19. Desinterés

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Temprano en la mañana, antes del alba, Saix se levantaba para preparar su visita al herrero, con la intención principal de dejar para reparar todos los daños que hubiera podido sufrir su armadura durante los combates y con ganas de ojear las armas en venta que pudiera haber ese día.

Tras esto, iría a recoger a sus compañeros uno por uno, empezando por Tirion y acabando por Boror. No acababa de fiarse de este último, aunque tampoco lo veía como una mala persona. Su carácter no encajaba, simplemente. En el fondo sabía que podía confiar en él y trató de hablarlo con su pequeño compañero para animarse a sí mismo a calmar su temperamento y tratar de llevarse mejor, al fin y al cabo, iban a ser compañeros durante un tiempo indefinido.

Una vez todos se unieron, marcharon a solicitar audiencia inminente con Zeleren. La obtuvieron sin ninguna pega.

Comenzaron presentando a Liliana y Uriel y continuaron detallando lo sucedido en la misión, omitiendo algunas partes del camino, incluidas en esa omisión las sucedidas en el pantano. Contaron todo lo que recordaban de Rathian y entregaron el frasco explicando cómo lo habían extraído del cuerpo de Boror. Entonces empezaron las preguntas, preguntas cuyas respuestas no acababan de convencer a algunos miembros del grupo.

Zeleren expuso ante el grupo el misterio de esa misteriosa sombra

-Hace ya muchos años, un oscuro hechicero convocó criaturas de planos que desconocíamos aquí. Creemos que utilizó fuerzas oscuras del plano abisal o demoníaco, o tal vez de un mundo lejano totalmente desconocido. Estos entes se alimentan del cuerpo de su víctima, llegando a poseerlo por completo si pasa un tiempo. No esperábamos que fuera uno de ellos quien controlaba la fortaleza en Rathian, esperábamos que vuestros rivales solamente fuera una pequeña reserva de orcos, tal vez trols... Lo cual no os habría supuesto ningún problema. He de admitir vuestra valentía al no bordear el Pantano de los Susurros y seréis recompensados por vuestra hazaña, todo vuestro equipo será renovado y recibiréis un hogar propio y víveres para acabar el mes por completo, además de una bolsa con suficiente oro como para que no tengáis que volver a trabajar durante una buena temporada. No obstante, hay algo más... El consejero Vyren ha desaparecido, debería haber vuelto hace unos días y no tengo ninguna noticia sobre él, me gustaría pediros a todos que fuerais a Grok'Ulgan, temo que algo haya pasado y haya caído preso de los orcos.

-¿Por qué no aparecen esas criaturas en ninguno de los libros de la biblioteca? ¿Cómo van a emboscar a Vyren unos simples orcos? Comprendo la preocupación y la urgencia del asunto, pero también tenemos que exponer algo importante, Zeleren. -dijo Khalos como portavoz del resto del grupo mirándolos a todos y comprobando las expresiones en cada uno de los rostros-. 

-De acuerdo, realizad la exposición con brevedad y aclaremos el resto de asuntos. -contestó el rey evitando las preguntas-.

El hechicero redactó lo que se había escrito el día anterior acerca de los asuntos en Artinath, las caras que Zeleren eran un poema a medida que se añadían palabras al monólogo del aprendiz.

-Cuenta con mi aprobación para el envío de un emisario, pero no autorizaré que sea acompañado por ningún miembro del grupo. No deberíamos inmiscuirnos en asuntos de los humanos, no obstante, analizaremos la situación por si esta pudiera afectar al reino de forma negativa. Agradezco vuestro informe y os invito a que recordéis mi solicitud y me deis una respuesta a la mayor brevedad. -insistió el elfo-.

De algún modo, Khalos no terminaba de creerse lo que acababan de decirles. Y sabiendo que Vyren no estaba cerca, hizo algo que él nunca habría aprobado. Se dio media vuelta dando la espalda al rey y aceptó ir en busca de su maestro sin cruzar ninguna otra palabra con el rey, a quienes advirtió dejando que todo el mundo lo oyera.

El Secreto del Destino (Parte 1) - Corazón EscarchadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora