cuatro

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Una maldita cena social es lo que esperaba en la casa del matrimonio Min.

Namjoon iba a estar ahí. Él mismo le dijo a Hoseok que se tranquilizara, que Yoongi no haría nada contra él.

—Esta noche tengo una sorpresa para ti —habló Yoongi, divertido.

Hoseok quería vomitar lo poco y nada que había comido. Lo único que lo hacía sentir seguro era el traje que le regaló Namjoon. De color negro con bordados del mismo color, el saco lucía bastante bien en él.

Se había peinado con una línea al costado y el rolex que tenía de joven adornaba su muñeca.

—¿No vas a decir nada, señor "quiero el divorcio"? —la diversión manchando su voz.

—No puedo creer que seas así —gruñó Hoseok.

—Y yo no puedo creer que seas tan fácil. Pero descuida, tanto que deseabas mi polla, tal vez esta noche la tengas —y el coche se detuvo.

Hoseok se bajó rápidamente del coche y caminó hacia dentro. Yoongi se unió a él después.

Namjoon lo estaba esperando con una copa más en su mano y Hoseok se dirigió hasta él, zafándose rápidamente de aquel toque. Se sentó al lado de Namjoon, feliz.

—Namjoonie —sonrió Hoseok, tomando la copa y mirándolo a los ojos—. Viniste.

—No voy a perderme una oportunidad para verte... estás precioso —susurró, chocando sus copas.

Hoseok ya se sentía en el cielo... ignorando el hecho de que era la primera vez que Yoongi estaba observando su interacción.

¿Tan puta resultó ser Hoseok para andar como perro detrás de un tipo que solo le rompió el culo? ¡Oh! Pero si se trataba de hijo de puta, él era el mejor en ello. Se ganaba la vida siéndolo.

Y, haciendo memoria en las cosas ridículas de su vida, recordó que ese día era su aniversario. Debía aprovechar ese momento, obviamente.

Así que tomó una copa y la alzó.

—¡Disculpen! —habló, atrayendo la mirada de todos, incluso de esos dos idiotas—. Hoy es un día muy especial para mí, ¿lo saben, verdad? Hoy decidí unir mi vida a la de Hoseok, mi precioso y fiel esposo Hoseok —lo miró y le sonrió.

Namjoon frunció el ceño y Hoseok tragó saliva. Yoongi se acercó hasta él y posó sus labios contra los suyos.

Hoseok liberó sus lágrimas al verlo frente a todos allí, frente a Namjoon.

—Te amo, vida mía. Te amo tanto que daría lo que fuera por ti, lo daría todo —Yoongi habló y lo miró como si de verdad sintiera amor.

Hoseok se levantó de aquella silla y salió corriendo.

Yoongi no cabía en su felicidad y salió tras él, Namjoon lo siguió atrás.

—¡Mi amor! —habló Yoongi—. Por favor bebé, regresa.

—Basta Yoongi, ¡Basta, estoy cansado de ti! —Hoseok se giró y vio a los dos hombres allí.

—¿Por qué mientes bebé? —Yoongi frunció el ceño, luciendo verdaderamente confundido.

—¿Hoseok? ¿Qué significa esto? —Namjoon frunció el ceño también.

Hoseok caminó hasta él y le tocó las mejillas.

—No es lo que crees Namjoon. Él no es así, Yoongi me odia, nosotros no nos amam... —y se interrumpió por la voz de Namjoon.

—Hoseok...

—No lo digas Namjoon, no lo hagas —rogó Hoseok antes que aquella voz que estaba matándolo se escuchara.

—Hazlo Namjoon, la cubierta de amante también la tengo ocupada. ¿Sabes cómo Hoseok gime cuando lo tengo en la cama?

—Hoseok —Namjoon se escuchaba algo cansado. Y no era para menos.

—Es mentira, nunca lo amé. Te amo a ti —y Hoseok se tiró a sus brazos y chocó sus bocas.

Yoongi se sintió molesto... molesto porque tal vez su cabeza le reclamaba que debía de recibir aquello y no ese estúpido que le estaba dando ganas de ser libre, lejos de él.

—Por favor, no te vayas —susurró Hoseok.

—Anoche me dijiste lo mismo —y Yoongi tuvo el descaro de escucharse herido.

Namjoon gruñó y salió de allí, Hoseok sollozó.

mátame lento ; yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora