Mulan no tenía idea de dónde debía comenzar buscar, pero pensó que sería buena idea observar cuidadosamente a los otros hombres antes de adelantarse a pedirles que se unieran a ella; de modo que comenzó a escalar uno de los anchos árboles con agilidad, y cuando se encontraba lo bastante arriba para quedar oculta, se movió por las ramas, atenta a los sonidos a su alrededor.
Y esperó. Sabía que estaba en el lugar ideal para observar a los demás, porque todos debían llegar hasta allí, tarde o temprano.
A menos que murieran en el bosque, por supuesto.
Ella apartó los pensamientos sombríos de su mente y trató de mantenerse tan serena como le era posible.
Luego de lo que se sintió como una eternidad, la gente comenzó a aparecer. Grupos grandes, pequeños, parejas, e incluso un par de tíos solitarios caminando despreocupadamente. Pero nadie parecía ser lo bastante confiable. Siempre había algo que hacía que la muchacha vacilase antes de siquiera considerarlos seriamente.
Quizá simplemente no quería que su vida no dependiese de nadie que no fuese ella misma.
Cerca del crepúsculo, Mulan escuchó gritos.
Se acercó con cautela por las ramas altas de los árboles, lo bastante despacio para no ser pillada por los espíritus, pero no demasiado de modo que pudiese observar con claridad el espectáculo abajo.
Aunque, luego del primer vistazo, pareció cambiar de opinión casi instantáneamente, porque el pobre desafortunado que fue lo bastante débil para caer en garras de la muerte era con certeza el peor candidato que se le habría ocurrido a la muchacha.
Era casi un niño.
Tenía sus pequeñas manos aferradas con tanta fuerza a la lanza que empuñaba que sus nudillos estaban pálidos, y su corto cabello, mandíbula y toda la parte superficial del peto estaba cubierto de sangre. Él rió con tanta fuerza y por tanto tiempo que parecía increíble que no se quedase sin oxígeno. Mulan lo observó con tanto pragmatismo como podía. No importaba si lucía como un niño o no, porque esa cosa, como sea que pudiese llamarlo, no sería nunca más un infante.
Así que, muy lentamente, la chica llevó su mano diestra a la daga que llevaba anudada al cinturón y antes de poder arrepentirse, lo arrojó tal y como solía jugar cuando era más joven y hacía apuestas con Min sobre quién tenía la mejor puntería. Su hermano no había podido ganarle una sola vez, y ciertamente no habría podido hacerlo en ese momento, porque la hoja de acero se hundió completamente en el centro la la frente del niño, con una puntería tan perfecta que incluso la misma Mulan se sintió un poco impresionada.
Pero la peor parte de todo, fue que el niño no cayó sobre sus rodillas como ella había esperado. No, por el contrario, lo vio girarse directamente hacia ella y sonreír.
—Allí estabas. Sabía que estarías por alguna parte —La voz del niño luce tan feliz que no hacía más que lucir escalofriante, dado que la oscura y espesa sangre ahora salía a borbotones desde su frente—. Te sentí mirarme anoche.
La chica cerró sus dientes con tanta fuerza que les sintió crujir y entornó los ojos. No tenía ni idea de cómo matar a esa cosa. Tomó una respiración profunda, y optó por la decapitación. Tal vez si le cortaba la cabeza dejaría de decir cosas espeluznantes. Al parecer, a esos espectros les gustaba asustar.
Quizá espectros era una palabra adecuada para describir a esas cosas.
Una parte dentro de ella estaba paralizada por el miedo, pero otra mucho más fuerte, sentía ira. Estaba furiosa por siempre sentir temor hacia los espíritus. No le gustaba la sensación de debilidad que el dragón de piedra dejó en ella mucho después de la posesión. No quería sentirlo de nuevo.
Y no lo haría.
Mulan saltó desde la rama donde había estado escondida y se aseguró de rodar al impactar contra el suelo, para amortiguar un poco la caída. Y justo antes que el espectro tuviera oportunidad de acercarse, se puso de pie tan rápidamente como le era posible. La armadura le dificultaba la movilidad, pero no tenía tiempo para quitársela.
Si moría, se llevaría al infierno a esa cosa.
El espectro se abalanzó hacia ella, con una gran sonrisa en el juvenil rostro, pero Mulan se apartó en el último momento, consiguiendo hacer un corte a lo largo de la pierna derecha de la criatura. Ella soltó un suspiro aliviado y estaba a punto de esbozar una sonrisa cuando sintió las uñas del espectro clavarse con fuerza en su propia pierna. Se giró horrorizada, pero su shock hizo más que aumentar cuando vio cómo la criatura se arrastraba y estiraba su cuello en dirección a su pierna, abriendo y cerrando la boca, como la cría de un animal salvaje a punto de alimentarse.
Esa cosa quería comérsela.
Mulan sentía tanto asco que ni siquiera pudo darse prisa al colocar la punta de su espada contra la pálida piel de la garganta del espectro y en un sólo movimiento, él dejó de moverse.
Un débil jadeo se le escapó, como un animal herido, y por una facción de minuto a Mulan le pareció como si en sus ojos se formaba algo muy parecido a un gracias.
La noche era silenciosa a su alrededor y a lo lejos podía escuchar un búho ulular, pero por alguna razón, la muchacha sintió paz.
*****
Mulan permaneció sentada al lado del cadáver del niño, asegurándose que no volviese a levantarse, pero para el amanecer se sentía tan cansada que incluso las rocas a su alrededor llegaron a verse atractivas.
Quizá fuese la razón de que no le escuchara acercarse, o quizá fuese que él era en realidad increíblemente sigiloso, porque ella no se percató de su presencia hasta que sintió la inconfundible sensación de una cuchilla contra la sensible piel de su garganta.
Tragó con dificultad, y luego contuvo la respiración casi sin darse cuenta.
Pasaron casi dos minutos inmóviles, y luego escuchó una voz que le sonaba familiar de algún modo.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó.
—M-Minzhe. Fa Minzhe.
El hombre tras ella lanzó un suspiro tan profundo que removió el cabello de Mulan y le puso la piel de gallina. Y entonces la soltó.
Ella se giró de golpe para verlo y no pudo evitar la sorpresa dibujarse en su rostro.
—¿Capitán Li Shang? ¿Qué hace usted aquí?
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Fa Mulán y el laberinto de las almas
Mystery / ThrillerLuego de que el nuevo emperador de China llegase misteriosamente al poder, ha ordenado que se vacíen todos los templos familiares y le sean entregados. Se dice que ha hecho un trato con entidades y se los ha ofrecido de alimento, por lo que la única...