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— Hyori déjame explicarte lo que viste, joder — exclamó elevando su tono de voz — No es lo que tú piensas — se agachó para estar a mi altura.

—¿Qué mierda vas a explicarme? ¿De que tienes novia y nunca me habías dicho? — cuestioné aún enfadada y levantándome del lugar.

—Mierda Hyori, no — gritó enojado y volvió a su postura anterior — No es eso, ella es Somi y es mi ex pareja de hace mucho tiempo. Lo del beso fue porque me dijo que si no la besab-

— Cállate idiota, no creas que me vas a convencer con tus cuentitos — lo interrumpí— ¿Qué mierda me dices de los mensajes que te envío anoche en la madrugada? — fruncí el ceño y me crucé de brazos.

— ¿Viste los mensajes? — ignoró mi pregunta y me miró indignado — ¿No me crees?... Mira lo que le respondí — sacó su celular y me mostró el chat.

 Mira lo que le respondí — sacó su celular y me mostró el chat

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— ¿Qué hay del beso? ¿Por qué la besaste? — volví a cuestionar y lo miré — Además de que cuando pasó por al lado mío tenía tu olor y se estaba acomodando la falda — entrecerré mis ojos sospechosamente

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— ¿Qué hay del beso? ¿Por qué la besaste? — volví a cuestionar y lo miré — Además de que cuando pasó por al lado mío tenía tu olor y se estaba acomodando la falda — entrecerré mis ojos sospechosamente.

— La besé porque me dijo que si yo quería seguir trabajando en esta clínica y no quería quedarme sin trabajo, debía darle un beso — comentó y refregó su cara con sus manos cansado — Al final solo fue una prueba, y se dió cuenta de que yo estaba saliendo con alguien porque vió la marca que hiciste en mi cuello — aguantó y soltó una risa.

No sabía que decir. Sentía que me estaba mintiendo pero a la vez que me estaba diciendo la verdad.

Me enamoré de él y no puedo estar enojada si él está intentando arreglar las cosas conmigo, porque por más allá de todo, aún así lo sigo queriendo fuera verdad o no.

— Hyori, linda... — se acercó a mi y tomó mis mejillas — Créeme, jamás te haría daño porque estoy enamorándome de ti y no puedo pensar en otra persona que no seas tú — murmuró muy cerca de mis labios.

— J-jungkook, no sé... — dudé aún mirándolo a los ojos — No sé que me hiciste porque no puedo dejar de quererte por más de que me mientas o no — protesté y por fin uní nuestros labios.

Maldita sea, el sabe como hacer para que vuelva
a caer en su trampa una y otra vez.

No podía esperar ni una milésima más, necesitaba besarlo, necesitaba descargar todo mi cariño y amor a él, porque él era la única persona la cual me lo devolvía de la misma forma.

Nuestros labios parecían bailarines profesionales; la sincronización y la química
cada vez que están juntos es imparable y nadie puede igualarlos. Como se mueven en sintonía
de esa música inexistente pero que ambos escuchamos al mismo tiempo, y de cómo nos sentimos y transmitimos millones de cosas, me encanta.

Sentir como el parecía desearlo desde hace bastante tiempo al igual que yo y los recuerdos de anoche, comenzaban a encender esa llama de deseo y lujuria que hay dentro mío cada vez que estoy con el.

[...]

Con una leve fuerza debido a sus manos en mi cintura y mis brazos enredados alrededor de su cuello, fue atrayéndome hacia adentro de su consultorio. Sin despegarse de mis labios, abrió la puerta e ingresamos inmediatamente.

Me llevó hasta chocar con la pared, y subió mi pierna a su cadera. Yo fui desabrochando su camisa color blanca desesperadamente, mientras el me acariciaba delicadamente; ambos a ritmos muy diferentes. Yo estaba muy caliente, y el solo quería hacerlo lento y sin apuros.

Su mano se deslizaba de arriba hacia abajo por toda mi pierna, y entre tanto con sus besos fue bajando por todo mi cuello guiándose por el camino de mi escote.

— A-mor, cierra la puerta — jadeé agitada y con los ojos cerrados pero este seguía besándome.

Me ignoró completamente y prosiguió con su trabajo. Lo empujé de forma suave separándolo de mi y lo miré esperando que cumpla con lo que le había pedido.

— ¿Qué te dije anoche? Solo ayer mandabas nena, ahora mando yo — musitó con voz ronca y volvió a acercarse a mi — Así que si yo quiero, la puerta va a estar abierta — me tomó de la cintura y atacó mis labios nuevamente.

Él ejerce el dominio y control que quiere sobre mí en todos los aspectos, y no me molesta en lo más mínimo. Me fascina cuando me da órdenes y me indica lo que debo hacer y cómo debo hacerlo. Sin duda, estoy a sus pies.

Debido a que no pude seguir con lo mío de sacar su camisa, dejé que esta le quede puesta pero abierta, mostrando todo su hermoso cuerpo tallado por los mismísimos dioses.

Me separé del beso y me coloqué de rodillas. Acariciaba y sentía con mis manos todo su abdomen marcado, mirándolo fijo a los ojos.
El solo acariciaba mi cabello y mostraba su sonrisa de picardía que me enloquece.

— ¿Lo harás? — preguntó con autoridad — No te obligo a hacerlo, pero tampoco me quejo — agregó riéndose descaradamente.

— Por ti haría cualquier cosa bebé....

— Por ti haría cualquier cosa bebé

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mi querido terapeuta | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora