20. Esfuerzo.

461 74 5
                                    


-¿A que juegas amor?- Pregunta Rosé al cachorro.

-Juego a que Mario trata de superar el nivel de prueba del reino de los hongos.- Dice el pequeño emocionado mientras Rosé trata de ocultar las lágrimas.
-Y mami, mami, lleva todo el día tratando de pasar, ¿te acuerdas como en la película?- Dice emocionado el cachorro.

-Si amor, si me acuerdo cariño.- Dice Rosé con la voz quebrada.

-Mami, ¿podemos, podemos jugar Nerff?- Pregunta el cachorro.

-No cachorro, mami por ahora no puede correr, ni hacer mucho esfuerzo.- Dice Lisa desde el marco de la puerta.

-¡Oh! ¿entonces tu mamá? ¿Juegas conmigo nerff?- Pregunta el cachorro viendo a su madre con ojos grandes casi rogantes.

-Lo siento campeón, pero mamá se irá de viaje unos días, pero volveré cuanto antes y jugaremos todo el día.- Dice la alfa hablando a la altura de su cachorro.

-Si mamá, ¿lo prometes?- Dice el cachorro hablando lento pero pronunciando cada palabra correctamente.

-Lo prometo mi amor, ¿mientras no estoy cuidarás a mami por mi?

-Si mami, mejor que tú.- Dice el cachorro haciendo reír a sus madres.

-Se que así será.-Responde la alfa besando muchas veces la mejilla de su cachorro, se levanta y toma sus maletas.

-Enviaré por el resto de mis cosas mañana.- Dice Lisa saliendo de la habitación.

-¡Mamá Lili espera!- Grita el cachorro haciendo que ambas den un ligero salto.

-¿Que paso cachorro?

-No diste beso a mami, siempre le das el beso a mami.-Dice el cachorro viendo a sus madres con los ojos muy abiertos, sorprendido por su nula interacción, Lisa se queda paralizada, así que Rosé es la que camina hacia la alfa y finge besa la mejilla.

-Tienes razón mi amor, ¡listo! Ya le di un beso a mamá.- Responde la rubia y ve el rostro de tranquilidad de su cachorro, satisfecho con la acción de su madre, y regresa a jugar tranquilo.

-Ahora me marcho, te llamaré todos los días campeón, pórtate bien.- Dice Lisa saliendo de la habitación.

-Cariño, ¿vamos a ver unas películas a mi habitación?-Pregunta la omega a su pequeño.

-Si mami, pero, pero primero termino de jugar.- Dice el cachorro entretenido con sus juguetes.

-Bien, iré a preparar todo entonces.- Dice Rosé besando su pequeña cabeza, y saliendo a su habitación, una vez en su  habitación suelta a llorar, viendo la mitad del closet vacío, y sintiendo aún más fuerte el aroma a café, ve que aún faltan unas prendas, que Lisa no se llevó toda su ropa, así que toma unas sudaderas y unas playeras, y comienza a preparar su nido, aún con más llanto, enciende el televisor por si su cachorro llega a entrar no la vea llorando, una vez listo su nido decide entrar a darse un baño, tenía tanto en que pensar, ¿Que haría sin su alfa? ¿Cómo sobrellevaría su embarazo sin ella? ¿Iría a trabajar? Y luego en cuestión de trabajo? Como haría para explicar y pagar penalizaciones por su embarazo y no poder realizar campañas, sin imaginarse que su alfa estaría ya tratando de solucionar sus asuntos.

-Señora, ¿a que hotel quiere ir?- Pregunta el chofer a la alfa, viéndola por el retrovisor.

-al Four Seasons, por favor Jimmy, ¿Porque no me preguntaste si quería ir a alguno de mis departamentos de soltera?- indaga curiosa.

-Porque usted ya no es quien era hace un año o años atrás.- Dice sonriendo.
-La señora Rosé y su cachorro le han hecho tanto bien.- Responde viéndola a los ojos por el retrovisor.

-Si que lo han hecho.

-Espero que todo se resuelva entre ustedes, usted ha cambiado, tiene que demostrarle que seguirá mejorando.- Aconseja el sabio chofer.

-¿Como lo hago? Hoy, hoy enserio le demostré, y no solo a ella, me demostré que sigo siendo la misma de siempre, no he cambiado aunque yo quiera sigo siendo la destructora de siempre, y deje a mi omega cuando más me necesita.- Dice con una voz melancólica.

-Yo no puedo darle una opinión acerca de eso, pero le puedo decir que ha mejorado, usted llevo una vida, diferente, la crianza dada por su tío, y no tener a sus padres, demuéstrele a su omega lo mucho que le importa, conquístela, llévele flores todos los días, o envíeselas, ayúdela en su trabajo, trate de cuidarla y demuéstrale que aunque ha vivido lo que vivió se esfuerza en ser mejor por su omega.- Aconseja el chofer mientras conduce.

-Gracias, lo hare, ¿Y si no viene a trabajar para no verme?- Pregunta nerviosa y preocupada.

-Pues dele su espacio, cuando esté lista vendrá, aunque no creo que falte la señora Rosé es muy responsable, pero se que estará muy débil, un omega sin su alfa, es lo más peligroso para la salud.- Advierte el chofer y Lisa asiente preocupada.
-El cachorro será su único anclaje.

-Lo se, entonces, ¿envió hoy las flores?

-Yo esperaría, hoy por lo menos, puede intentar ayudarla negociando con todas las agencias de la que es imagen.- Dice el chofer.

-Excelente idea, eso haré.- Dice sonriendo.
-Llévame mejor a la oficina.- Dice Lisa casi llegando al hotel y se desvían nuevamente, mientras su chofer la ve con una sonrisa, llegan a su edificio y sale a prisa para comenzar a trabajar, toma su móvil, y comienza a realizar llamadas, logrando que se tomaran las fotos de las colecciones, de los últimos meses, las que ya estaban listas para ser presentadas e incluso Lisa logró convencer a YSL y a Tiffany & C.O. crear una línea pensando en la maternidad de un omega y su cachorro, esas joyas serían todo un éxito, Lisa orgullosa, habla con cada CEO para que se comunicaran con Rosé, y le expusieran a ella cómo trabajarían durante su embarazo y posterior a el y cómo retomarían todo una vez se lograra reintegrar a sus actividades.
Aunque la castaña intentó no buscar a su omega ese día, su loba no se lo permitió, no podía alejarse de ella tanto tiempo, no se había presentado a trabajar y ella claramente no la molestaría, pero claro que no dejaría sola a la omega y su cachorro, así que decide ir a su casa.

-¿Al hotel?

-No, llévame a casa por favor.- Dice Lisa decidida.

-Como ordene.- Dice sonriendo.

-Para ahí.- Dice Lisa viendo una florería con hermosas rosas color amarillas y rosas.

-Excelente idea.- Dice parando casi en seco tratando de ganar el estacionamiento disponible y Lisa apenas baja la velocidad sale corriendo, y cuando ve unas pulsera de oro de Tiffany no se resiste y va por ella.

-Listo, vamos a casa.- Dice una castaña sonriente viendo su ramo de rosas y la bolsita azul, cuando llegan a su casa, Lisa se niega a abrir con sus llaves llama al timbre y abre el mayordomo.

-¡Señora Manobal que gusto que esté aquí!.- Saluda Lucio feliz, y Lisa que apenas puede ver por el enorme ramo de rosas.

-¿Le puedes hablar a Roseanne? Solo no le digas que soy yo o se negara a venir, por favor.

-Claro como ordene.- Dice el mayordomo, llega a la habitación principal y llama a la puerta donde se encuentra una Rosé triste en su nido abrazando a su cachorro que ya se siente algo enfadado de tanto amor.

-No quiero nada ahora gracias.- Dice Rosé desde la cama.

-Yo quiero una bebida mami.-Dice el cachorro.

-El cachorro quiere un jugo de manzana por favor.

-¡De inmediato! Pero la buscan en la puerta señora.- Señala el mayordomo.

-Bien, voy para alla.- Dice la omega colocando su bata y sus pantuflas, amarra su rubia cabellera en una coleta alta, y sale de la habitación.

-Mami iré contigo.- Dice el cachorro tratando de correr tras su madre, y Rosé sonríe tomándolo en brazos.
Cuando se acerca a la puerta logra percibir el aroma a café, aunque no la ve reconoce ese aroma y sonríe, ocultándose tras su cachorro.

-Joy, te he dicho que dejes de traerme flores.- Dice la omega con una sonrisa burlona.

La bella y la bestia (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora