Capitulo 1.

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Taekwoon se dejó caer en el suelo de parqué brillante y resbaladizo. Su frente estaba más que sudada al igual que el resto de su cuerpo. Se podía apreciar los manchurrones de sudor haciendo un semi-circulo descendiente por todo alrededor de su cuello y axilas. Estaba agotado.

Haberse pegado las últimas cuatro horas ensayando una y otra las coreografías del grupo era lo único que le preocupaba en esos instantes. Tenía que hacerlo perfecto. La presión era demasiado, incluso para él, que ya era lo suficiente critico con su propio ser. No solo era el cantante principal de Vixx junto a Ken, si no que además tenía que llegar a la altura de un buen bailarín. Le ardía la piel de pensar que no era suficiente. Aunque él siempre pensaba de esa manera, infravalorándose. Es por eso, que cada tarde o mañana, incluso noches enteras sin poder dormir, se colaba en la sala de ensayo a escondidas y ensayaba por su cuenta. Nunca nadie se había enterado de sus trapicheos nocturnos o diurnos, ni hacía falta eso. Taekwoon, o Leo para algunos, era sigiloso, callado, astuto.. Pero cuando habría la boca por supuesto había que atender. Eso sí, tenía un carácter tremendo, como un león, de ahí que la compañía le diera el apodo de "Leo".

Se levantó del suelo apoyándose jadeante contra el cristal, mirando su reflejo con cierta rabia. No le gustaba lo que veía. Lo suyo era el canto, y aun quería superar a Ken el cual llegaba a unas notas bastante arriesgadas para él.

-Ah, mierda. -Susurró dejando la frente apoyada en el vidrio, cerrando los ojos por un momento.

La habitación naranja y verdosa poco a poco se fue apagando hasta convertirse en algo totalmente negro. Luego vinieron los flash. Últimamente levaba semanas enteras sin dormir más que una hora y le extrañaba que no tuviera ojeras. Pero su cuerpo dolía en todas partes.

Taekwoon sabía perfectamente que aquello era un sueño, lo que no entendía era porque razón siempre soñaba con el mismo corto sueño que nunca tenía una lógica o final concreto; En uno de los conciertos mas importantes de Vixx, justo en sus estrofas su voz se esfumo. Se quedó totalmente mudo, sin emitir ningún sonido. Su pecho se comprimía. Incluso sentía que estaba apunto de llorar siendo que odiaba eso. Era la mayor pesadilla que había podido tener en toda su adolescencia y más adelante. Y por eso no paraba de entrenar su voz, ¿qué pasa si el sueño se hace realidad? ¿Cómo se supone que soportaría la culpa, la decepción de sus miembros, la mirada de todos?... No, no podía ser.

-¡Leo! -Un grito grave resonó por toda su cabeza, confundiéndole por momentos para volver poco a poco al mundo real.- Hyung, ¿Qué haces a estas horas aquí tirado? ¿Estas bien?

Taekwoon sabía perfectamente de quien era esa voz. Sin duda el molesto de Wosik. Sus ojos no muy grandes se abrieron poco a poco hasta conseguir enfocar la imagen del menor frente a frente de su rostro.

-¿Ravi? -Susurró parpadeando un par de veces.

No lo pensó demasiado, en cuanto vio al chico demasiado cerca, alargó su brazo con el puño cerrado y golpeó al pelirrojo con toda la fuerza que se podía permitir. Wosik casi volando dio un bote alejándose de golpe tras el puñetazo, cubriéndose la mejilla con una mueca entre dolor y irritación.

-¡Hyung, no hacía falta ese golpe! -Chillo Wosik realmente fuera de sus casillas. No había tenido un buen día y no pretendía aprovecharse de su mayor ni mucho menos. O al menos no en ese momento.

-¡Cállate! ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Se supone que tendrías que estar con Hakyeon en la otra sala.

-Me preocupe porque llevas....¡Ocho jodidas horas desaparecido!

-No me levantes la voz ni me faltes en ese vocabulario o te golpearé con una de las sillas mas cercanas.

-Disculpa, pero es solo que fue justo Hakyeon quien me mandó a buscarte por todas partes. Pero eres peor que una sandijuela para esconderte. Es imposible percibir ni tu presencia.

Aquello era mas que convincente para Taekwoon, después de todo el líder se preocupaba mucho por todos los miembros, por él exclusivamente. Pero esto no era solo con N, si no que Ken al igual que Ravi se unían al club de "vigilar a Leo". Era más que irritante...Pero le gustaba de alguna manera eso.

-Bueno, deja de decir tontadas. Me doy una ducha y luego iré a la sala. -Dijo Taekwoon levantándose poco a poco, sintiendo el cuerpo crujir de manera dolorosa por cada hueso que movía. Se sentía a morir, como si fuera a desfallecer de puro cansancio ahí mismo.

-Pero hyung..

-Ravi, ya. Tengo 24 años, no necesito un guardaespaldas.

Tras concluir acarició el cabello del menor con cierta ternura, para que viera que no estaba enojado o algo por el estilo, y salió de la sala a paso lento. Todo aquel corto trayecto intento parecer lo mas fuerte y estable que podía pero enseguida, tras cerrar la puerta de la sala tras su espalda se apoyo en la pared casi arrastrándose a un recinto escondido y dejarse caer ahí. ¿Qué había hecho para estar con ese cuerpo? Había dormido en suelo más de una vez y su cuerpo ni se había inmutado.

Sacó el móvil y le dio a marcada rápida. Saldría un número al azar al que llamar y pues el elegido fue Hongbin.

-Bean..-Dijo con su peculiar voz apagada.- Iré a ensayar un poco tarde, me levanté de mal humor.

-¡HYUNG!

En seguida apartó el auricular del teléfono de su oreja cuando escuchó aquel grito. No se explicaba como no podían haberse acostumbrado ya a sus "desapariciones repentinas".

-¡N esta histérico! Será mejor que no te aparezcas en un rato. Está más que enojado. Ni siquiera nos dio los buenos días de la manera pegajosa que suele hacer. Hyung, tengo miedo.

-Ya, ya, déjale. Es un viejo por eso tiene esos cambios, como una mujer.

La risita de Hongbin al otro lado del aparato le dio tranquilidad a Taekwoon el cual se encogió al notar pinchazos sobre su espalda.

-¿Hyung?

-Bean, te tengo que colgar voy a acabar un asunto y ya voy para allí, ¿okay? No le digas nada a N, es capaz de mandar otra vez a Ravi o venir él mismo...

-Ten cuidado.

-Sí.

Taekwoon cerró la llamada y enseguida volvió a la caminata hacia las habitaciones. Daba gracias a que eran en el mismo edificio y había ascensores. Si tuviera que subir escaleras terminaría reptando cual serpiente.

Salió de la ducha a apenas las 2:30pm. Tenía un hambre voraz pero aun seguía sin poder siquiera moverse. Estaba más que cabreado, derrochaba la rabia como una fuente abierta. Masajeó su sien por unos instantes antes de comenzar a vestirse nuevamente y meter unas cuantas barritas energéticas al cuerpo. Siempre estaba hambriento, la cosa es que no tenía mucho tiempo para comer. Tal vez por eso su cuerpo estaba de esa forma, pensó.

"Das asco. ¿Crees que durarás mucho en ese grupo, Vixx? Te echarán, solo mírate. No das la talla."

"¿Por qué siempre estás tan callado? Es molesto"

"No tienes sentido del humor."

"Podías haber llegado a ser un gran futbolista, hijo."

"Menos mal que al menos mamá te quiere."

Dio un golpe contra la encimera de la cocina sintiendo como una vez mas las cicatrices de su frágil corazón volvían a abrirse. Recordaba cada insulto recibido en la secundaría por todos sus compañeros de clase. Se recobraba cada golpe, cada puñetazo, cada moratón, cada paliza al salir de clase...

Lo divertido es que ahora esos chicos y chicas le piden entradas para sus conciertos y se pelean por ellas.

No quería fallar.

No una vez más.

Mirándose al espejo con una mirada bastante apagada trataba de tragar su adolescencia e infancia atroz, ese bullying por tantísimos años, tragando eso. "El pasado es pasado." Pensó acariciándose los brazos con cierto recelo, saliendo de ese apartamento a paso ligero.


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