mátame lento ; yoonseok

nueve

Yoongi simplemente maldijo y se levantó de la cama mientras que Hoseok se acomodaba mejor entre las sábanas.

—Oops. Lo siento, creo que me equivoqué de nombre —habló como si nada, sonriendo mientras cerraba sus ojos tranquilamente.

Solo hasta que Yoongi le tomó por el brazo duramente y lo levantó de la misma bruscamente.

—¡¿Pero qué te sucede, idiota?! —gritó Hoseok mientras se trataba de zafar rápidamente, sin éxito.

—Ese estúpido no volverá a tocarte más.

—¿Solo por que a ti se te antoja? —Hoseok, a pesar del dolor, rió burlesco—. ¿Cuántas veces te rogué en silencio que no me dejaras? ¿Que dejaras de fingir lo que, sin duda, no sentías? ¡Ahora suéltame, mierda, Yoongi me duele!

Y un golpe seco hizo que Hoseok cayera a la cama. La mano de Yoongi le jaló del cabello de su nuca.

—Ni siquiera hacías nada para tentarme —le gruñó en el oído.

—Lárgate, no es mi culpa que no seas como Namjoon. ¿Te quejas de mí? ¿Y yo qué tendría que decir sobre ti? Namjoon me hace sentir en el puto cielo, me hace gritar y hoy tuve que pensar en él mientras me tocabas porque me dabas asco... ¡Me das asco Min Yoongi! —gritó y Yoongi solo salió de allí azotando la puerta.

Hoseok suspiró profundo y se dirigió hacia el baño, necesita una bendita y larga ducha... que dure muchísimas horas.

Y, mientras la puerta del baño se cerraba y el agua comenzaba a caer, los dedos de Min volaban entre los números en su pantalla. Cuando el tono de llamada apareció solo tuvo que esperar unos cuantos minutos antes de ser respondido.

—¿Hola?

—¡Taehyung! ¿Sigues en Seúl?

—Pues la respuesta a eso es un obvio sí, es el único lugar en donde encuentro inspiración.

—¿Qué te parece si compartimos una cena? Ahora, en el restaurante de los Jung, paso a buscarte si gustas.

—¿Y que tal si vienes aquí, tomamos una copa y me dices que favor me vas a pedir hoy?

—Me conoces... ¿eh? —y Yoongi una sonrisa suave.

El reloj marcó las tres de la mañana cuando el coche de Yoongi se estacionó en el garaje de la casa de su hermano, sacó las copias de sus llaves y entró a la casa. Taehyung estaba picando una zanahoria y se señaló su mejilla con la punta del cuchillo antes de volver a cortar la verdura.

Yoongi avanzó hacia la cocina y besó su mejilla.

—Conozco a alguien que se muere por conocerte —comentó mientras sacaba dos copas y una botella de vino.

—¿Tu marido?

—Su amante y quiero que lo seduzcas.

Taehyung dejó lo que estaba haciendo y se giró para verlo.

—¿Hyung, por qué en vez de arruinar la única relación de amor que ha tenido tu marido mejor no tratas de que se enamore de ti?

—Porque me causa más placer verlo sufrir.

—¿Qué te hizo Hoseok? Nunca lo entendí —el rubio frunció el ceño y recibió la copa que le tendía su hermano mayor.

—No es de tu incumbencia. ¿Puedes hacer lo que te pedí o debo ver a alguien más?

Taehyung se giró y siguió picando la verdura.

—Solo trato de entender por qué tu odio hacia él. Nosotros dos siempre nos llevamos súper bien. Hobi hyung estuvo conmigo antes de que mis pinturas fueran famosas... antes de toda esa loca idea tuya que le metiste a sus padres en su cabeza.

—Deberías agradecerme —Yoongi se encogió de hombros— Gracias a esta loca idea te di el mejor regalo de cumpleaños: contactos famosos y adinerados.

Taehyung solo rodó sus ojos y suspiró.

—¿Y qué gano cumpliendo tus caprichos, Yoongi?

—Un amor real, verdadero... —murmuró contra su copa.

—Me gustaría que tú conocieras ese amor, hyung. Sé que muy dentro tuyo... —Taehyung fue interrumpido.

—¡Ya basta con esa cursilería! —gritó y Taehyung clavó el cuchillo sobre la tabla de picar.

—¿Acabas de gritarme? —el rubio elevó una ceja y el mayor de los Min solo suspiró.

—Lo siento Tae, es solo que estoy harto que todos crean que la vida es una maldita película. No todo es felicidad o tristeza o solo se cambian a la mitad de tu vida. Si te tocó estar con una mierda al lado es así... y punto —gruñó la última palabra.

—Mamá no pudo escapar, nosotros no tenemos que volver a repetir la historia, hyung.

—¿Lo harás o no? —gruñó el pelinegro y Taehyung solo murmuró un "de acuerdo".