mátame lento ; yoonseok

doce

Cuando aterrizaron y buscaron un hotel, Hoseok decidió que fuera lo que fuera no iba a acostarse con desconocidos... ni ahora ni nunca... pero Yoongi estaba mal, y para tratar con alguien así tienes que ser el doble o saber en qué punto golpear.

Hoseok no estaba enfermo, lo sabía, era un hecho... pero creía saber a dónde golpear a Yoongi para (al menos) evitar acostarse con alguien a quien ni siquiera conocía.

La puerta se abrió y se cerró, Hoseok tragó saliva y suspiró antes de salir del baño con solo una bata después de ducharse.

—El señor Hae te está esperando, ¿Qué estás haciendo? —gruñó Yoongi y Hoseok contó hasta cinco antes de dejar caer la bata.

—Esperándote a ti, no quiero que otro me toque... —Hoseok se acercó hasta él y acarició el pecho del más bajo— Si estoy contigo, solo será contigo, ¿verdad? ¿Por qué me quieres compartir? —Hoseok hizo un mohín y lo atrajo para besar aquella boca.

Sintió sus manos grandes sobre su trasero mientras Yoongi lo llevaba hasta caer en la cama. Hoseok le mordió su labio inferior y entonces lo enredó entre sus piernas, lo giró y se colocó sobre él a horcajas.

—Escucha Yoonie... —suspiró Hoseok cuando sintió aquellas manos sobre sus caderas— No quiero que nadie que no seas tú me toque... voy a terminar con Namjoon... solo serás tú mi hombre... —Hoseok apoyó su pecho sobre el de Yoongi y éste solo mordió sus labios.

—Solo me dices lo que quiero escuchar... nada de lo que dices es verdad, y lo sabes —Yoongi besó aquel cuello, mordiendo y marcando mientras que las caderas de Hoseok se movían hacia atrás y adelante.

—¿Crees eso de tu esposo?

—¿Y vas a dejar de luchar de la nada? —Yoongi elevó sus caderas y lo vio cerrar los ojos—. ¿Ah?

—Te tengo miedo... —jadeó Hoseok, la verdad saliendo solo un poco— Pero me encanta los hombres así... me encantas tú —completó y le desabotonó la camisa para comenzar a bajar sus besos por aquel pecho antes de desprender su pantalón.

Yoongi se bajó sus pantalones y boxérs antes de que Hoseok lo tomara en su mano, estaba duro... no era la primera vez que lo sentía así... que lo iba a tener de alguna manera dentro de su cuerpo.

—Y este es mi dulce favorito... —sonrió Hoseok y se lo llevó a la boca.

—Ah... —Yoongi llevó su mano a la cabeza de Hoseok, solo que esta vez, la comenzó a acariciar, a enredar suavemente sus dedos en aquel cabello oscuro.

Hoseok cerró sus ojos, desesperado porque aquello terminase, porque a Yoongi se le fuera por completo la idea que tenía.

Chupó un poco antes de comenzar a lamer sus costados, la punta de aquella polla, masajeando sus testículos con una mano para que la mano libre pudiera masajear lo que no le cabía en la boca.

—Hoseok... —gimió Yoongi, levantando sus caderas para hacerlo tragar un poco más de su miembro.

—Mmh.... —jadeó Hoseok antes de darle una última chupada y separarse, mirándolo y fingiendo una falsa sonrisa—. ¿Me preparas, querido?

Yoongi se levantó solo para besarlo brusco, Hoseok siguiéndole el juego, sus lenguas jugando entre ellas, el ruido húmedo de aquel beso era una tortura para Hoseok.

—Date la vuelta —gruñó Yoongi y Hoseok solo rió bajo y se giró, acomodándose cuando Yoongi volvió a acostarse.

Hoseok tragó saliva antes de volver a llevarse la erección de Yoongi a la boca, sintiendo los dedos de su esposo resbaladizos en su interior al mismo tiempo que la boca del mismo lo tomó.

—Mmh... —jadeó Hoseok quiso detenerse, sin éxito ya que Yoongi chupó su pene un poco más duro, Hoseok movió sus caderas, follándose la boca de Yoongi y Yoongi follándose la boca de su marido.

No iba a mentir, en sus jodidos cinco meses en que había estado con Namjoon nunca hicieron el 69 porque nunca le llamó la atención... pero habían probado diferentes de cosas que les brindaron un placer increíble, aún así... en esos momentos.

—Yoongi... —gimió cuando no pudo seguir con la mamada.

—Ahora estás listo... —jadeó Yoongi y Hoseok, sumido en la bruma de placer, se olvidó de aquello... de por qué estaba haciendo aquello.

—Por favor después no me entregues a nadie —susurró antes de ingresarlo en su cuerpo.

El rostro de Yoongi era toda una poesía, muy distante al comportamiento que había tenido en el coche. Cuando Hoseok comenzó a moverse, los gemidos de Yoongi salieron graves, roncos... seguidos.

—Sigue así... sigue... así... —Hoseok le tomó el rostro y definitivamente, y por voluntad propia, le comió la boca. Giró su rostro y las manos de Yoongi le sujetaron sus caderas duramente—. Dime que soy tuyo...dime que soy tuyo... ah... Yoongi... —cerró sus ojos y apoyó su cabeza en aquel hombro.

Yoongi lo giró en la cama y lo embistió duro, moviéndose fuera de su cuerpo, solo dejando la punta adentro antes de volver a entrar, moviéndolo en la cama de arriba a abajo, Hoseok escuchando repetidas veces un:

—Eres mío Hoseok... eres mío... solo mío.