daba un poco de sus poderes para que se recupere, dolía menos pero no podría decir que se recuperó.
A parte, Xie Lian tenia que ir al reino celestial, y seguro le iban a dar una misión que resolver.
Habiéndo recordado eso dijo: —San Lang, solo... mh espera, un momento ¿si?
En ese instante, las insistencias de Xie Lian realmente le hicieron detener a Hua Cheng por lo que lentamente le cambió la posición y ahora el de abajo estaba boca arriba, el otro preguntó: —¿Gege no quiere?
—Si-No, es que, no es que no quiera, solo, puede que me llamen del cielo y tenga... —Hua Cheng se inclinó y besó el lado izquierdo del cuello de su esposo— que ir... ah —respiró el aroma a flores y jabón de limón del baño que tomaron antes con final feliz, ese olor lo llenó de extraño mareo exitante y completó: —..mh ¡ah!... estaré cansado para ese entonces si continuamos con esto.
De todas formas a Hua Cheng no le importaban esos tipos de asuntos, no es como si en algún momento le importó el reino celestial, por lo que si llamaban a Su alteza, él solo debería hacer golpear la campana durante todo el día para molestarlos y sepan que deberían dejar en paz a su esposo.
Con una sonrisa llena de lujuria, dijo: —Deje que este San Lang lo lleve al cielo, no estará cansado en lo más mínimo.
El miembro de Hua Cheng aún estaba ahí, justo entre los muslos de Xie Lian con la tela suave acariciando la piel íntima, a él realmente no le gustaba que su esposo solo lo complaciera, ¿Que acaso el príncipe que complace a los dioses (en este caso demonio) no es él?
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Juntos por SIEMPRE • HuaLian
RomanceAños después de que todo haya sido derrotado, El Dios Marcial siempre es sorprendido por aquellos momentos tan inesperados. Ya que la mala suerte aún vive en él, pues.. ¡UN RAYO LO GOLPEA! Este era un gran y poderoso rayo de la fertilidad. Hua Cheng...