1: Misión fallida

230 13 5
                                    

2002. – Rusia.

Natasha Romanoff tiene 18 años. Ella y las demás viudas negras se estaban preparando para una misión importante. Tenían que infiltrarse en una base de máxima seguridad, para matar al jefe de una organización que secuestraba a algunas viudas negras para experimentar con ellas.

Todas llegaron al lugar, tuvieron que asesinar a los guardias para poder entrar. Una vez adentro, sigilosamente caminaron por los pasillos. Guardia que aparecía, guardia que moría. Las viudas negras, lideradas por Natasha, buscaban a su objetivo, pero no lo encontraban.

Las 6 viudas negras decidieron separarse para encontrar al jefe, se separaron en 3 grupos de 2. Natasha y su compañera buscaron por su lado y entraron a una gran oficina, vieron a un hombre de espaldas sentado en una gran silla. Natasha le hizo señas a su compañera para que la cubriera desde atrás, sacó su arma y caminó lentamente hacia el hombre. De repente, oyó un estruendo desde atrás, se dio la vuelta y vio a su compañera en el suelo. De la nada Natasha sintió un fuerte golpe en la cabeza y todo se volvió negro.

Romanoff se despierta con un fuerte dolor de cabeza, se levanta y ve que todas sus compañeras estaban a su lado. Miró a su alrededor y vio que estaban en una celda gigante. Trataron de romper la reja pero era imposible, gritaban y nadie las escuchaba, incluso les habían quitado las armas. Todas dejaron de intentar romper la celda, pero Natasha como siempre nunca se rinde, así que siguió intentando.

Mientras tanto, desde otro lado, unos hombres las observaban desde una cámara.

¿Qué haremos con ellas? – Preguntó uno de ellos.

Podemos probar el Proyecto E-12. – Respondió otro.

El Proyecto E-12 aún no está listo, además hay que buscar a la mujer adecuada para ese experimento.

¿Usted qué dice jefe? – Le preguntaron.

Llevaremos a cabo el Proyecto E-12. – Respondió sin dejar de mirar la pantalla en la que se veían las viudas negras.

¿Está seguro jefe?

Lo estoy.

¿Pero con cuál de todas lo hará? – Preguntó uno.

Con ella. – Dijo señalando a Natasha.

A continuación, unos hombres armados fueron a donde estaban ellas, agarraron a Natasha y a pesar de sus forcejeos la llevaron hasta un lugar donde había una camilla y la ataron ahí.

¡Suéltenme! – Gritaba Natasha.

Cállate niña. El jefe vendrá a verte en un momento. – Le dijo el hombre mientras Natasha trataba de soltarse.

¿Quién es su jefe? – Preguntó.

Soy yo. – Dijo el hombre entrando al lugar.

¿Qué quieres de mí? – Le pregunta Natasha.

Eres perfecta para un experimento que estamos probando. Tómalo como una venganza por haber querido matarme.

¿De qué experimento hablas?

No lo sabrás... Aún. – Dijo agarrando una inyección.

No te atrevas a inyectarme con sea lo que sea eso. – Respondió mientras forcejea con la cuerda que la tiene atada.

Tranquila, este no es el experimento, solo es para que te duermas. – Dijo a la vez que la agarra y le coloca la inyección en el cuello.

RomanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora