Capítulo IX

79 13 2
                                    

“¿Qué diablos es esto, una estúpida leyenda? ¿Cómo se supone que ayudará eso a Jin Ling?” Jiang Cheng sostenía sin cuidado el manuscrito, sus frágiles páginas amarillas debido al paso del tiempo parecían estar a punto de deshacerse, algunas incluso tenían pequeños agujeros en las esquinas por el ataque de polillas, gusanos u otros bichos, este libro sin duda no era una posesión valiosa para los ancestros de Jiang Cheng desde hace mucho tiempo.

“Maestro Jiang, tenga cuidado con eso, es muy frágil…”

“Maestro Jiang, Wen Ning está aquí” Tras uno de los empleados que vivían en el Embarcadero del Loto, apareció Wen Ning, se notaba por su rostro que no había dormido absolutamente nada para poder llegar cuanto antes, vestía de forma un poco desordenada, por la prisa con la que salió hacia el Embarcadero del Loto, su cabello largo apenas atado, y cargaba una bolsa médica.

“Gracias por venir. Te llevaré donde está Jin Ling” Jiang Cheng era demasiado escéptico respecto a cosas que consideraba fuera de la explicación de la ciencia, entre ellas estas leyendas míticas, parecían solo cuentos muy detallados para asustar niños hace cientos de años. Por ello no se preocupó en guardar el viejo libro, simplemente lo arrojó al mayordomo para hacerse cargo de él.

Condujo a Wen Ning hasta el lugar donde Jin Ling descansaba, aunque estaba inconsciente, su cuerpo aún tenía espasmos que lo hacían ver como si estuviese temblando, o recibiendo descargas eléctricas constantemente. Su piel seguía igual de pálida y sus labios azules, pero las venas de azul tan oscuro parecían ahora ser de un escalofriante negro, su rostro mostraba los nervios y venas del color del petróleo como si el micelio de un letal hongo se estuviese apoderando de su cuerpo, carcomiéndolo lentamente por dentro. A pesar de todo, Hada se había quedado todo el tiempo justo al lado de su cama, profundamente dormida.

“Oh dios… Sé que soportó una tormenta muy poderosa, pero…”

Al verlo, Wen Ning que normalmente no era muy expresivo —igual que Wei WuXian—se mostró muy sorprendido, sus ojos se movían rápidamente por todo el cuerpo del joven, tratando de analizar sus síntomas y dar con la causa. Llevó una de sus manos a cubrir su boca, en un gesto de ansiedad involuntario, parecía realmente preocupado y hasta asustado por el estado de Jin Ling, durante un par de minutos, no dijo nada, simplemente estudiaba cuidadosamente los signos que mostraba. ¹

“¿Wen Ning? ¿Qué pasa?” A pesar del feroz carácter de acero de Jiang Cheng, el comportamiento de Wen Ning le empezaba a transmitir el mismo sentimiento de temor, además de la incertidumbre por el origen del estado de Jin Ling. Aunque raras veces flaqueaba ante otros, esta vez el estado de su sobrino era demasiado extraño ¿quién podría permanecer firme ante una situación como esta?

“¿Sabes de qué color se ven las venas normalmente?” Preguntó de repente Wen Ning, después de tocar y analizar al joven, sostenía su brazo mientras le hablaba a Jiang Cheng. En el frío que apenas atenuaban los primeros rayos de sol, la diferencia entre el color vivo de Wen Ning que incluso tenía un poco de rubor en su nariz y mejillas, y el preocupante blanco de Jin Ling era aún más notoria, más que un ser vivo, parecía una muñeca de porcelana siendo poseída lentamente por las oscuras ramificaciones de micelio.

“Son azules, ¿por qué?” Jiang Cheng se paró a su lado, mirando a su sobrino, su mirada era indescifrable. A esta hora, sin embargo, Jiang Cheng parecía no sentir ningún frío en absoluto, no se había abrigado, pero Wen Ning pudo ver el casi imperceptible temblor en sus manos.

“En algunas personas se ven azules, en otras se ven verdes, depende de algunos factores como la cantidad de hierro, la hemoglobina y el dióxido de carbono que transportan. Pero esta coloración…nunca la había visto”

Un sólo latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora