Amar a nuestro modo || Fanfiction

06

Al anochecer, los estudiantes corrieron a ver quiénes estaban dispuestos a participar en el torneo de los tres magos, Lory estaba corriendo junto a Catalina y Ashley.  -¡Rápido, me estoy mojando!- habló Ashley, debido a la lluvia que caía.
-¡mi cabello!- se quejo Catalina. las tres chicas finalmente llegaron, miraron la copa, seguía con su gran llama azul, la cual no parecía desvanecerse en ningún momento, cada vez que un alumno pasaba a poner su nombre en el cáliz, los alumnos los felicitaban y aplaudían felices.
-¿crees que Viktor se anote?- preguntó Ashley. De pronto, Cedric llegó junto a sus amigos, Lory lo miró con una sonrisa. -Vamos Cedric, ponlo.- exclamó uno de sus amigos y lo empujaron hacia la copa, logrando pasar la línea de edad, Cedric colocó su nombre en el cáliz y todos aplaudieron, la castaña aplaudió igualmente, estaba completamente segura de su hermano y esperaba fielmente que nada malo le ocurriera, ya que él mismo le había prometido cuidar de él, Cedric se acercó a su hermana y la abrazo felizmente.
-Te dije que iba a poder.- dijo mientras la abrazaba.
-pues estoy muy feliz de que lo hayas logrado, ahora, procura mantenerte con todas tus extremidades y que tu corazón siga funcionando.- Bromeó ella. Cedric rio y asintió con la cabeza.
-Claro, lo tendré en cuenta.- terminó por decir el castaño, cuando de pronto, los dos gemelos se adentraron al lugar, alegres, todos aplaudieron ante su llegada, dando los cinco a los alumnos.
-No puedo creer que lo hayan hecho en verdad...- admitió Cedric junto a un ligero suspiro.
-¿Hacer qué?.- preguntó la castaña curiosa. -Bien chicos, la tenemos.- dijo Fred con emoción.
-Es la pócima para envejecer.- terminó por decir George, Lory hizo una mueca de confusión y miró a su hermano, pero él no pareció darle mucha importancia.
-No les va a funcionar.- intervino Hermione, los gemelos captaron su atención en aquella castaña lectora de cabellos alborotados. 
-¿Ah no?-  preguntó Fred con una sonrisa, a su vez, George también sonrió y preguntó al igual que Fred.
-¿Por qué no, Granger?- La castaña apunto hacia la línea azul que rodeaba la copa.
-Esa de ahí, es la línea de la edad y Dumbledore la dibujo.- dijo con ligera arrogancia.
-¿Entonces?- pregunto Fred confuso. Hermione bufó y cerró su libro.
-Entonces... a un gran mago como Dumbledore no lo pueden superar dos tontos con una patética poción.- terminó por decir.
-Y justo por eso es que va a funcionar.- dijo Fred junto a una sonrisa divertida.
-Porque es patéticamente efectiva.- terminó la oración George, la castaña los miró molesta. Lory soltó una pequeña carcajada y observo a los gemelos sorprendida. -¿enserio crees que eso funcione?-  cuestiono Lorelei divertida, Cedric se limito a reír de forma burlesca.
-Claro que no, pero va a ser divertido de igual manera.- Lory miró a los gemelos. -¿Listo Fred?-Dijo George animado.
-Listo George.- y así ambos finalmente bebieron la poción y saltaron dentro de la línea. Todos los estudiantes aplaudieron alegres, incluyendo a Lorelei, era difícil creer que lo habían conseguido después de todo, ambos colocaron sus nombres en el cáliz y esperaron a sus resultados, todo parecía ir bien, nuevamente se formaron los aplausos y los gemelos chocaron los cinco, pero la felicidad se esfumó cuando el fuego comenzó a alborotarse, sacando por los aires a los dos pelirrojos. Las manos de Lory se fueron instintivamente a su boca por la sorpresa, todos comenzaron a reír y los gemelos se miraron el uno al otro, estaban envejeciendo.
-Bueno, sin dudas algo si funcionó...- dijo cedric entre risas. 
-¡Te lo dije!- gruño George.
-¡Yo te lo dije!- respondió Fred, las risas aumentaron cuando ambos comenzaron a pelearse en medio del lugar.
-¡Me las vas a pagar!-   
-¡Tú me las vas a pagar!-   
-¡esto me pasa por hacerte caso!-. todos los estudiantes comenzaron a gritar a coro <<¡Pelea!>>
-¡es la última vez que tienes una idea!- Habló Fred entre dientes.
-¿¡Ah sí!? ¿¡Ahora fue mía, eh!?- debatió George. Los gritos y peleas pararon al instante cuando Viktor entró, tenia un aspecto amenazante, intimidando a todo aquel que se cruzara en su camino o que obstaculizara su paso. Él pasó la línea de edad y colocó su nombre en el cáliz, dejando a todos en absoluto silencio y con todos los ojos encima.