siete

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Adolorido y cansado, así llegó Hoseok con una sonrisa en su rostro.

Caminó hasta llegar a su habitación y detenerse en la puerta. Yoongi estaba sentado en la cama, con su ordenador en mano.

—Kim te agota, ¿eh? —habló Yoongi, lamiéndose los labios—. Te tiene súper relajado.

—¿De verdad? ¿Cómo te diste cuenta? —rió Hoseok, pasándose una mano por su cabello—. ¿Por las marcas? ¿Porque estoy relajado? ¿Porque tengo rojo mi trasero?

—Sí, puede ser —Yoongi asintió antes de abrir la laptop y poner play a un video—. Y también por esto.

Y Yoongi giró la laptop.

La espalda morena de Namjoon apareció sobre su cuerpo y las piernas de Hoseok abrazándolo. Sus propias manos rasguñando su espalda emitiendo pequeños gemidos bajos.

—Tengo una cámara lateral ¿Quieres verla? —preguntó Yoongi divertido y Hoseok sintió su mundo derrumbarse cuando cambió el video y se vio a sí mismo de rodillas y manos en el colchón siendo movido por las embestidas de su amante.

—¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó, temiendo la respuesta.

—¿Qué voy a hacer? Subirlo a los sitios virales, por supuesto —Yoongi sonrió—. Quiero mostrar lo bello que es el cuerpo de mi esposo.

—¡No te atreverías! —gruñó Hoseok y Yoongi carcajeó.

—No si haces lo que te pido —Yoongi cerró el portátil.

Hoseok lo vio levantarse y caminar hasta detenerse frente a él.

—Nadie me ignora cariño —susurró Yoongi mirando fijamente su boca—. Nadie me pasa por encima. Ni si quiera alguien como tú.

—¿Qué quieres? —gruñó Hoseok y sintió una mano por su espalda baja.

—Acuéstate conmigo —habló Yoongi—. Cuantas veces pida, cuantas veces quiera y en donde quiera. Serás mi putita personal —murmuró, lamiéndose los labios.

Hoseok abrió la boca y Yoongi le colocó un dedo sobre sus labios.

—No no no, piensa bien tu respuesta. Si dices que no, ese video se subirá y entonces la reputación de Namjoon y de la familia Jung se irán al caño. Tú quedarás como la puta que engañó a su dulce esposo que solo hacía todo lo que su marido quería.

Hoseok tragó saliva y cerró su boca.

—Y-yo...

—Sé listo por una vez en tu vida Hoseok y piensa en los resultados. Tengo el video en más de dos laterales y como sabrás... a mí no me molesta ensuciarme un poco.

El pelirrojo solo se alejó de él y miró la laptop.

—Puedo borrarlo.

—Tengo copias. También tengo un certificado de que tú has estado girando dinero a una cuenta fantasma.

—¡Jamás le haría algo así a mi familia! —gritó algo ahogado.

—Los documentos dicen lo contrario.

—Eres un hijo de puta.

—Lo sé —Yoongi sonrió y se lamió los labios—. Y tú estabas jugando conmigo.

Hoseok se alejó de su toque y comenzó a tomar profundas respiraciones antes de ser consciente de los hechos.

—Está bien, está bien —susurró, mirando por encima del hombro de Yoongi—. Está bien...

—¿Está bien qué, Hoseok? —presionó.

—Seré eso que quieres —habló y sintió una mano cerrarse fuertemente sobre su brazo—. Seré tu puta —respondió rápidamente y Yoongi sonrió divertido.

—Me gusta que reconozcas tu lugar. Además, ¿no querías que consumáramos el matrimonio? Lo podremos hacer sin problemas ahora.

Hoseok se sintió impotente. Si se deshacía del video tenía copias y una copia verdaderamente falsa acusación de estafa... Yoongi lo tenía al borde.

—Puedo contratar a un abogado.

—Dime un abogado que no me conozca —carcajeó Yoongi antes de girarse y salir de la habitación—. Prepárate para esta noche, quiero que estés sexy y relajado porque no quiero tener que fingir ser dulce... no te mereces que te hagan el amor.

—Te odio —respondió seco antes de escuchar un portazo a su espalda.

Yoongi se había enfadado con aquellas últimas palabras.

Yoongi lo tenía en sus manos.

Yoongi realmente era un egoísta avaricioso imposible de dejarlo feliz y en libertad de aquel tortuoso matrimonio.

mátame lento ; yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora