18. La Propuesta en Lerithen

3 5 0
                                    

Pasado el tiempo necesario y tras varias charlas de grupo en referencia a lo ocurrido durante la estancia en Artinath, todos estaban listos para partir.

Boror se veía algo recuperado, aunque molesto por las nuevas cicatrices que habían quedado en su cuerpo y la impotencia de no haber podido pelear con sus propias manos contra la criatura que le afligía.

El frasco estaba bien protegido y custodiado por todo el grupo, cada vez que a alguien le tocaba guardia nocturna en el camino de vuelta, se encargaba de revisar cada cierto tiempo que el contenido continuase donde debía estar, con la intención de presentarlo en Lerithen como muestra de finalización de la misión, aunque a algunos les interesaba más conocer a qué se enfrentaban, por qué y si no habían sido informados con exactitud por algún motivo concreto.

La noche que hicieron guardia Saix y Tirion, estuvieron hablando de lo sucedido en los barrios marginales, de Owen, los niños... La situación de la zona entristecía completamente al mediano. El hombre parecía sentir pena pero, cualquier cosa que pasara, fuera un mosquito o el movimiento de alguna planta, conseguía distraerlo y mantenerlo sereno como si nada importase. La conclusión final a la que llegaron fue que debían hacer algo por ellos y, como previamente habían hablado entre todos, era necesario proponer que una comisión analizase el estado de Artinath e hiciera algo con las personas que gobernaban el lugar. Este plan de propuesta había sido secundado y apoyado por todos los miembros del grupo. Khalos, Liliana y Uriel estaban totalmente de acuerdo con Tirion en que era estrictamente necesario comentarlo con Zeleren y Vyren. Por otro lado, Boror pensaba que no era asunto de los elfos lo que pasara en aquella ciudad, que evidentemente se podía "dejar caer" en audiencia pero, que los elfos no tienen el porque hacerles el trabajo a unas personas que no han sabido gestionar sus recursos. Saix, por su cuenta, estaba de acuerdo con el plan, pero también con Boror, a su vez le daba un poco igual y en otros momentos le preocupaba, no parecía estar muy centrado al asunto ni dar opiniones claras y concisas, era más un espectador comentarista que acababa despistado y sin rumbo en el tema principal y lo acababa desviando a algún asunto propio personal que no venía a cuento. Típico de Saito...

La noche siguiente, hizo guardia Khalos con Boror. Fue una guardia muy calmada y casi sin conversación. Boror se preocupaba de entrenar su fuerza y Khalos de leer un libro que había llamado su atención sobre leyendas de Deleannor.

-Se supone que hay un mundo en el que solo viven dioses y cada uno de ellos es asociado a un plano o sector de un mundo distinto pero, hay cinco en concreto, elegidos por el pueblo, que no tienen derecho de intervención en ningún mundo salvo que ese mundo sea enjuiciado. ¿A quién se le ocurriría una historia así? -preguntó en voz alta buscando en la contraportada la firma del autor-. Zamalen Zeveonson. De origen norteño por lo que veo...

-Será otro buscador de famas que no ha tenido mucho éxito. -contestó Boror sin parar sus ejercicios-.

-Como novela curiosa no está mal, pero este capítulo es muy extraño. No pega en absoluto con el resto del libro. Como si al autor se le hubiera ido la cabeza justo aquí. Hasta este punto trataba sobre criaturas legendarias como "El Leviatán" que vive en la brecha que separa dos supuestas islas perdidas, que es el capítulo anterior o "La Sierpe de Oro" que castiga a todo aquel que busca un tesoro más grande del que puede soportar pero... ¿Esto de los dioses n-...?

-Khalos, si no suelo leer es porque esas cosas no me interesan. -cortó Boror-.

-Ya, disculpa, imagino que te descentrará que alguien te cuente historias aburridas que puedan hacerte pensar un mínimo.

Boror se levantó y lo miró tras recibir la puya.

-No, no es eso. Es que no me creo que exista una serpiente que pueda castigarte por tener mucho dinero o un leviatán que custodia un paso entre dos islas que no tenemos constancia de que existan. Cada cosa en su punto y eso no tiene sentido. -respondió algo molesto-.

El Secreto del Destino (Parte 1) - Corazón EscarchadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora