Cruel Intentions ❁ HyunIn

♡ : CAPÍTULO IV - CRUEL ACEPTACIÓN.

Hyunjin jamás se imaginó diciendo a sí mismo 'Yo acepto'. Pero ahora, que lo ha dicho, se siente extrañamente bien.

Jeongin es una persona muy amable y sociable. Hyunjin trata de esconderse entre los invitados, pero siempre es arrastrado por su esposo hacia las personas que desean dar sus buenos deseos. Hyunjin frunció el ceño al ver a su tía Jiyeon venir en su dirección.

La jodida idiota de su tía.

Ella nunca quiso a Hyunjin, pero ama a Hyunjae. Siempre se lo hizo saber. Está estresado, con dolor de espaldas y pie, no necesita a la mugrosa de Jiyeon para terminar su día.

—¡Mi Jae!— "Tu trasero gordo." Pensó siendo presionado por los grandes senos. Hyunjin arrugó la nariz y trató de que sus arcadas sean disimuladas. El perfume barato inundó sus fosas nasales. Gracias a Dios, su tía Jiyeon lo dejó respirar al verlo morado. Hyunjin la vio abrazar y coquetear a Jeongin. Qué jodidos está mal con esta mujer.

—Tía Jiyeon—dijo. Sus ojos se alternaron entre Jeongin y su tía. Jeongin frunció el ceño con elegancia, hasta cuando hacia eso era extremadamente lindo.—Siempre es un gusto verte.—Mintió. Jamás lo es.

—Oh, mi pequeño creció tanto. Me duele tanto verte casado, al menos sé que estarás con un buen hombre—murmuró. Su mano acariciando el brazo de Jeongin con sutilidad.—Sabes, Jeongin, te llevaste al niño bueno de la familia. Dios escuchó tus plegarias, déjame decirte que tienes una suerte de haber elegido al querido Jae y no a Hyunjinnie. Oh, Dios, ese chico sólo es un dolor de cabeza, un atrae problemas.—Ella sacudió la cabeza cómo si con sólo imaginar a Hyunjin le diera jaquecas.

Hyunjin aplanó los labios, aspiró con fuerza y enseñó una sonrisa tan falsa como los senos de su tía Jiyeon.

—Es bueno saber lo que piensas de mi hermano, tía.

Jiyeon asintió.

—Sí, siempre tuviste razón sobre tu hermano, Jae. Hyunjin nunca tendrá futuro de no ser por tu madre, mi hermosa Jihyo. Lidiando con los problemas de su hijo, ella nunca tomó buenas decisiones, pero agradezco a tu padre que te haya elegido a ti para heredar la empresa familiar, si hubiera sido Hyunjin habría vendido todas mis acciones. Ese niño nunca me gustó.

"Bueno, gracias."

Es que tanto odio tenía su tía Jiyeon contra él. Hyunjin estaba sorprendiéndose con cada palabra que salía de su venenosa boca roja. ¿Hyunjae hablaba mal de él? ¿Su hermano en verdad lo acuchillaba por la espalda?

Su corazón dolió, pero la esperanza de que su mentirosa tía esté engañándolo era una posibilidad que quería mantener. Jeongin bajó los ojos hasta él y pareció comprender su incomodidad por lo que se disculpó con su tía.

—¿Te sientes bien?—preguntó.

—Sí.

—No pareces estarlo—Jeongin sonó preocupado.

—Si sabes la respuesta para qué jodidos preguntas—Hyunjin se exaltó. Jeongin lo miró sorprendido por su arrebato, pero Hyunjin estaba demasiado cabreado con el mundo como para darse cuenta de que lastimó a Jeongin. Soltándose del brazo de Jeongin, se alejó del jardín, yendo a ninguna parte.

Una vez lejos de todo el alboroto de la fiesta, cubrió sus ojos. En verdad, le lástima que su propia familia esté diciendo esas estupideces. Para la familia entera, Hyunjin y su madre, Jihyo, siempre fueron los rebeldes. Las ovejas negras.

Hyunjae y su padre Daniel eran los justos y nobles. La familia nunca quiso a su madre por no bajar la cabeza y seguir las órdenes de la abuela. Hyunjin heredó su espíritu libre por lo que cuando algo le parecía injusto lo hacía saber.