Capítulo 2

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Tus vueltas- Milo J

La semana se fue volando entre el trabajo, los almuerzos con Andrea y las cenas con Toni. Mis conversaciones con Eva no disminuyeron, y aunque me insistió varias veces para que en mi hora de comer saliera a un restaurante cerca de la editorial con ella, no le acepté, hasta hoy. Decidí ir a cenar con ella, era una buena chica y me caía bastante bien, yo sabía que iba en plan de amigas, pero Toni no tenía eso muy claro.

-¿Ya estás lista para tu cita?- me preguntó Toni en un tono muy sugerente mientras entraba a mi habitación sin llamar y se tiraba a mi cama.

-A veces me caes mal, ¿lo sabías?- me miró con cara de indignación y se tocó el pecho como si le doliera, -deja de ser un dramático, ya te he dicho mil veces que es una simple cena de amigas, no una cita- dije mientras terminaba de peinarme, aunque tuviera el pelo corto me gustaba que se viera bien.

-No estoy siendo dramático Ruthi, mi pobre corazón está sufriendo- hizo ruidos raros como si estuviera agonizando y se removió en la cama, -pero bueno dejaré de lado tus ofensas porque tu nunca has tenido una cita y me necesitas, lo primero que tienes que hacer...- no terminó de hablar porque le tiré un cojín a la cara para que se callara en lo que salía de mi habitación e iba hacia la puerta.

-Me voy Toni, ya Eva está abajo, cuídate-  cerré la puerta antes de que pudiera rechistar y bajé las escaleras hasta llegar al portal y encontrarme con Eva.

Debo admitir que iba guapísima, llevaba un top negro y un vaquero que resaltaban mucho su figura, era algo sencillo pero a ella se le veía especialmente bien.

-Que guapa- la halagué mientras le daba un corto abrazo, -¿llamaste al uber ya?-pregunté porque estaba deseando alejarme de aquí, temía que Toni saliera a chismear, lo conozco lo suficiente como para saber que es capaz.

-No, pero tranquila el restaurante queda a 10 minutos, podemos ir andando- dijo mientras emprendía el rumbo sin dejarme rechistar, iba unos metros por delante de mi cuando dijo, -tu también vas muy guapa por cierto-

La alcancé y fuimos hablando de cosas triviales hasta el restaurante, la verdad que era una chica muy interesante, y la conversación simplemente fluía. Una vez llegamos fuimos a la mesa que ella se había encargado de reservar. Pedimos un vino y algo de queso para ir picando de mientras, yo no era una gran fan del vino la verdad, pero ella se adelantó a pedirlo antes de que yo pudiera decir nada.

-Y bueno Ruth, cuéntame, ¿qué es lo que esperas de esta velada?- preguntó con unas claras segundas intenciones, y eso me jodió, me jodió porque realmente pensé que si quería ser mi amiga, o que al menos quería conocerme para llegar a algo más, pero por lo que parecía solo quería echarme un polvo y ya.

-Bueno, me gustaría aprovechar esta cena para conocerte más- dije, ya que a lo mejor mi pensamiento era erróneo, solía pensar mal de la gente cuando recién la conozco. Ella soltó una risa nasal.

-Yo creo que ya te conozco lo suficiente- dijo con una sonrisa que trataba de ser seductora, y con eso se confirmaron mis sospechas, esta noche iba a ser muy larga porque como buena orgullosa que soy iba a conocerla más, pero sin darle lo que ella quería.

Dos horas después, (que a mi me parecieron cuatro), salimos del restaurante, Eva, como había previsto se había pasado toda la noche tratando de ligar conmigo, y yo no hacía más que ignorar sus comentarios, en el fondo tenía la esperanza de poder hacer una nueva amistad, no soy buena creando vínculos, por eso mi circulo se conforma por Toni y poco más, por eso cuando sentí que conecté con Eva, creí que quizás podría ser una nueva amiga, pero me di cuenta que no. Pedí un taxi para las dos, aunque mi casa era la más cercana, le dije a Eva que le indicara al chofer su casa primero, quería comprobar que llegaba bien. Cuando llegamos a su casa se me quedó mirando esperando a que bajara.

Después del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora