Ara nunca se acostumbrará a ese mundo tan perverso y vil y como bono plus tiene a un ser obsesionado con ella, el cual la reclama como suya.
Jungkook le deja ver los oscuros matices que resguardan su alma, y esto la aterra. Él no tiene remordimiento...
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Ara
Un sonido estridente inunda la habitación, haciendo que en mis tímpanos retumbe mi tono de llamada, maldigo por lo bajo, ya que me encontraba casi llegando al estado de sueño profundo. Con un poco de jaqueca causada por la interrupción de mis horas de descanso, desplazo mi mano hacia la mesita de noche de al lado de mi cama, tomó el aparato tecnológico para aceptar la llamada sin fijarme en el remitente.
— ¿Diga? — murmuró extrañada con voz adormilada.
— Estúpida, te he estado llamando desde hace horas. — la voz de Sun es la que me recibe del otro lado, claramente reclamándome.
— ¡Son las tres de la mañana! ¿Cómo carajos quieres que conste si estaba dormida? Las personas normales están dormidas a esas horas.
— Párale a tu drama, me da lo mismo, esto es más importante — golpeé mi frente con la palma de mi mano. Solo espero que no esté ebria — Jungkook golpeó a Ewnoo hoy — mis ojos se abren y me sobresalto en la cama. Automáticamente, mi sueño se fue al oír aquello — Si hubieras visto, fue como ¡Pum! Y de repente ¡Pam! Un gancho al estómago, ¡Pazz! Sobre las mesas de alcohol, y muchos puñetazos en la cara — Estaba hablándome emocionada como si relatará una pelea de boxeo.
— Dime que no es verdad, que es mentira — llevé mi mano a mi pecho.
— No estoy ebria. Estoy hablando en serio. De hecho estoy en casa de Yeonjun.
Cierro mis ojos con fuerza. ¿Por qué tiene que complicarlo todo?
— Es lo que él quería y ya lo consiguió. — me lleno de molestia — Lo que quiere es que lo enfrente en la escuela. Lo estuve evitando desde que terminamos.
— No, no lo hagas. Podrá ser mi cuñado — ruedo los ojos ante lo dicho — pero no tienes que ceder ante él. Sigue evitándolo. Deja en claro que ya no te importa.
— Es difícil, me lo pone cada vez más complicado.
— Deja que pasé esta vez. Si es lo que él quiere, no le darás el gusto.
— Está bien — suspiré — te veo mañana, gracias por avisar.
Terminé la llamada y me dispuse a conciliar el sueño. Aunque no pude evitar pensar en las atrocidades que comete el estúpido de mi ex, resultado de pensar en él sufrí de un pequeño insomnio; sin embargo, al pasar media hora el cansancio me venció.
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