ocho

1.6K 249 29
                                    

Hoseok había dado vueltas quinientas veces a su habitación.

No quería las manos de Yoongi sobre su cuerpo. Solo quería las de Namjoon... pero su cabeza hacía un excelente trabajo recordándole el maldito video que su marido tenía en su ordenador.

Yoongi se había ido temprano, después de haberlo amenazado. Ahora solo quedaba una hora para que llegara y Hoseok no había hecho nada más que caminar en su habitación... la individual, la que tomó para él.

¿Por qué le hacía aquello? ¡Justo ahora quería tomarlo después de años de haberlo cambiado por quién sabe cuantas mujeres!

—Oh por Dios... —susurró bajo al momento de haber pensado aquello.

Miró el reloj y faltaban cuarenta minutos para las once de la noche... ¿acaso valía la pena? ¿Acaso valía la pena desnudarse y dejarlo entrar en su cuerpo? ¡El gemir su nombre era un maldito insul...!

Hoseok chasqueó sus dedos cuando sus ojos fueron atrapados por su celular.

Yoongi quería un hombre marioneta ¿no? Uno que solo lo recibiera pero que no sea un problema con los sentimientos, uno que solo fuera su muñeco pero que siempre lo alabara, así que, ¿Qué sería lo peor para un hombre así?

Hoseok rió y caminó hasta su closet para tomar un pantalón de cuero y una camisa con espalda transparente (Namjoon había elogiado su espalda). Se dirigió a la ducha y se quitó todo.

Se baño, se colocó aceite después de secarse, se arregló lo suficientemente decente y sexy para los ojos de Yoongi recordándose que para aquel hombre era solo un trofeo que mostrar con ego y orgullo.

Cuando el reloj marcó las once y la puerta de entrada se abrió, Hoseok saltó a la cama y se acomodó en medio de esta, esperando que su cabello tuviera ligeramente ondas y el despeinado necesario para causar la imagen que quería.

En el momento en que aquella puerta se abrió, Hoseok se lamió los labios y sonrió divertido.

—Que bueno que volviste, estaba esperándote.

Yoongi ubicó sus ojos sobre su marido y, costosamente, tuvo que aceptar que su garganta se secó tanto o más que un jodido desierto: piernas torneadas, muslos fuertes, aquella camisa acariciaba ese pecho besado por el sol... y se estaba sintiendo duro.

—¿Esperándome? —Yoongi elevó una ceja y se quitó su corbata lentamente antes de quitarse su saco.

—Solo a ti bebé —Hoseok rió divertido, alejándose de la cama para acercarse a él—, por lo que veo estás ansioso... y mucho —el más alto llevó su mano hacia la entrepierna de Yoongi y lo masajeó.

Eso fue todo.

Yoongi lo tomó de su cintura y lo pegó hacia su cuerpo. Sus bocas se pegaron más rápido de lo que Hoseok quiso aceptar y aquellos brazos pasaron por su cuello. Dio un salto y Yoongi lo sostuvo de sus muslos para tirarlo a la cama y colocarse sobre él.

Un jadeo fue arrancado del cuerpo pelirrojo cuando Yoongi literalmente rompió la camisa que Hoseok se había puesto... Yoongi no estaba para ser dulce.

Aquellos labios llenos atraparon sus pezones. Mordiendo, chupando, lamiendo.

—Joder... Joder... —gimió Hoseok, arqueándose hacia su boca y enredando sus dedos en aquel cabello negro, ahora que lo veía bien.

Yoongi mordió un poco más fuerte el pezón que tenía en su boca para cuando se ubicó entre sus piernas y comenzó a frotar sus miembros que estaban endureciéndose más de lo que ambos querían reconocer.

—Tu pantalón me molesta —gruño Yoongi antes de desprenderlo y empezar a jalarlo para tenerlo fuera en menos de diez segundos.

Fue entonces cuando Yoongi se dejó caer un poco por el momento.

Hoseok desnudo.

Hoseok en la misma cama jadeando con los ojos cerrados.

Hoseok deseándolo.

Hoseok era sexy... y detuvo sus pensamientos allí.

Se quitó la ropa al ritmo que su pulso latía: rápido... necesitaba estar tan adentro de Hoseok que este último llorara, porque no merecía otra cosa. Jung Hoseok lo había desafiado.

Cuando llevó su mano hacia su miembro, las caderas de Hoseok fueron arrastradas por la cama. Hoseok estaba ansioso, era toda la respuesta que necesitaba.

Hoseok no necesitó preparación porque antes de que llegara el mayor, ya se había dilatado lo suficiente.

Fue entonces que entró por primera vez a aquel cuerpo y un jadeo suave y manos recorriendo todo su pecho hizo a Yoongi enfurecerse... enfurecerse por lo puta que era y no exclusivamente por escuchar un Yoongi espera... Es mi primera vez... Duele. 

Yoongi gruñó y lo embistió fuerte, arrastrando aquel cuerpo por la cama. Lo embistió otra vez estando tan adentro.

—Sí... Oh sí.... —gimió Hoseok, clavando las uñas en su espalda—. Más rápido... Más... No me rompo....

Aquello descolocó a Yoongi, lo hizo de tal manera que Hoseok gimió fuerte al sentir a Yoongi lo suficientemente adentro para entender esa frase de "sentía que me iba a partir a la mitad". Las embestidas fueron más rápidas, unas nalgadas que dejaron la zona rojiza, aquellos labios mordiendo y marcando su piel.

Y cuando tocó su punto... Hoseok empezó a sollozar de placer.

La cama golpeó bastantes veces la pared mientras que Hoseok gemía alto, el más bajo lo besaba con rudeza y, cuando el orgasmo los golpeó, Hoseok decidió derribar un poco aquel ego.

—Namjoon.... —gimió mientras se corría y Yoongi solo apretó sus puños duramente.

Y Hoseok sonrió en medio de las nubes del placer: eso era el inicio.

mátame lento ; yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora