Frustración (5)

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No sería la primera vez que unos pedazos de cerebro salpicaran frente a mi. Mi dedo en el gatillo, solo esperando un pequeño movimiento para que la bala asesina saliera rompiendo el cráneo de ese hombre tan bello que estaba arrodillado ante mi. Cerré los ojos y  disparé. El sonido del disparo espantó a las decenas de aves que cantan sobre aquellos árboles enormes. Justo en el último segundo , yo había movido la pistola a un lado de la cabeza de Thiago, disparando en la arena. El chico estaba con los ojos abiertos de terror, sus ojos estaban lleno de lágrimas, temblaba del susto.

No dejé que se volteara a verme, simplemente le di con la cacha de la pistola en la cabeza, este cayó desmayado en la arena. Por un momento la selva quedó en silencio. Yo estaba parado viéndolo. Lo tomé entre mis brazos y lo llevé por el camino con rumbo a la cabaña. Eran las once de la mañana cuando llegamos a la cabaña. Curé su herida con un botiquín de primeros auxilios que estaba por ahí, acosté en la cama y lo amarré de ella de modo que al despertar no se pueda levantar o soltar. Me senté un rato bajo un árbol de aguacate que estaba cerca a la cabaña. Pensaba en qué hacer ahora. Tenía que haberlo matado, y debo hacerlo cuando tenga el valor necesario. Si no lo hago, morirá mi madre, yo y no tendré lo que deseo. Es solo un chico.

En esa selva no se escuchaba nada relacionado con los humanos, no sé cómo cara de perro logró conseguir este sitio para este trabajo. Ahora Thiago me va a odia, no confiará en mi, y quiero que haga eso. Sigo siendo una basura. Pensará que solo lo seduje para tener sexo con él, y en realidad, lo que hice con él fue algo genuino, fue amor, fue lujuria, entrega total. Me dió su virginidad a mi, sin saber que lo iba a traicionar de esa manera. Me odio mil veces. Pero es mi vida o la de él.

En ese momento escuché que se había despertado, fui a verlo. Estaba como lo había dejado, pero lloraba. Al verme, cesó de llorar y me preguntó:

—¿Por qué?

No respondí, mi teléfono comenzó a sonar y salí a contestar, dejando al chico ahí.

—Dígame jefe.

—¿Cómo te va con el trabajo?

—Algo salió mal.

—¿Qué pasó?

—No ha firmado los papeles.

—Pero me habías dicho que sí.

—Lo siento, él me hizo creer que sí lo había hecho, pero me engañó, le di una merecida paliza después de eso. Así lo he tenido porque se niega a firmar.

—¡Qué bueno que no le conté de esto a Santa Claus!

—Pero tranquilo, usted sabe que yo sé hacer muy bien mi trabajo, igual tengo una semana para eso.

—Si, cinco días o menos.

—Jefe, solo llevo como medio día de cinco, usted verá que antes de eso ya todo estará listo.

—No me falles Takashi, sabes que confío en ti, y de ti depende nuestro futuro. Si fallas, tu morirás, tu madre morirá, yo moriré y todos nuestros sueños se irán a la mierda.

—Si jefe, tengo eso muy claro.

Terminamos la llamada y fui a la cocina, preparé una sopa de pollo, una vez lista, fui hasta donde Thiago.

—Te traigo el almuerzo, yo te la doy en la boca.

—No tengo hambre— está vez ya no lloraba, está molesto.

—Debes comer.

—¿Por qué no me mataste? Ya tienes tus putos papeles firmados, ya alguien se va a quedar con mi dinero. ¿Qué más quieres?

—Me gustas, y me gustó lo que pasó en el río, pero debes entenderme.

—¿Entender qué? Solo te valiste de mí para follar conmigo y tener la dicha de follar con un virgen. ¿Te follas a todos los que secuestras?

—No hago eso con nadie.

—¿Ahora debo creerte?

—No te pido que lo hagas. Solo come.

—¡No quiero una mierda!

—No le digas así a la comida.

—¿Por qué no lo hiciste, matarme?

—Porque me gustó lo que pasó en el río, me gustas tu, me siento bien contigo. No tengo el valor de asesinarte. 

—Pero sí el valor de darme un coñazo en la cabeza.

—Perdón por eso. No son mis intenciones, y prometo que será la primera y última vez que te toco de esa manera.

Él se quedó viéndome.

—¡Mierda, Takashi! Ahora dime, eso que dijiste sobre mi hermano, ¿Es cierto?

—Si, tu hermano es quien está pagando para hacer todo esto, anoche antes de venir aquí nos reunimos con él, mi jefe, yo y sus hombres. Nos ha ofrecido mucho dinero, y de no hacer esto, nos matará, incluida mi inocente madre. El tiene mucho poder.

—Takashi, mi hermano no tiene poder, soy yo el del poder. Si le doy esos documentos, ahí si tendrá poder por sobre todo.

El Amor Asesino. Takashi (Completa. Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora